El madurista es un gobierno guiado por el miedo, desde su temprana edad mostró su carácter pusilánime, recordemos que en sus primeras horas llamó a la burguesía a Miraflores para paliar el terror a gobernar. Rápidamente, el madurismo entregó el legado de Chávez, se corrió hacia el capitalismo, no obstante allí tampoco obtuvo sosiego, el temblor siguió marcando su vida.
Hoy encontramos a un gobierno madurista acorralado, agachado en un rincón, atormentado por sus fantasmas. Tres miedos padece la cúpula:
El miedo a salir del gobierno. Saben que allá afuera no tienen futuro, no construyeron una opción política; sin gobierno se disuelven, dejan de existir. El miedo a las sanciones de los imperialistas que no les permiten disfrutar de sus fortunas. Y el miedo, y esto es paradójico, el miedo a ejercer el gobierno, el miedo a gobernar.
El madurismo no sabe qué hacer, todo le sale mal; inventan, ensayan, y todo queda, como decía aquel profesor, en “pirotecnia verbal”. El país en sus manos se derrumba, no hay empleo, no hay salario, no hay moneda, educación, salud, comida; el país, en estas manos, se pierde. Ya se les agota la simulación, se saben incapaces y eso los aterra, quieren salir del gobierno, pero les da miedo, quieren quedarse, pero les da miedo.
Un gobierno guiado por el miedo es un peligro, tiene en sus manos un gran poder y carece de la probidad para administrarlo. En estas condiciones puede inventar los peores disparates, la historia es abundante, en tales estropicios. Los gobiernos acorralados crean enemigos, guerras que distraigan y aglutinen a la población, como las Malvinas, o problemas limítrofes. Persiguen a los adversarios con saña, las cárceles están llenas por el miedo.
Entonces, no es posible entender las futuras acciones del madurismo sin tener presente el factor miedo. Se sabe minoría vergonzante, y persigue a los candidatos con opción, vendrán acciones más cruentas para disipar el miedo electoral. El Esequibo, que estaba dormido, despierta y amenaza con irse de control. Pactan cualquier cosa, con cualquiera.
Cándidos los que piensen que el madurismo, su cúpula, entregará el gobierno sin chistar; ingenuos los que crean que la transición, la estabilización de capitalismo, se hará sin traumas, que de una mesa de diálogos el madurismo saldrá con la soga al cuello, pondrá su cabeza en la picota. El estamento político hace pactos, acuerdos por debajo de la mesa, se ponen mutuas zancadillas, intentan neutralizarse, dividirse mutuamente. El madurismo no da un paso sin sus miedos, eso determina todos sus movimientos; el capitalismo no da un paso sin atender a sus intereses, lucrar, competir con los otros.
Mientras, la dramática realidad sigue su curso hacia el abismo, se abre paso entre las mentiras y espectáculos, anunciando tempestad. Lo que el estamento capitalista no puede resolver se resolverá por otras vías. La masa huérfana, desesperada, es propicia para la barbarie, para ir tras el toque de flautas de manipuladores de la tragedia.
!CHÁVEZ, VALENTÍA REVOLUCIONARIA!