Rafael Ramírez, el “superministro” de Hugo Chávez que estuvo a cargo de PDVSA por más de una década, habla de la crisis en su país y advierte que la intervención no es la salida.
Criticar al gobierno de Nicolás Maduro pasa factura. Después de haber sido canciller, director de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) por 11 años, el “superministro” de Petróleo y Minería y uno de los hombres de confianza de Hugo Chávez, Rafael Ramírez Carreño fue forzado al exilio por Maduro, al criticar sus acciones de gobierno. Nadie conoce su paradero y no ha podido regresar a su país por temor a represalias, pero hoy ha decidido hablar sobre el presente y el futuro de su nación.
¿Cómo ve la situación en Venezuela?
Es muy grave. Desde el punto de vista político tenemos un problema de legitimidad en el país, pues ni Maduro, que se ha autoproclamado luego de unas elecciones fraudulentas, ni Juan Guaidó, que se autoproclama con base en una decisión de un tribunal y que está en el exterior del país, son legítimos. Además, la crisis económica y social sigue profundizándose y las perspectivas políticas hacia el futuro no son claras. La situación que está confrontando nuestro pueblo es desesperante y por eso han salido cuatro millones de venezolanos. El país está disfuncional y no hay manera de que el gobierno resuelva el problema.
¿Qué piensa del llamado cerco diplomático que se le ha hecho a Maduro?
Bueno, es una posición obviamente de presión que tiene que ver con que el cuadro político en la región ha cambiado: pasamos de un amplio movimiento progresista cuando estaba el presidente Chávez, y ahora estamos con un bloque de países de derecha. Eso tiene mucho que ver con la política exterior de Maduro, que ha sido de choque, de confrontación, de insultos, de Twitter, sobre todo cuando estuvo Delcy Rodríguez al frente. A mí me consta la molestia que generaban en todos los embajadores del Grupo de Lima las expresiones fuera de tono de la canciller. Todo eso se ha ido acumulando y trajo estas consecuencias. Por primera vez Venezuela está aislada en la región, con muy pocas excepciones, y Maduro luce atrincherado y sin respaldo.
¿Cree que esa presión termine sacándolo del poder?
Es un elemento, pero lo que sucede es que hay países que pueden vivir aislados toda su vida. Sobre todo, porque durante el gobierno del presidente Chávez hicimos un esquema de relaciones de multipolaridad. A mí me tocó estar al frente de eso, con Rusia, con China, con la India, y eso es lo que le está dando el respiro ahorita a Maduro. No creo que eso derroque a nadie. Lo que hace es empeorar la situación para el pueblo venezolano, por el tema de las sanciones y todo eso.
¿Desde cuándo se estrecharon las relaciones con Rusia y hasta dónde va ese apoyo?
Eso no fue un producto del gobierno de Maduro. Yo trabajé con el presidente Chávez 12 años y desarrollamos una política exterior bastante ambiciosa —utilizando el petróleo— que nos permitió crear nuestros propios espacios geopolíticos. Lo hicimos primero con el Caribe, a partir de Petrocaribe, después con países suramericanos. Incluso con Colombia, estando el presidente Álvaro Uribe, hicimos el gasoducto Transguajiro. Tuvimos buenas relaciones. Con China y con Rusia, la relación fue construida con base en la cooperación petrolera y la cooperación política y militar. Creo que esos dos países aspiran a mantener su presencia en el país, razón por la cual, lo quieran o no Estados Unidos u otros factores, para buscar una salida política hay que conversar con esos gobiernos. Es la salida correcta.
¿Es verdad que Venezuela está tan endeudada con Rusia y China?
Sobre la deuda venezolana se han tejido muchas historias. Hasta que yo estuve al frente del petróleo de Venezuela habíamos pagado un tramo muy importante de la deuda con China con petróleo. Entiendo que Maduro ha tenido un pésimo manejo del tema económico y ha tomado mucha deuda que, a propósito, no está reportada en ningún sitio, ni en la Asamblea, y no se rinde cuenta de ello. Dicen que es muy alta, pero es un número que nadie sabe exactamente de cuánto se trata. Cuando yo era vicepresidente económico le propuse a Maduro un esquema de renegociación de esa deuda que no aceptó y no acepta fundamentalmente porque él tiene un círculo que lo rodea que ha hecho muchos negocios, tanto con el tema cambiario como con el tema de manejo de la deuda. Se han impuesto intereses grupales y personales por encima de los intereses del país.
¿Por qué Chávez eligió a Maduro? ¿Se equivocó?
No me cabe duda. Si el presidente Chávez estuviera vivo ya hubiera hecho una rebelión contra Maduro por las condiciones del sufrimiento de nuestro pueblo. Estaría ahorita al frente de un movimiento patriótico en contra de él, y si estuviera vivo lo hubiera destituido de inmediato. Lo que pasa es que Maduro se ha aprovechado del hecho de que Chávez murió.
Chávez no estaba buscando sucesor, él pensaba que iba a volver de esa operación, y sus médicos, que eran todos cubanos, le dijeron que volvería de la operación a liderar el movimiento. Lo que le preocupaba a Chávez, y me lo manifestó, es que estando en esa operación tan cerca de finales de diciembre no le daría tiempo de venir a juramentarse el 10 de enero como marca nuestra Constitución y sabía que se llevaría un nuevo proceso electoral en apenas treinta días. Entonces lo que planteaba era que el movimiento no estaba en capacidad de escoger en tan poco tiempo un candidato alternativo y por eso decidió que el candidato fuera Maduro, pero solo en el escenario en el que él estuviera convaleciente. Cuando Chávez murió esta gente manipuló su nombre y ha hecho cosas horribles con él.
¿Cree que el legado de Chávez fue dilapidado por Maduro?
Sin lugar a dudas. El gobierno de Maduro ha sido el peor en la historia republicana, ha retrocedido al tiempo de las guerras civiles después de la Independencia, cuando el país estaba fraccionado sin liderazgo y el pueblo hambriento. También dilapidó el capital político del comandante Chávez, que hoy todavía sostiene a Maduro. Ha utilizado el nombre de Chávez como si fuera una franquicia, ha dicho y jura que es su hijo y ha manipulado el sentimiento de nuestro pobre pueblo.
El chavismo es una realidad histórica que está allí, un bloque al menos del 30 o 40 % de la población del sector más humilde con sentimientos muy profundos y esta gente ha manipulado con todas sus capacidades ese sentimiento y le han hecho mucho daño al chavismo y al pueblo.
¿Qué pasará con las conquistas sociales que dejó el chavismo?
No es verdad que Chávez no haya dejado nada bueno, lo que pasa es que Maduro lo ha destrozado. Yo te puedo enumerar cinco cosas al menos que Chávez hizo por el país y que fueron incluso de mucha ayuda para la región: la Constitución bolivariana, la democracia participativa protagónica, el empoderar al pueblo, la recuperación de la industria petrolera y su nacionalización, una política que nos permitió darle al país más de una década de estabilidad y crecimiento económico. Yo creo que se comete un error cuando se mete en el mismo saco al chavismo y al madurismo. Esta gente de la oposición, Guaidó y aliados, pensaba que tumbar a Maduro era así como que un paseo y que se iba rapidito y no. Tienen que entender que para tumbar a Maduro —cosa que tiene que suceder, pero en el marco de la Constitución— tienen que contar con el chavismo, la fuerza activa de la sociedad: los obreros, los militares, la mayoría del pueblo activo organizado durante 12 años de conformación del poder popular.
¿Cuál fue el principal error de Maduro?
Dejó a un lado el chavismo. No escuchó. Tuvo un absoluto desconocimiento de cómo conducir el país y, además, le faltó humildad para no reconocer sus propias limitaciones, pues no se dejó ayudar de nadie. Todos los ministros de Chávez se lo advertimos. Yo, que era el segundo hombre a cargo de la conducción del país, se lo expliqué de innumerables maneras, pero me di cuenta de que él se rodeó de un grupo de extraños involucrados en muchos temas de corrupción. Maduro ha actuado como un dictador y ya el tiempo se le pasó. Ahorita lo que está es desesperado viendo cómo sobrevive.
¿Por qué cree que Vladimir Padrino sigue firme con Maduro?
Bueno, sigue ahí. Yo no entiendo por qué los militares venezolanos, sobre todo el alto mando, que los conozco a todos, han seguido apoyando a Maduro. Creo que tiene que ver con lo que plantea la oposición: un escenario de invasión, de revancha, de ojo por ojo. Ese mensaje no va a ayudar a reconstruir el país. Definitivamente Maduro se sostiene porque los mandos militares, que la mayoría de ellos son chavistas, se han mantenido en torno a él. He hecho un llamado abierto a que las Fuerzas Armadas, que tienen el mandato por Constitución, reestablezcan el orden que ahorita está tan disfuncional y débil que cualquier cosa puede pasar, no solo que nos invadan, lo cual ya sería muy grave y yo lo rechazo, sino que además se puede prender una confrontación civil que sería mala no solo para Venezuela sino para toda la región. Hay muchas armas rondando y muchos grupos militares y paramilitares.
¿Y qué opina de la intervención extranjera?
Una intervención militar en Venezuela va a ser un desastre y el primero que lo va a sufrir es Colombia. El pueblo colombiano podría volver a tiempos de guerra cruenta, porque el conflicto en Venezuela se va a extender.
Nosotros tenemos 2.000 kilómetros de frontera, muy viva, por cierto. Además, el esquema de defensa de nuestro Ejército, que fue una doctrina bolivariana que impulsó el presidente Chávez, está basada sobre el principio de una guerra popular, o sea, no es la guerra de los grandes aviones —aunque los tenemos—, sino es la guerra de todo el pueblo en armas defendiendo al país. No se debe jugar con esos escenarios, ni se deben poner siquiera como un escenario. Tenemos que levantar la voz para que cese la guerra. Puede venir un artista, puede hacer un espectáculo, puede decir que quiere una guerra y después se va a Miami, o se va a Madrid, pero se va. Los muertos los vamos a poner nosotros y eso hay que evitarlo a toda costa. Más allá de si somos chavistas o somos de la oposición o si eres de Maduro, la guerra debería ser un escenario negado para nosotros y cualquiera que alimente ese escenario es un enemigo de nuestro país, de ambos países.
¿Qué piensa de todo el tema de la ayuda humanitaria?
El problema, insisto, es que cuando tú politizas la ayuda humanitaria ya eso va mal. Yo me acuerdo que en la guerra con Siria, un país donde se estaban matando, las Naciones Unidas tenían que tener el consentimiento de este país para que pasara la ayuda humanitaria. Nadie va a aceptar que pase un camión con cajas que dicen “USA” o lo que sea para que hagan propaganda dentro de tu país o para utilizarlo como un tema político. Eso no quiere decir que la ayuda humanitaria no haga falta; sí hace falta. Yo sostuve en 2014 que no hacía falta porque conociendo los números económicos sabía que había manera de resolverlo, pero la incapacidad de Maduro ha sido monstruosa. Si yo fuera Maduro la hubiera aceptado. Que entre la ayuda humanitaria, pero a través de la ONU. Si todos los países de la región quieren dar ayuda humanitaria, perfecto. La ONU tiene los organismos que son absolutamente transparentes y balanceados que no politizan el tema y la entregan. De hecho, yo hubiese pedido una ayuda masiva en las Naciones Unidas. Este es un momento en donde la ONU casi no ha intervenido en nuestra región, solo lo ha hecho en Haití, después con la misión política en Colombia. Sería una oportunidad para que el sistema de Naciones Unidas interviniera en la salud, en los alimentos, en toda la situación social que estamos afrontando. Nuestro país requiere ayuda, pero no una politizada, porque cuando ves ese show y después la violencia que se desató sabes que no está bien.
¿Cómo ve a la oposición?
La oposición está tan carente de liderazgo que tienen que recurrir al liderazgo externo para avanzar en sus propósitos. El presidente Donald Trump hizo una campaña a favor de Guaidó en Florida como las hace a favor de sus candidatos a la Gobernación. Y Guaidó aterrizó en Colombia en un avión de la Fuerza Aérea Colombiana. Eso no tiene presentación. No es porque sea Colombia, sino porque no está bien. Nunca va a haber un presidente colombiano descendiendo de un avión militar venezolano.
La oposición no tiene liderazgo, ahí está lo grave, porque Guaidó es una cara nueva, es un líder local, pero detrás de él está el grupo de extrema derecha Voluntad Popular, ni siquiera están los tradicionales líderes de la oposición venezolana de Acción Democrática, un Nuevo Tiempo o Primero Justicia. Es muy grave que el país quede entre lados extremos: por uno están Delcy Rodríguez, Maduro y todos los que yo digo que son como unos malandros, y del otro, la derecha jugando a la guerra. Es el momento de que se anteponga la política. Tenemos que ir a un proceso electoral y que vayan todos los candidatos con garantías políticas para decidir esto sin necesidad de matarnos.
¿Sería candidato presidencial?
Sin lugar a dudas. Eso es en lo que estoy trabajando, y no solo con el chavismo, porque creo que tenemos que tener una propuesta que sea más incluyente y vamos a necesitar un acuerdo. Suponiendo que hoy sea el día cero, que todo lo político se arregló, vamos a tener que trabajar muchísimo para superar el desastre que ha dejado Maduro. Primero reconstruir todo el país que nos dejó Chávez, nuestra industria petrolera, nuestras misiones, nuestros programas sociales y recuperar la institucionalidad del Estado. Ahorita Maduro tiene las instituciones en manos de sus malandros. Hay que hacer como un saneamiento espiritual del país, dejar atrás la amenaza de las revanchas, el ojo por ojo en el que todos estamos quedando tuertos. Tenemos problemas económicos y nuestros muchachos se han ido.
¿Cómo sería una carrera electoral con la oposición, sobre todo con el líder opositor Juan Guaidó?
No, Juan Guaidó no será el candidato de la oposición. El candidato va a ser Leopoldo López, que es el jefe de Guaidó y que está calladito porque sabe que tiene mucho rechazo en el pueblo venezolano. Yo creo que el país debe debatir cuáles son las propuestas, y hay que trabajar todos juntos para reconquistar la normalidad. Yo revertiría todo lo que Maduro estaba haciendo en PDVSA, porque si ella se entrega no va a haber manera de recuperar el país. Si se entrega va a ser la historia sobre el saqueo más grande sobre nuestro país.
¿Qué pasó con PDVSA?
Yo le entregué a Maduro una empresa de US$282.000 millones de activos. No solamente es la empresa más importante de América Latina, sino la quinta empresa petrolera más importante del mundo: así se la dejé a Maduro. Qué Fondo Monetario ni qué nada. Nosotros tendríamos suficientes recursos en la industria petrolera no para resolver el problema, pero sí para tener un recurso constante. Maduro ha dicho que la causa del problema fue el precio del petróleo, pero es mentira. Cuando estuvimos con Chávez teníamos a US$11 el precio del barril. Luego que fue la corrupción, y tampoco. Ha habido casos de corrupción en la alimentación, en el cambio de divisas, en su propio grupo de poder. Luego que fue la conspiración, que la guerra económica, nada. La respuesta hay que buscarla en el pésimo manejo que ha hecho de la industria petrolera: persiguió a todos nuestros muchachos y los tiene presos, algunos ministros han muerto en cautiverio. Destrozó la industria y ese es el eje del país. La peor sanción que le ha caído a PDVSA es Maduro, pues ha destruido la industria petrolera.
El señor que puso a cargo, Manuel Quevedo, es un guardia nacional, fue el hombre que estuvo al frente de la represión en el año 2014, y no sabe nada de petróleo. Puso en la industria, muy delicada, por cierto, a puros guardias nacionales.
¿Qué piensa del papel de Colombia, Brasil y Estados Unidos en la crisis?
Esos tres países definitivamente tienen gobiernos de derecha muy agresivos. Están haciendo cosas que nadie hubiese hecho y tienen que tener cuidado, pues son acciones que después serán difíciles de recoger en una relación, incluso cayendo Maduro. El presidente colombiano está cometiendo errores con sus declaraciones, porque nosotros vamos a estar unidos para siempre. Somos países hermanos, no son tres puentes y ya, somos 2.000 kilómetros y 200 años de historia. Y esté o no esté Maduro, vamos a tener unas reglas mínimas de convivencia y hay que tener cuidado. Cada presidente tiene su propia visión, pero hay que pensar un poquito más en el futuro, en lo que viene de aquí adelante.
¿Hasta cuándo cree que Maduro resista?
Es cuestión de tiempo. El mejor aliado de Maduro es la oposición, que siempre ha tenido una estrategia inmediatista que proviene de las élites. Tú ves que ese odio que ellos generan ayuda mucho a Maduro. Cada vez que hablan de que las tropas extranjeras nos van a invadir lo que hace todo el mundo es nuclearse en torno a Maduro. Si lo dejáramos solito, Maduro no le aguanta una elección a nadie. A mí no me gana Maduro, menos a un candidato del consenso nacional. El pueblo tiene que votar.