El gobierno de Colombia, bajo un régimen de represión y tomando medidas económicas neoliberales de “shock”, está hastiando a toda la sociedad local provocando protestas de forma masiva. En la calle están los estudiantes, obreros, campesinos, indígenas, la clase media, cada quien y cada cual sintiendo que ha sido estafado por un gobierno irresponsable y corrupto, dirigido desde Washington (Duque no mueve un dedo sin antes llamar a la casa Blanca). Unos salen a reclamar las cargas impositivas, otros el costo de la vida, otros la violación de los derechos humanos y las masacres indígenas y campesinas, otros el gobierno de blancos ricos y la dictadura de las oligarquías. El país revienta.
Detrás de este escenario se incita a una guerra, a un conflicto armado con Venezuela, el cual beneficia de manera segura y a lo lejos, al gobierno yanqui, al imperio corporativo de EEUU. A Duque y su gobierno títere, le sirve la guerra para financiarse, con las ayudas humanitarias y militares, y como distracción de su total ineptitud para resolver problemas de Estado, y al imperio como excusa para cazar dos pájaros de un tiro, tomar el control de Colombia y su gobierno y de Venezuela y su gobierno, en un solo movimiento. Por lo menos esa es su intención.
Del lado de acá, el gobierno de Venezuela, bajo un régimen de engaños políticos, aplica medidas económicas neoliberales, claras, muy similares a las de Duque en Colombia. Ciertamente EEUU no le da ayudas ni las promueve, presiona a los pusilánimes líderes del país para que cada vez más sus decisiones cojan la ruta que ellos indican, para que terminen de entregarle lo que queda de revolución chavista (en la economía y en la conciencia) y pongan todo, el Estado, el gobierno y el país a su disposición.
Sin embargo, hay que decir que Maduro y su gobierno tuvieron opciones, y optó por el camino fácil, de los flojos, del pragmatismo. Ha podido tomar el camino duro de profundizar la revolución socialista junto al pueblo chavista, sostener la tensión y la revolución, pero decidió elegir el camino pragmático de entregar la conducción económica del país a los empresarios privados, de “privatizar la economía”, usando la excusa de las “sanciones y el bloqueo”, lo cual ha acelerado la marcha hacia esa restauración del pasado, y para el madurismo ha servido de pretexto y distracción de su posición ética frente el escrutinio del chavismo; nosotros la llamamos esta doble función, “la ética del bloqueo”.
Igualmente, detrás de ese escenario de mentiras pálidas, detrás de la pérdida del apoyo político al gobierno –y de la oposición, que desde hace mucho tiempo juega el papel de quinta columna o de cabeza de playa del imperio – también se alienta la confrontación armada con Colombia, usando como chivo expiatorio a las FARC, antiguos aliados de la revolución; invocando una hipócrita violación de nuestra soberanía, que se pierde, de facto, en acuerdos de negocios con las trasnacionales del petróleo y la minería, y en leyes antinacionales, anti socialistas y anticonstitucionales sancionadas por el madurismo. Una confrontación armada “estimulada” desde Miraflores, innecesaria, pero que complace a la Casa Blanca, que sirve para comprar indulgencias de parte de Biden y sus planes imperiales.
Un gobierno y el otro se comportan con el mismo descuido, con el mismo desarreglo e irresponsabilidad en sus propios asuntos. El de Colombia, ante una sociedad hastiada de violencia y muerte, de corrupción y manipulaciones, y el de Venezuela, ante una sociedad desengañada, una clara traición, a Chávez y la revolución socialista, que ha sido develada, de cara a una sociedad manipulada pero desilusionada, fraccionada y deprimida.
El gobierno de Maduro sigue su camino penumbroso para acercarse a Biden y conseguir su gracia, indulgencias, parece que al costo que sea. Según la agencia Reuter, Maduro le envía señales a Biden liberando 6 directivos de Citgo https://www.noticierodigital.com/category/el-mundo/ . Según nosotros, así es. Les han otorgado casa por cárcel. Están acusados de corrupción por Maduro –o por el fiscal – y arrestados desde el 2017. Entre ellos cuatro norteamericanos: Tomeu Vadell, José Luis Zambrano, Alirio Zambrano, Jorge Toledo y Gustavo Cárdenas, y el resto tiene residencia en EEUU. (Lo de “casa por cárcel” parece ser una broma). No obstante el madurismo mantiene y mantuvo presos a ex ministros y gerentes de alto rango de la gestión de Ramírez, en su mayoría comprometidos con los proyectos petroleros de Chávez (a las nacionalizaciones y el plan de plena soberanía petrolera). Claramente que estos perdones nada tienen que ver con los delitos imputados, como imputaciones por corrupción son equivalentes, sino que son políticos; son “una señal para Biden”, como dice Reuter. Y, presionando la mala conciencia de los traidores, Biden y el imperio, dan un paso más hacia la reconquista de nuestro país, sin ensuciarse las manos, sin invasiones, solo “le dobla la cerviz” a un presidente y a su gobierno, que se postra poco a poco el solito, porque no tiene otra opción, porque se les acabaron las opciones cuando decidió vender su alma al diablo; Biden visita a Fausto en la sombra y le hace saber que su alma le pertenece… Así oscurece el planeta, bajo la sombra que proyectan los imperios, a los lejos juegan los dioses del mal; en la tierra los príncipes del capitalismo; y mucho más abajo estos diablitos de poca monta encadenados a la liviandad de su carácter.
Hoy el chavismo debería protestar a la vanguardia de la indignación nacional, por la traición al comandante Chávez y a la revolución socialista. Más clara no se puede mostrar la felonía. Hace poco fuimos una mayoría rebelde y esperanzada, hoy somos una muchedumbre desesperada, confundida y sin esperanzas, congelada de miedo tratando de escapar del dolor, el hambre o la muerte. Pero tenemos un legado histórico, todo el derecho que nos da la historia de rebelarnos en contra de esta ironía del destino, rebelarnos como socialistas, superar la muerte del comandante y retomar su plan político y su ejemplo como luchador y como maestro, superar al símbolo santificado y retomar al símbolo humano y político. Si nos llamamos socialistas nuestro deber es con principios revolucionarios, no con mandos sin autoridad; nuestro deber es con el conocimiento, con el estudio, con nuestra formación; con la crítica y el debate, porque estamos cambiando un mundo de moral relajada, de ignorantes y gente dócil o sometida.
¡RESCATEMOS EL ESPÍRITU DE CHÁVEZ, DE BOLÍVAR, DE TODOS NUESTROS LIBERTADORES!