El bloqueo económico comercial a Cuba cumplió recientemente 61 años. Hasta que la gente no se vea necesitada de un sistema de salud eficiente y gratuito, no sabe lo importante que ha sido para un pueblo asediado, como el cubano, haber conservado hasta hoy un sistema de salud del primer mundo. Igual pasa con el sistema educativo y científico, prioridades señaladas por Fidel Castro dentro de carencias económicas inhumanas, nacidas del histórico bloqueo económico comercial.
En el caso de Venezuela, el bloqueo a PDVSA y las sanciones al gobierno de Maduro, desde el 2017 hasta hoy, han logrado su objetivo fundamental, a saber: acelerar la restauración del pasado de la Venezuela dependiente y atrasada. Solo hay que pensar en cómo Maduro acabó con el sistema educativo, de salud, transporte público, eléctrico y de telecomunicaciones, desviando el grueso de los recursos financiando a la empresa privada, con el cuento del crecimiento económico, de la Venezuela potencia económica, el desarrollo de las fuerzas productivas a costa de la privatización del país, de desmontar los avances en la propiedad social de los medios de producción a favor de la empresa privada,… y el cuanto de que en Venezuela cabemos todos (unos más que otros, por supuesto).
Bastaron dos pedidas, y el gobierno de Maduro se entregó. Bastó con perseguir a los sobrinos y poner preso al presunto testaferro de Maduro para que completara la boñiga.
PDVSA
La primera víctima de la traición fue la PDVSA de Chávez, que fue asaltada, desmantelada, saqueada y humillada, para luego venderla en secreto por cuatro luchas (desde hace mucho y hasta hoy Chevron se ha llevado el petróleo que produce, sin sanciones y sin que Maduro pueda decir ¡ñe!, luego del asalto de Maduro a PDVSA). Hoy PDVSA es otra, sus instalaciones administrativas parecen las de una gran corporación, se endulzaron y se perfuman para atraer moscos capitalistas, inversores, porque es incapaz de producir después del desastre de los años 2013, 2014, 2015. Sin sanciones, ellos solitos pusieron la cagada, el madurismo lo hizo por motus propio.
El metro de Caracas.
Quien viaje en el Metro de Caracas sabe lo que allí pasa. Gracias a la desinversión, a la corrupción y desatención de los servicios está muy cerca de colapsar. Sin embargo, por fuera se ve muy limpiecito, se ha maquillado como una “influencer” en sus estaciones más concurridas… pero el servicio no sirve. Por dentro es un mercado libre. Sus trenes sucios tienen que rodar muy lentamente para que no se descarrilen. El tiempo de espera normal de 3 minutos por tren ahora es de 10 mínimos, a veces hasta 20 minutos. Y lo curioso es que en los afiches, que muestran el sistema y sus líneas, aparecen como activas todas aquellas que se abandonaron hace 10 años.
La CANTV
La CANTV debe ser una de las empresas del Estado que más dinero invierte en propaganda falsa, en maquillaje, como cualquier callejera. El servicio de telefonía fija dejó de ser un servicio desde hace bastante tiempo. Internet ha sido el gran negocio de la empresa, quizás para que sus trabajadores auto liquiden sus sueldos a costa de las necesidades de sus usuarios, mediante trampas y chantajes.
CORPOLEC
El sistema eléctrico nacional fue una de las primeras víctimas del madurismo, fue abandonado muy temprano después de la muerte de Chávez, mucho antes de las sanciones y bloqueos. El proyecto de Chávez de plantas eléctricas alimentadas por gas y gasoil fue abandonado y muchas de estas plantas se perdieron. La idea fue recuperar el sistema hidroeléctrico nacional (Guri y demás generadoras) mientras estas plantas aliviaban la carga, pero las plantas se perdieron, vino el apagón, vinieron las iguanas y los rayos electromagnéticos. Sin embargo, basta con leer ahora la página de Últimas Noticias, y, ahí, “no ha pasado nada”, hasta se piensa en exportar energía a Brasil y Colombia, mientras la energía nacional es intermitente cuando no existe.
La industria turística
Ha sido la mejor excusa para que los promotores de la cultura del desastre, de las rumbas, de las privatizaciones en ciudades y playas, islas completas, hagan prácticamente lo que les dé su gana. Privatización y rumbas en el Humboldt, en Galipán, en La Gran Sabana, privatización de playas por los dueños de restoranes y hoteles, de parques, complejos turísticos en la Tortuga para que el mundo se cague en nuestra naturaleza. Todo lo que fue público ahora es administrado por privados, que se hacen millonarios promoviendo diversiones y servicios a turistas de afuera echando a un lado a los propios pobladores, como lo hacen en Cancún o Santo Domingo, creando una fachada de prosperidad para disimular la miseria.
Fácil hacer recuperar parquecitos y hacer canchas deportivas, difícil acabar con la miseria y la inmundicia que corre por las calles los fines de semana, sin instituciones, sin piedad, expuestos al mercado de las necesidades más básicas, de la salud física y mental, de la comida, del vestido, de la educación.
HAY QUE VOLVER A SENTIR COMO CHÁVEZ