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ActualidadAlargar el tiempo en el gobierno ¿Para qué?

Alargar el tiempo en el gobierno ¿Para qué?

“… alianzas cuya primera cláusula es la separación; luchas cuya primera ley es la indecisión; en nombre de la calma una agitación desenfrenada y vacua; en nombre de la revolución los más solemnes sermones en favor de la tranquilidad; pasiones sin verdad; verdades sin pasión; héroes sin hazañas; historia sin acontecimientos; un proceso cuya única fuerza propulsora parece ser el calendario…” 18 Brumario de Luis Bonaparte.

El madurismo que gobierna de forma efectiva se circunscribe a un reducido grupo de jefes. No todo el madurismo dispone, la mayoría obedece. Pero este grupito, a su vez obedece a sus propias angustias, que es en lo que se ha convertido la voluntad política de Chávez para el cambio después de su muerte, en angustias, desesperación, improvisación. Eliminado el plan político todo lo que sigue ha sido un despelote nacido del intento de liberalizar la economía mediante leyes que lo niegan (ley del plan de la patria, ley de zonas especiales, ley de inversiones extranjeras productivas, ley antibloqueo). El futuro es, para el madurismo, un volver al pasado. Primero con vergüenza, haciendo trampas, disimulando, luego con todo el descaro del mundo (lean “El descaro burgués del gobierno de Maduro” en Aporrea; Por: Wladimir Abreu | Lunes, 19/04/2021 07:56 AM https://www.aporrea.org/imprime/a301758.html, ahí está todo bien explicado) Muerto Chávez a manos del imperio CAPITALISTA, la voluntad de cambio se trocó en cansancio, en puras mentiras exaltadas, discursos hueros cada vez más generales y pálidos, se retrajo a resolver asuntos personales e inmediatos. El político se convirtió en un mal administrador con aspiraciones de gerente corporativo.

En el político con mirada amplia y de victoria, el poder se justifica para las grandes obras, para cambiar la historia, para hacer una verdadera revolución. Eso lo dejó ver Chávez, nos enseñó a mirar lejos, más allá de las fronteras de nuestras propias necesidades, o inclusive de una patria y un patriotismo tacaño. Su visión amplia de la revolución impulsó su voluntad. No tiene ningún mérito sostenerse en el poder y volver a lo mismo, al mismo cuento y ensueño “teodorista” de domeñar a los capitalistas, de ablandarles el corazón, o  hacer lo que cualquier administrador titulado puede hacer con un país rico, pero a la vez tan pobre y empobrecido, como el nuestro. ¡Mejor que el madurismo, otros más resueltos pueden administrar este capitalismo colonial! Si eres político y te consideras revolucionario debes intentar cambiar el mundo, no se justifica la permanencia en el gobierno sin no lo vas hacer, si vas hacer lo mismo que harían tus opuestos políticos dentro del capitalismo, cada seis años y así a la eternidad. Si no tienen pensado hacer una revolución social, el madurismo debería darle una “oportunidad democrática” a los otros (¡es un sarcasmo!).

Pero ellos no son revolucionarios, ni verdaderos políticos, con ambición de gloria, solo son oportunistas, que ahora quieren fundar sus dinastías. Sus ambiciones, en otras palabras, son muy pobres: éxito social, comodidad y reputación social, por supuesto, dentro de la misma sociedad donde se resintieron y se resienten de los ricos y los carcome la envidia – Y no es que tengamos algo en contra del resentimiento social; éste no es tan malo cuando nos impulsa a tener dignidad, a ser seres humanos, cuando nos lleva a cambiar la sociedad que nos humilla. Pero sí en contra de la envidia. Y gracias a la envidia el madurismo ha hecho las cosas más insólitas, como quebrar a PDVSA. La envidia ha sido el gran estimulante de la reacción madurista –.

Volviendo a nuestro asunto, y refrescando nuestra cita de Marx, esta meta política (que no es realmente política), de sostenerse en gobierno tanto como se pueda para “desarrollar las fuerzas productivas capitalistas”, explica lo poco definidos que son sus discursos, lo contradictorio que son. Un partido revolucionario que llama a su gente a conservar la paz, dentro de un estado de injusticia; a tener “pasiones sin verdad y verdades sin pasión”; la pobreza de espíritu no permite que pueda con una y otra, con la verdad y la pasión. Hay que aferrarse de la verdad, como del lomo de un animal indómito, con pasión, de otra manera no se puede; nadie les cree el aguaje, nadie les cree su pasión de telenovelas sin verdad.

Por eso todo ha llegado a un desenlace tonto: sostenerse en el gobierno sin pasión y sin verdad, sólo con maña y astucia, degradando todo lo que se pueda la lucha política, envileciendo la política con la mentira y el chisme, nombrándose “héroes sin hazaña” ¿Qué gran hazaña hay en restaurar una sociedad capitalista, con sello colonial, como en la cuarta? Además de la envidia, la otra fuerza propulsora de estos políticos de pacotilla es, como diría Marx, “el calendario”, llegar a las fechas establecidas en el gobierno; que se cumplan las elecciones, luego que se ganen las elecciones, luego que se sentencie una emergencia nacional, luego que se convoque otra constituyente, y así, hasta el cansancio, o salgamos disparados al espacio exterior.

Si desde un principio la meta hubiera sido sostenerse en el gobierno “chupando”…, pero creo que no fue así; esto fue consecuencia de no saber qué hacer después de que quebraron a PDVSA, cuando desmontaron los planes de Chávez no supieron cómo administrar un país capitalista y una democracia burguesa sosteniendo una fachada socialista, conservando las misiones aunque abandonadas, con la propiedad social tomada por militares y luego vendida, con las empresas del Estado, que ahora saben que las deben privatizar, como lo exige el buen capitalismo. Puesta la cagada ahora no se pueden ir sin una buena recompensa.

Solo el gobierno resiste, la revolución socialista hace tiempo que desapareció como motor político, inclusive del discurso, de la mente y del vocabulario del madurismo (Vielma Mora es otro Lacava, Castro Soteldo habla de burguesía revolucionaria, Jesús Farías está disociado, Maduro miente, Jorge Rodríguez hace rato se dejó de eso, Diosdado Cabello la nombra pero la confunde con sus arrebatos nostálgicos…)

Nuestro impulso debe ser salvar a la humanidad del capitalismo, volver a retomar el socialismo como bandera, ir al Plan de la patria, ver las razones políticas de por qué asesinaron a Chávez, tomar aliento y volver a tomar la colina. ¡Patria es humanidad, o  no es nada! 

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