PRECIOS
Esta semana los precios de petróleo presentaron una tendencia a la baja, el viernes 12 de junio los marcadores Brent y WTI, cerraron en 38,73 y 26,26 dólares el barril respectivamente, mostrando una baja de 7,7% y 32,51% respecto a sus valores del pasado 5 de junio, cuando se cotizaron en 41,97 y 38,91 dólares el barril, respectivamente, sus valores más altos desde el inicio de la crisis en el mes de marzo.
El comportamiento a la baja del precio del petróleo observado esta semana responde a la incertidumbre del mercado respecto a la recuperación de la economía mundial ante los efectos de la pandemia del Covid-19, la cual, lejos de controlarse, se sigue expandiendo, sobre todo en los EE.UU.
Por otra parte, el mercado se ajusta a la baja luego del impacto positivo en los precios, durante el mes de mayo y la primera semana de junio, de los recortes de la OPEP+, los cuales han tenido una importante incidencia en la reducción de la sobreoferta de petróleo que caracterizó el mercado petrolero durante los meses de marzo-abril. Sin embargo, los precios reaccionaron positivamente a las sucesivas demostraciones de cohesión y compromiso mostrados por los ministros de la OPEP y OPEP+ al extender el recorte de 9,7 millones de barriles día por un mes adicional, hasta finales de julio.
Es por ello que el comportamiento de los precios fue producto de un “rebote” desde sus niveles mínimos de 17,36 dólares y -36,98 dólares para el Brent y WTI de los días 20 y 21 de abril, hasta los niveles más altos alcanzados el 5 de junio de 41,97 y 38,91 dólares, respectivamente.
Ahora el precio, en un comportamiento típico de situaciones de inestabilidad e incertidumbre del mercado como el actual, tendrá alzas y bajas, hasta alcanzar el equilibrio, de sus fundamentos e indicadores: oferta, demanda, inventarios.
La recuperación de los precios del petróleo seguirá en la medida en que se cumplan estrictamente los recortes de producción, se reduzca la oferta y se recupere progresivamente la demanda, y en la medida que se logre controlar la pandemia del COVID-19 y se restablezca la actividad económica de los países industrializados y grandes consumidores, liderados por China, EE.UU. y la India.
El asunto importante es poder estimar cuándo sucederá esta recuperación y hasta qué niveles de precios. Si consideramos los precios de los marcadores Brent y WTI al principio de este año, antes de la crisis de marzo, podríamos decir que un primer nivel de precios objetivo podrían ser los 67,05 y 61,17 para el Brent y el WTI, niveles a los que se cotizaban estos marcadores al inicio del año. Respecto a esos niveles, el precio todavía está por debajo en un 43% y 57%, respectivamente.
En relación con los niveles de precios de hace un año, de junio de 2019, con el Brent y el WTI cotizandose en 64,22 y 54,66 dólares por barril, respectivamente, y con una demanda de petróleo de 99,77 millones de barriles día, observamos que, a pesar de la recuperación de mayo y junio, los marcadores todavía están muy por debajo de sus cotizaciones de hace un año, ubicándose en un 40% y 35%, respectivamente. Así lo refleja la gráfica publicada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de los precios del mercado petrolero de abril 2019 al cierre de mayo 2020:
HISTÓRICO DE PRECIOS DEL MERCADO PETROLERO
Abril 2019 – Mayo 2020
Todos los organismos y agencias especializadas estiman que el precio del petróleo mostrará mejores resultados hacia finales de este año, en la misma medida que se cumplan los recortes de la OPEP+, se reduzca la sobre oferta, se reactive la economía mundial de cara a recuperar la demanda mundial de petróleo y se drenen los excesos de inventarios plenos de petróleo barato, “cheap oil”
Las estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA) en relación con los precios en 2020 establecen que estos irán recuperándose progresivamente, en la medida que durante el segundo semestre se disminuyan las existencias de petróleo mundial. La reducción progresiva de los inventarios favorecerá el alza de los precios de petróleo en 2021.
En su informe publicado el lunes 8 de junio, “Perspectivas Económicas”, el Banco Mundial estima que el precio promedio del petróleo en 2020 se reducirá en 47 dólares por barril, (-42%) en relación con el precio promedio 2019, por lo que prevén una recuperación de 18 dólares por barril en 2021.
PRECIOS DEL CRUDO BRENT
Es importante considerar el comportamiento siempre convergente de los marcadores BRENT y WTI, pero en esta coyuntura, como lo señalamos en el Boletín Petrolero de fecha 02 de abril, cuando el diferencial de los precios de cargamentos spot a los precios futuros del crudo Brent de mayo y noviembre alcanzaron una cifra récord de 13,45 dólares por barril, este comportamiento se ha corregido, el Brent ha tenido una recuperación más pronunciada que el WTI, al estar menos expuesto a la caída de la economía norteamericana y a los problemas de restricciones de almacenamiento que han afectado a los EE.UU. y al Cushing Oklahoma en particular que, como ya vimos en abril, es un factor fundamental para la cotización del WTI y los crudos indexados a su cotización, especialmente crudos de Latinoamérica.
Según estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA) de los EE.UU., en su reporte mensual del 9 de junio, el precio promedio del Brent para el segundo semestre del 2020, será de 37 dólares por barril, aproximadamente. Así mismo, estiman que el precio promedio de este marcador para 2021 podría ubicarse en 48 dólares por barril, aproximadamente.
El precio promedio de las últimas cuatro semanas del Brent se ubicó en 38 dólares barril, una recuperación del 53% en relación con el precio promedio de las cuatro semanas anteriores de 25 dólares por barril.
ESTIMACIONES DE PRECIOS PARA EL CRUDO BRENT
El comportamiento del WTI ha sido más errático, sufriendo incluso un derrumbe a precios negativos de -37 dólares el barril, debido a los problemas de falta de capacidad de almacenamiento en Cushing Oklahoma.
VARIACIÓN DE LOS PRECIOS DE CRUDO WTI
(2019-2020)
Luego de su colapso, sin embargo ha mostrado, al igual que el Brent, una sostenida recuperación a partir de la entrada en vigencia de los recortes de la OPEP+ y el drenaje de inventarios en Cushing Oklahoma.
El WTI se recuperó en 99% entre el mes de mayo y junio. El día viernes 12 de junio, al cierre de los mercados en Europa, se ubicó en 36,21 dólares por barril, una reducción del 4% en relación con los precios del lunes, cuando se ubicó en 38,18 dólares por barril.
La Administración de Información Energética (EIA) muestra un aumento sostenido de los precios a futuro; al 6 de mayo los precios a futuro NYMEX alcanzaron los 37,20 dólares por barril, una recuperación de 22 dólares en relación con el primero de mayo.
Sin embargo, persisten las preocupaciones en el mercado por el incremento del nivel de inventarios en los EEUU, donde se han alcanzado los 538 millones de barriles de petróleo, haciendo retornar las preocupaciones sobre una nueva caída de la cotización del WTI, sumado a la incertidumbre sobre la capacidad de la administración norteamericana de controlar la pandemia del COVID-19, que sigue su expansión en el país.
Por su parte, la referencia de precios de la Cesta de Petróleo OPEP, en su último reporte del 11 de junio, mostró una caída a 36,55 dólares por barril, luego de haber llegado a cotizar 38,89 dólares por barril el lunes 8 de junio.
CESTA DE PETROLEO OPEP
PRODUCCIÓN
En términos de la oferta, los recortes de producción de la OPEP+, entre mayo-junio y su extensión durante el mes de julio, han sido cruciales para comenzar a equilibrar el mercado petrolero. El fin de la “guerra de precios” entre Rusia y Arabia Saudita, así como el compromiso de ambos países de liderar un esfuerzo sin precedentes de recortes de producción, ha enviado una clara señal al mercado sobre la voluntad política de los principales productores de petróleo en reducir la sobre oferta, así como en ejercer presión para que el resto de los 23 países que los acompañan en la OPEP+ cumplan con sus compromisos de recortes de producción.
CUOTAS DE PRODUCCIÓN POR PAÍSES DE ACUERDO A LOS ACUERDOS DE RECORTE DE LA OPEP+
La muestra más clara de esta determinación fue el adelanto de la reunión de la OPEP y OPEP+ del pasado sábado 06 de junio, para presionar a los grandes productores, sobre todo Irak y Nigeria a que cumplieran cabalmente su cuota de recorte, además de obtener de los mismos el compromiso de compensar la falta de cumplimiento con recortes de esos países hasta el mes de septiembre.
Por otra parte, los recortes adicionales acordados por Arabia Saudita y Omán, así como la reducción de producción anunciada por Noruega para junio de 2020, drenan aproximadamente 1,4 millones de barriles dia de petróleo. Sin embargo, el Ministro de Energía de Arabia Saudita, Abdulaziz bin Salman Al-Saud, informó el 8 de junio que su país no tiene intención de realizar recortes adicionales en julio y que en dicho mes incrementará su producción para satisfacer las necesidades del mercado interno. De la misma forma, Noruega reiteró el 8 de junio que no modificarían los recortes anunciados el 30 de abril por la Ministra de Energía, Tina Bru, de 250 mil barriles día en junio y 134 mil barriles día para el segundo semestre de este año.
La salida de México de los acuerdos de la OPEP+ fue una baja sensible en términos políticos, mas no así volumétricos, pues solo estaba recortando 100 MBD. Con la salida de este país latinoamericano de los acuerdos de la OPEP, no queda ningún país de la región haciendo esfuerzos de recortes de producción para contribuir a la recuperación del precio. De esta manera, el peso del esfuerzo para recuperar el precio recae en los países del Golfo Pérsico, África y Rusia.
En espera de la reunión de monitoreo anunciada para el 18 de junio y del Reporte de la OPEP del Monitoreo del Mercado petrolero, sólo existen estimaciones y predicciones de agencias privadas sobre el nivel de cumplimiento del recorte de producción de los países de la OPEP+.
De acuerdo a las estimaciones de S&P Global Platts, en términos generales, el nivel de cumplimiento de OPEP+ fue satisfactorio (un promedio de 85%), aunque Irak, Nigeria y Gabón, y los no-OPEP Brunei y Sudán del Sur no llegaron al 50% de cumplimiento; Kazajistán apenas superó dicho porcentaje:
ESTIMACIÓN DEL NIVEL DE CUMPLIMIENTO DE LOS RECORTES OPEP+ (mayo)
Respecto a la oferta de petróleo mundial, el reporte del 09 de la junio la Administración de Información Energética (EIA) calcula que la oferta se ubicó en 92,6 millones de barriles día en el segundo trimestre de 2020, lo que representa una reducción de 7,9 millones de barriles día en relación con el mismo periodo en 2019. La agencia estadounidense atribuye este descenso principalmente a los recortes voluntarios acordados en la reunión de la OPEP+.
La EIA también considera que la reducción de las actividades de perforación en los Estados Unidos afectará la oferta de crudo a nivel mundial.
Esta agencia asegura que la producción de petróleo de Estados Unidos cayó de niveles récord de 12,9 millones de barriles día en noviembre de 2019 a 11,4 millones de barriles día en mayo de 2020. En tal sentido, pronostican una producción promedio de 11,6 millones de barriles día para el 2020, resaltando que con esta reducción de la producción Estados Unidos se remonta a los mismos niveles de 1987, argumentando que el descenso actual se debe al cierre de pozos de extracción activos, la caída de precios y la inestabilidad en el mercado, lo cual disminuye a su vez la perforación de pozos fundamentales para la producción de este país. Estima la EIA que la producción seguirá reduciéndose hasta marzo 2021 y consideran que comenzará su ajuste a finales de ese año.
PRODUCCIÓN DE PETRÓLEO EN LOS EEUU
(2018-20121)
Según la EIA, la producción de petróleo proveniente de esquistos ha decaído en cerca de 1 millón de barriles día en los últimos dos meses, afectado fundamentalmente por la disminución de la actividad de taladros en el país, las características y comportamiento geológico de estas arenas, así como los problemas financieros de los productores de “Shale Oil” en ese país.
CAÍDA DE LA PRODUCCIÓN DE “SHALE OIL” EN LOS EEUU
Adicionalmente la EIA confirma para el mes de junio la tendencia al decrecimiento en la actividad de los taladros en los EE.UU., situación que hemos señalado en Boletines anteriores. La agencia menciona la evaluación de Baker Hughes sobre el número actual de taladros activos, el cual es el más bajo desde que llevan registros. Los taladros activos han descendido de 222, en mayo, a 206 para el 5 de junio y 199 taladros al día para el 7 de junio.
CAÍDA EN LA ACTIVIDAD DE TALADROS EN LOS EEUU
(marzo-junio 2020)
ECONOMÍA
A pesar del drástico recorte de producción de petróleo de la OPEP+ , durante mayo-junio, y su extensión al mes de julio, además de los cortes de producción voluntarios e involuntarios como los de Noruega, Canadá, EEUU y Brasil, el precio del petróleo tuvo una semana de retrocesos, debido a las incertidumbres y pronósticos negativos respecto al desempeño de la economía mundial para este año 2020.
OCDE
Este lunes 8 de junio, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó su reporte “Perspectivas Económicas de la OCDE, junio de 2020”, donde prevé una recesión mundial de la economía para este año en el orden del 7,6%, si una segunda ola de COVID-19 se extiende, o del 6% si la pandemia permanece bajo control.
La organización califica la recesión económica generada por la crisis sanitaria del COVID-19 como la más grave registrada en un siglo. En los escenarios que prevé la OCDE, la Zona Euro sería la región con mayor recesión económica, con una reducción del PIB entre 9,3% y 11,7%.
ESCENARIOS ECONOMÍA MUNDIAL
SEGÚN OCDE
Aún cuando las medidas de restricción de desplazamiento han resultado positivas para evitar la propagación del virus, la OCDE sin embargo califica este periodo con un alto grado de incertidumbre, considerando que la caída abrupta de la economía en un escenario tan impreciso, hace aún más difícil la configuración de una estrategia efectiva para la recuperación de la economía. En sus previsiones, la organización indica que ambos escenarios apuntan a que la recuperación de la economía a niveles iguales a los de abril 2019 no será posible hasta dentro de dos años.
En relación a los efectos en la tasa de desempleo para el 2020 a nivel mundial, estimada por la OCDE, se duplica en el mejor de los escenarios, ubicándose en 5,4%, pero la lleva a 9,2% en caso de un segundo brote.
Aunque el reporte de la OCDE estima una recuperación para el 2021 de 5,2%, en caso de que se tenga un control aceptable de la pandemia y su difusión, o de 2,8% si sobreviene la llamada segunda ola, la OCDE es categórica al indicar que “…a finales del 2021, la pérdida de ingresos supera la de cualquier recesión anterior en los últimos 100 años fuera de tiempos de guerra, con consecuencias nefastas y duraderas para las personas, las empresas y los gobiernos.”
A este panorama expuesto por la OCDE se suman las declaraciones del Presidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Jerome Powell, el 10 de junio, cuando afirmó que la Reserva Federal no tiene pensado modificar los tipos de interés, a la vez que prevé una caída del PIB de Estados Unidos de alrededor de 6,5% este año, y un posible crecimiento de la economía de hasta 5% en 2021.
Las bolsas globales reaccionaron con nerviosismo a estas declaraciones y cerraron en su mayoría a la baja. En cuanto al mercado petrolero, estas previsiones sombrías ocasionaron un descenso de los precios que revirtió el repunte sobre los 40 dólares barril de inicio de semana al que ya hemos hecho referencia en párrafos anteriores.
Por su parte, el Banco Mundial, en su informe publicado el lunes 8 de junio “Perspectivas de la Economía Global”, estima que la contracción económica en 5,2% para el 2020, América Latina sería la zona más afectada con 7,2% y le sigue Europa con 4,7% consideran que prácticamente toda la Zona Euro estará en recesión.
La crisis del coronavirus sigue teniendo incidencia en el plano económico en un número importante de países. Los casos confirmados registrados de COVID-19 alcanzan los 7,27 millones, con 413 mil fallecidos hasta el día de hoy, sábado 13 de junio.
EEUU
Los casos de Covid-19 siguen aumentando rápidamente en Estados Unidos; la cifra de casos confirmados alcanzó los 2,09 millones y 116 mil fallecidos; analistas estiman que la flexibilización de restricciones en los estados y las concentraciones multitudinarias producto de las protestas por la muerte de George Floyd a manos de la policía, podrían incidir en el aumento de los contagios y los casos en EE.UU.
En cuanto al tema laboral en los Estados Unidos, uno de los países clave para el impulso de la demanda de petróleo, las solicitudes de ayuda por desempleo siguen disminuyendo esta semana, según el reporte de fecha 11 de junio del Departamento de Trabajo se registraron 1,5 millones de solicitudes esta semana, para un total de 44,2 millones de desempleados en este país.
DISMINUCIÓN DE SOLICITUDES DE AYUDA DESEMPLEO EN EE.UU.
En relación al tema de los consumidores en EE. UU., a medida que más estados comenzaron a reabrir sus economías y los empleadores restablecieron los empleos, se está evidenciando un aumento a principios de junio a niveles máximos desde 2016.
El índice de este movimiento en el consumo, según un estudio preliminar de la Universidad de Michigan, aumentó 6.6 puntos, llevando el indicador del denominado “sentimiento del consumidor” a 78.9, según datos del viernes. La proyección mediana en una encuesta de Bloomberg a un grupo de economistas mostró una ganancia de 75. Cabe señalar que incluso con la mejora, el indicador permanece muy por debajo de los niveles previos a la pandemia.
CHINA e INDIA
Como hemos referido en el Boletín anterior, la segunda economía del mundo está generando altas expectativas de contribuir a la recuperación de la economía global tras superar el periodo de mayor virulencia del COVID-19 en el país, con una demanda de petróleo que vuelve a los niveles anteriores a la pandemia.
Sin embargo, el día de hoy sábado 13 de junio, las autoridades del país anunciaron el establecimiento de nuevas medidas de confinamiento en varios sectores de Beijing, luego que fuera detectado un brote importante de Covid-19 en el mercado de Xinfadi de la capital China. Este episodio confirma una de las mayores preocupaciones e incertidumbres en todos los pronósticos del desempeño de la economía mundial: la esperada segunda ola del coronavirus, su impacto y alcance.
A pesar de que distintas agencias y el mismo gobierno, estiman que, a diferencia del resto de las economías industrializadas, China tendrá un modesto crecimiento de 1,8% este año, los reportes del sitio web Trading Economics acerca del proceso de normalización de la economía, indican que esta recuperación relativa enfrenta retos: en el mes de mayo las exportaciones de productos chinos cayeron un 3,3% en relación al mismo periodo en 2019, caída que los analistas atribuyen a mercados exteriores aún debilitados por la crisis sanitaria global.
Por su parte, el Banco Mundial, en su Reporte de Perspectivas Económicas globales de junio 2020, proyecta una ralentización de la economía china del 1% este año, la tasa de crecimiento más baja que se haya registrado en el país en más de cuatro décadas.
Mientras que en la India, tercer importador de petróleo del mundo, la firma Fitch Ratings informó el 10 de junio que después de la contracción del PIB en un 5% por la pandemia en 2020, las estimaciones de la tasa de crecimiento del país estarían en 9,5% el próximo año, siempre y cuando no se deteriore más la situación sanitaria a causa del COVID-19.
DEMANDA
En cuanto a las estimaciones de la demanda mundial de petróleo, las predicciones siguen coincidiendo en una importante pérdida cercana al 10% antes del inicio de la crisis económica por la pandemia del Covid-19.
El presidente de la 179ª Conferencia ministerial de la OPEP, el ministro de energía de Argelia, Arkab Mohamed, declaró que la organización estima una caída en la demanda mundial de petróleo en 9,07 millones de barriles día, tal como fue reportado por la Organización en su último Reporte Mensual del Mercado Petrolero (MOMR por sus siglas en inglés) del pasado 13 de mayo 2020.
Por su parte, la Administración de Información Energética estadounidense (EIA) prevé que la demanda de petróleo para 2020, se ubique en 92,5 millones de barriles día, lo que representa una disminución de la demanda de 8,3 millones de barriles día en relación al 2019. De igual manera, esta agencia en su último reporte de mayo, estimó una caída en la demanda de petróleo para el 2020, del orden de 9,3 millones de barriles día.
CAÍDA DE LA DEMANDA MUNDIAL DE PETRÓLEO
2020
DEMANDA PETROLERA y COVID-19
Hasta ahora, el comportamiento de la demanda de petróleo ha tenido una correlación directa con la expansión del Covid-19, en lo que podríamos llamar una primera etapa de la expansión del coronavirus y su afectación a la demanda de petróleo.
En esta, el Covid19 tuvo su inicio en China, la segunda economía del mundo y primer importador de petróleo, y luego se ha ido trasladando a las grandes economías industrializadas o consumidores de petróleo de Europa, Reino Unido, Asia y los EEUU.
Luego del impacto de esta primera etapa del Covid-19, con fuerte afectación en la demanda de petróleo, sobre todo en la primera mitad del año, se espera una recuperación gradual hacia la segunda mitad de este año.
Así, como hemos señalado en boletines anteriores, la recuperación de la demanda de petróleo mundial viene liderada por China y el resto de las economías asiáticas, en la medida que avanza la recuperación de sus economías.
RECUPERACIÓN DE LAS IMPORTACIONES PETROLERAS DE CHINA (mayo)
En esta segunda mitad del año, luego de los impactos iniciales, las economías de Europa y Reino Unido han comenzado a reactivarse y levantar las restricciones de movimiento y confinamiento; proceso que ha tenido mayores contratiempos en los EEUU, donde el Covid-19 se desplaza rápidamente de los anteriores epicentros como Nueva York y California, al resto de los Estados de la Unión, sin que las autoridades hayan podido frenar su propagación, por lo que las estimaciones de recuperación económica en la mayor economía del planeta y primer consumidor del mundo, sigue rodeada de incertidumbre.
Sin embargo, y a pesar de la esperada segunda ola de la pandemia, todas las instituciones económicas y agencias especializadas tienden a coincidir en que la economía de los países industrializados sufrirá los impactos de la pandemia hasta finales de este año, para experimentar una importante recuperación para el año 2021, un rebote en términos de crecimiento y de recuperación de la demanda petrolera.
Sin embargo, el Covid-19 se sigue expandiendo, pero ahora hacia los países más pobres y las economías menos desarrolladas de África y América Latina. Es a partir de este momento que podemos comenzar a describir un comportamiento de la demanda petrolera que no es linealmente proporcional a la expansión del coronavirus, pues los países que serán afectados en esta segunda etapa, no son grandes economías industrializadas, ni grandes consumidores de petróleo.
A partir de la segunda etapa de este comportamiento que estamos describiendo respecto a la demanda petrolera, la afectación del Covid-19 se desplaza de los países más ricos, industrializados y grandes consumidores, hacia los países más pobres, menos industrializados y en consecuencia menos demandantes de petróleo, pero donde se ubican la mayoría de los países productores de petróleo.
En el caso de los países productores de petróleo, ubicados en África, América Latina y en menor medida los países del Golfo Pérsico, a las dificultades económicas producto del colapso de los precios del petróleo, se suman los efectos adversos, económicos, sociales y de salud pública, del impacto del Covid-19 en sus países, lo que, dadas las características y situaciones particulares, en países como Venezuela, México, Brasil, Angola, Nigeria, Argelia, Libia, Irak e Irán, entre otros, podría tener consecuencias políticas o dar inicio a períodos de desestabilización económica y social que afecten su capacidad y la de sus empresas nacionales, de reasumir o restablecer sus plenas capacidades de producción de petróleo.
En esta segunda etapa del impacto del Covid-19 en los países pobres, el impacto de la pandemia, puede reflejarse no en el lado de la demanda, sino en el lado de la oferta. Dependerá de la capacidad del liderazgo de los países productores de petróleo manejar esta situación extraordinaria en términos de economía y colapso del mercado petrolero, manteniendo a la vez sus capacidades productivas y su posición en el escenario petrolero internacional.
INVENTARIOS
Respecto a los inventarios mundiales de petróleo, la Administración de Información Energética de los EEUU (EIA), en su reporte de cierre del segundo trimestre 2020, estima que los inventarios mundiales de combustibles líquidos aumenten en 2,2 millones de barriles día promedio en 2020, una disminución del 76% en relación a la rata de aumento en el periodo de enero-mayo que alcanzaron una tasa promedio de 9,4 millones barriles día, cuando la sobreproducción de petróleo y la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita, coincidió con el desplome de la demanda mundial de petróleo debido a las medidas adoptadas a nivel mundial de desmovilización y reducción de la actividad económica, para combatir la propagación del COVID-19.
Al mismo tiempo, la EIA considera que los inventarios comenzarán a disminuir y que a partir de junio comenzarán a bajar a niveles normales, con una tasa promedio de 2,5 millones de barriles día hasta el cierre de 2021.
Este pronóstico está en línea con nuestro planteamiento del Boletín anterior, en el sentido de que la disminución de los inventarios estaría siendo el resultado de la estrategia de “cambio de la forma de la curva del precio” de la OPEP+ para forzar el drenaje de inventarios por parte de los consumidores.
En cuanto a los inventarios en los Estados Unidos, esta semana, según el reporte de la EIA se registra un aumento del almacenamiento de 6 millones de barriles días para ubicarse en 538 millones de barriles, lo cual representa un aumento de respecto a los niveles registrados el viernes 6 de junio. Estos niveles corresponden a 40 días de suministro, 12 días de cobertura por encima de los niveles registrados de 2019, de 28 días de suministro.
INVENTARIOS DE PETRÓLEO EN LOS EEUU.
Esta es la cuarta semana consecutiva de aumento en el almacenamiento, llegando a los niveles de 1982. Algunos analistas petroleros atribuyen el aumento de la última semana a las importaciones de crudo proveniente de Arabia Saudita, que estuvo enviando VLCC de petróleo a los EEUU durante el inicio del recorte de producción, utilizando los buques en ruta, como un “almacenamiento flotante, móvil”.
VENEZUELA
Tal como hemos mencionado en Boletines anteriores, Venezuela es, en estos momentos, el país productor de petróleo más expuesto a un proceso de desestabilización política y social, no solo por los efectos adversos del desplome de los precios del petróleo, sino porque, a diferencia de la mayoría de los países de la OPEP, el país enfrenta una severa crisis económica, política y social, mucho antes de la aparición del Covid-19.
Esta situación de convulsión permanente que ha caracterizado al período de gobierno de nicolás maduro, signada por una grave crisis institucional y violaciones de las leyes y de la Constitución, además de una severa crisis de liderazgo y legitimidad en la dirección política del país, tiene su origen en la incapacidad de conducción política y la severa crisis económica provocada por la intervención del gobierno en PDVSA, con el subsecuente colapso operacional de toda la industria petrolera nacional.
Así, es muy preocupante el hecho de que la crítica situación del país, sumido en la peor crisis económica de los últimos 100 años, con escasez de alimentos, medicamentos, servicios básicos y de combustible, deba abordar la pandemia del Covid-19 que se expande en la región. Actualmente, hay solo 2.879 casos activos y 23 muertes, según datos publicados por el Gobierno.
Las cifras han sido refutadas por organismos e instituciones internacionales, como es el caso de la Universidad Johns Hopkins, que en el mes de mayo publicó un documento oficial refutando los registros atípicos presentados por Venezuela. Lamentablemente, las últimas semanas han denunciado desde medios de comunicación nacional, la aprehensión de funcionarios de la salud, que declararon cifras o muertes relacionadas al Covid-19. La Organización de Naciones Unidas es uno de los principales organismos internacionales que han denunciado este vacío de información, además de gestionar múltiples acciones para colaborar en el suministro de lo necesario para atender la crisis sanitaria. El aumento de casos se atribuyen principalmente a el ingreso de venezolanos del extranjero, que han ingresado ilegalmente o por vías improvisadas.
En el último reporte publicado esta semana por la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Emigrantes de Venezuela, encabezada por la ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones, son 5 millones las personas que salieron de Venezuela, de las cuales solo 60 mil han regresado, mientras la organización atiende a los aproximadamente 40 mil que se encuentran en rutas de regreso, que sufren grandes necesidades porque realizan el trayecto incluso caminando. La frontera se encuentra cerrada desde el martes por instrucción del gobierno.
Colapso del sistema de la producción de combustibles
El colapso de la producción de combustibles, gasolina, diesel, lubricantes y gas licuado de petróleo, es la expresión más palpable para el pueblo venezolano de las consecuencias de la pésima gestión del gobierno en PDVSA. Para el ciudadano en general, la crisis del mercado petrolero y el colapso de la producción de petróleo en el país, sigue siendo un tema distante y desconocido, se intuye en el dramático deterioro de la situación económica, pero no se ve de forma directa. En cambio, el colapso de la producción y distribución de combustibles al mercado interno del país, se siente de manera directa en la población. No hay gasolina, no hay gas y es algo que no se puede ocultar.
El gobierno y sus precarios equipos al frente de la conducción de PDVSA, no han podido reiniciar operaciones en las refinerías del país. A pesar de los reiterados anuncios hechos y de que el actual presidente de PDVSA estuvo diez años al frente de la vicepresidencia de Refinación y Comercio y Suministro de PDVSA, las nuevas autoridades de la empresa no han podido activar las unidades de producción de combustibles ni en la Refinería El Palito, ni el Complejo Refinador Paraguaná, ni en la refinería de Puerto La Cruz.
El gobierno ha estado administrando los volúmenes de combustibles importados desde Irán, que le ha permitido incrementar el precio de la gasolina al mercado interno y entregar al sector privado la distribución y venta de los combustibles, en una flagrante violacion de la Ley Orgánica de Reordenamiento del Mercado Interno de los Combustibles Líquidos promulgada en septiembre de 2008, que reserva al Estado venezolano, por intermedio de PDVSA, el control y operación del mercado interno de combustibles en el país.
El gobierno trata de ganar tiempo con la escasez de combustibles administrando la cuarentena por el Covid-19, extendiendola un mes más, para tratar de activar la producción del sistema de refinación nacional, aún sin éxito.
Igual situación se presenta en la producción y distribución de gas licuado de petróleo, utilizado por más del 80% de la población como el combustible para cocinar. Como lo explicamos en nuestro Boletín del 03 de abril, las plantas de fraccionamiento de gas del país, ubicadas mayoritariamente al oriente, han colapsado operacionalmente, producto de la mala gestión, falta de conocimiento y escasez de producción de petróleo con gas rico asociado, tanto en el oriente como en el occidente, producto del colapso de la producción de petróleo.
La Planta de Fraccionamiento de Jose, ubicada en el oriente del país y responsable de la producción del 50% de Gas Licuado de Petróleo, está completamente parada, tal como lo han reportado dirigentes obreros.
Por otra parte, los escasos volúmenes de GLP que se producen son comercializados por las gobernaciones de los diferentes estados del país, a los cuales el gobierno entregó la gestión y operaciones de la empresa PDVSA Gas Comunal, la cual fue desmantelada y se encuentra en mínimas condiciones operacionales. El precio de venta de los cilindros de GLP o “bombonas” de gas en el país están muy por encima del precio oficial, además de ser un producto escaso, por lo que el ciudadano ha tenido que recurrir al uso de la “leña” para cocinar. Ya los voceros del gobierno han anunciado la intención de privatizar la producción y distribución, colocando el precio de venta, a precios internacionales en dólares, tal como se ha hecho con la gasolina en el país.
El gobierno ha venido desarrollando la estrategia de utilizar la situación de desabastecimiento y falta de servicios públicos, como los combustibles del mercado interno, para impulsar un proceso de privatización del sector petrolero, tal como lo ha anunciado la Comisión reestructuradora de PDVSA, presidida por el vicepresidente de economía, Tareck El-Aissami y que denunciamos en el pasado primero de mayo.
Producción de Petróleo
Durante el mes de junio la producción petrolera venezolana ha experimentado la más terrible situación de todo el siglo XXI y gran parte del Siglo XX, descendiendo alrededor de unos 200 MBD adicionales a la ya mermada producción de mayo, alcanzado un volumen promedio en los días transcurridos del mes, de alrededor de 360 MBD, como consecuencia de los altos inventarios en los almacenamientos terrestres y flotantes ante la incapacidad de despachar los volúmenes destinados a exportación, fundamentalmente por dos razones:
- Temor de las compañías navieras a ser objeto de sanciones por parte de la OFAC.
- Incapacidad de colocar crudos fuera de especificación en el mercado internacional por presentar un alto porcentaje de craqueado y altísimos volúmenes de agua y sedimentos.
Esta situación de saturación en los patios de almacenamiento y ante la posibilidad de que se desborden los tanques ha llevado a la dirigencia actual de PDVSA a cerrar una cantidad superior a los 500 pozos, siendo la Faja Petrolífera del Orinoco el área más afectada, que presenta a la fecha una producción promedio de 95.000 barriles por día, un hecho sin precedentes en la historia petrolera del siglo XXI; ni siquiera durante el Sabotaje Petrolero se alcanzaron niveles de producción inferiores a los 100 MBD, para un área que en 2012 llegó a producir más de 1.300.000 barriles diarios.
La segunda área más afectada es Occidente que exhibe un promedio de producción en el mes de 135 MBD, lo que representa una diferencia de más de 70 MBD con respecto al lánguido plan que PDVSA tenía para esta área durante el mes de junio.
Por último, el Norte de Monagas presenta un promedio de producción de 160 MBD, lejos de la meta establecida para este mes de 200.000 barriles por día para esta área.
Es un escenario realmente desolador, por cuanto, a la incapacidad de realizar exportaciones para generar ingresos al país, se suma el hecho de que diariamente se reduce la producción de las potenciales segregaciones que irían a las refinerías, que con ayuda iraní PDVSA intenta arrancar, lo que nos llevaría al más irónico de los escenarios de incapacidad petrolera en el mundo: recuperar parcialmente refinerías que luego no tendrán crudo para ser alimentadas, mientras la crisis del desabastecimiento de combustibles sigue afectando a todo el país.
Según un reporte publicado esta semana por Baker Hughes, solo un taladro de perforación está activo en el país, estimando que la producción de Venezuela está por debajo de los 500 mil barriles diarios.
En su reporte, Baker Hughes atribuye esta caída de la producción en primer lugar al cierre gradual de los campos petroleros, la caída de los precios, ausencia de personal y las dificultades técnicas de la industria por falta de inversión, agrega que los inventarios han subido al punto en que el colapsado sistema de PDVSA no pueden ser manejados.
Estos números de actividad de taladros en el país, contrastan radicalmente con la actividad de taladros del año 2013, donde contábamos con 322 taladros activos en el país y una producción de 3 millones de barriles día de petróleo, tal como lo señalamos en nuestro Boletín del 24 de abril.
CAÍDA DEL NÚMERO DE TALADROS ACTIVOS EN EL PAÍS
(2014-2020)
Por otra parte, producto de la imposibilidad de exportar petróleo, debido al deterioro de la flota propia de tanqueros que eran operados por la filial PDV-Marina y las sanciones norteamericanas, el país está presentando severas restricciones a su capacidad de almacenamiento, teniendo que parar producción.
La agencia Reuters informa que la producción en la empresa mixta Petrozamora, que opera en el occidente del país, ha caído a 28 MBD, por los problemas de almacenamiento de petróleo y las imposibilidades de exportación.
Igual suerte han corrido la producción de las empresas mixtas ubicadas en el oriente del país, en particular PetroPiar y Petromonagas, donde la producción ha caído a niveles mínimos, porque los socios minoritarios de PDVSA, Chevron y Rosneft, salieron del país debido a las sanciones y presiones norteamericanas.
Algunas estimaciones internas hablan de niveles de producción por debajo de 500 MBD, más cercana a los 300 MBD de petróleo, niveles que serían catastróficos para el país. Esperemos el informe de la OPEP de esta semana para poder verificar esta información con los datos reflejados por la Organización.
¿Dónde están los buques de PDVSA?
Esta situación de restricciones a las exportaciones de crudo venezolano, fue similar, aunque en menor dimensión, a la vivida por el país durante el Sabotaje Petrolero, cuando se paralizaron las exportaciones de PDVSA, por lo que nos vimos obligados a declarar la “fuerza mayor”, ante la imposibilidad de exportar.
En aquella ocasión, 2002-2003, los sectores gerenciales y de dirección de PDVSA, agrupados en la “gente de petróleo” e involucrados en la acción desestabilizadora de sabotaje de la industria petrolera, emitieron todo tipo de alertas y avisos de peligro y faltas de condiciones de seguridad en las operaciones de carga y descarga de petróleo en el país, alegando un estado de “conmoción” y caos en PDVSA, por lo que los armadores y aseguradoras de los buque petroleros no quisieron operar con PDVSA, imposibilitando las exportaciones de petróleo del país, en lo que se convirtió en un completo bloqueo a nuestras costas, lo que provocó el colapso del almacenamiento de petróleo, por lo que nos vimos obligados a detener la producción de petróleo. En enero de 2003, sólo produciamos 23.000 barriles día de petróleo.
A partir de la experiencia del Sabotaje Petrolero quedó en evidencia la debilidad de la industria por el manejo de privados de su logística de suministro de hidrocarburos, en el ámbito nacional e internacional, hecho que comprometía nuestras posibilidades de exportar nuestro petróleo. Así, desde la Junta Directiva de la Nueva PDVSA, entre el periodo 2004-2013, desarrollamos un plan estratégico para conquistar la plena soberanía en el manejo de nuestras exportaciones, construyendo una flota propia de transporte marino y estableciendo alianzas con nuestros socios estratégicos, a fin de contar con una flota de buques de transporte, operados por nuestra filial PDV-Marina, capaz de manejar y exportar un alto porcentaje de nuestra producción petrolera.
Así, en el marco de este plan estratégico, la flota controlada por PDVSA pasó de de 33 buques en 2002, a 76 buques en 2014. En este periodo se invirtió en adquisición de buques de gran tamaño, VLCC y la renovación de nuestra flota, con la desincorporación de 7 buques en mal estado (2007-2012) y la incorporación de 11 buques (2011-2013).
El transporte de PDVSA pasó de 48 buques en 2007 a un aumento en 38%, con un total de 77 buques de manejo soberano, a un aumento en 29 buques para 2014. Esta cantidad de buques fue la mayor registrada en este periodo.
En el 2014, PDV-Marina incorporó 8 buques a la flota: 1 Aframax (buque petrolero con hasta de 120 mil toneladas de capacidad), 5 buques LPG de Gas Propano Licuado (por sus siglas en inglés Liquefied Petroleum Gas) y 2 buques VLCC (por sus siglas en inglés Very Large Crude Carrier con hasta 400 mil toneladas de capacidad), para llegar a 33 buques propios.
En el plan de crecimiento de la flota de PDV-Marina se proyectaba incorporar 15 buques en el periodo 2015-2018: 2 buques asfalteros, 1 Aframax, 2 buques producteros y 8 Panamax, para un total de 48 buques propios.
En este sentido de estrategia de desarrollo soberano petrolero, se creó en 2008 la filial PDV Naval, a fin de desarrollar astilleros para la construcción, reparación y mantenimiento de buques y plataformas, así como puertos y todo lo relativo a la infraestructura naval de PDVSA y sus empresas filiales.
El volumen transportado directamente de la logística de suministros de hidrocarburos de PDVSA pasó de 349 millones de barriles de petróleo al año en el 2003, a 658 millones de barriles de petróleo al año en el 2013, un incremento de 309 millones de barriles de capacidad, un 89% en 10 años, conformados por 26 buques de flota propia renovada, entre las filiales de PDV Marina, Transalba y CV Shipping, además de 40 buques fletados por las filiales de PDVSA.
El mayor volumen transportado fue en 2012, gracias al crecimiento de las operaciones de cabotaje en el país para atender en la demanda de Diesel para el sector eléctrico, alcanzando un volumen de 676 millones de barriles día al año transportados con 72 buques propios. Al 2013, el requerimiento de la flota marítima aumentó en 22%, con 161 buques con manejo soberano, 129 fletados y 32 buques propios.
En 2014, el volumen transportado por PDVSA alcanzó los 684 millones de barriles de hidrocarburos al año, con 83 embarcaciones de flota propia y controlada, de los cuales 28 eran buques propios, 29 buques de empresas mixtas y aliados, además de 26 buques fletados. En 2013, se incorporó el buque “Ayacucho” un VLCC de dos millones de capacidad y 20 nuevos remolcadores, a fin de fortalecer la flota nacional y eliminar la dependencia de fletamento a terceros.
Sin embargo, buena parte, sino toda esta capacidad operacional de transporte de crudos e hidrocarburos con buques propios de PDVSA, se ha perdido. A partir de 2014, pero sobre todo durante la gestión del general Quevedo al frente de PDVSA, no solo se paralizaron las ampliaciones de la flota concebidas en el marco del Plan estratégico de soberanía en el transporte de petróleo, sino que los buques adquiridos por PDVSA, fueron abandonados en puertos o astilleros extranjeros y muchos de ellos rematados en procesos de subasta, porque la Junta Directiva de PDVSA no honró compromisos de pago y deudas financieras o embargos en acciones judiciales por privados interpuestas para cobrar deudas de PDVSA.
Hoy día PDVSA no cuenta con capacidades propias para el transporte de hidrocarburos, de haber mantenido las capacidades que logramos construir entre 2004-2014, la empresa podría manejar sus volúmenes de exportación sin importar las sanciones norteamericanas, sencillamente porque contaría con sus propios buques. La incapacidad y desidia de los administradores de PDVSA han dejado perder una ventaja estratégica de nuestra empresa y nuestro país.
En el marco del plan de la Comisión de “reestructuración” de PDVSA, la filial PDV-Marina, los buques que quedan y demás activos están en vía de privatización. Los trabajadores denuncian que los buques son transferidos al INEA, cambiados de nombre para luego ser entregados a una empresa rusa de buques. Los trabajadores señalan que las autoridades autorizaron el cambio de los nombres de las embarcaciones, el 50% de la participación del INEA será manejado por una empresa privada venezolana, designada por el presidente del instituto, designado casualmente el 10 de marzo de este año Presidente de PDV Marina, luego de la detención de 38 trabajadores por la Dirección de Inteligencia Militar, tripulación del Buque Negra Hipólita por supuestas acciones ilícitas, que hasta la fecha no se han confirmado.
Todo esto, absolutamente ilegal, ocurre de espaldas al país, sin el cumplimiento de lo establecido en la ley o estatutos de PDVSA, sin rendir cuentas a ningún órgano de control. Se pierden capacidades y activos del Estado.
Hoy día dependemos de otros países (por cierto países sancionados como Irán pero que cuentan con sus buques propios) o cualquier trader furtivo para manejar nuestras exportaciones. Ante la pérdida de nuestros propios buques, PDVSA se ve obligada a parar producción por tener copadas sus capacidades de almacenamiento. Es un nuevo sabotaje petrolero, pero ahora provocado por la incapacidad del propio gobierno.
Habría que preguntar al gobierno y los administradores de PDVSA en estos 7 años ¿Dónde están los buques de PDVSA?