La simpleza de reducir a la palabra ortodoxia a toda crítica (fundamentada) a la traición de los principios, es como querer caminar sobre el agua, sin hundirse en los problemas; en el caso de la idea socialista, la heterodoxia te autoriza a ser superficial, ligerito, pero ni maduro, ni el madurismo y sus “ecos” pueden caminar sobre el agua como Jesús sin hundirse y mojarse. En otras palabras, detrás del descalificativo a toda crítica, usando la palabra “ortodoxo”, o “conspirador” o “crítica destructiva”, no se puede ocultar la ignorancia, la comodidad o el miedo; decía Martí que una idea justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército, y el socialismo es una idea justa, no una palabra insustancial o vacía, no es una tema para diletantes o una excusa para pícaros de sacar provecho personal a través de ella.
¡Miedo a las ideas! Son las grandes ideas las que producen tanto miedo dentro de los maduristas –que no son chavistas verdaderos, y muchos parecen que todavía no lo saben –. Desde la muerte de Chávez no ha habido un solo político fértil que cultive o que produzca sobre grandes ideas, en los foros de las “distintas asambleas” (hablo de las nacionales y la constituyente), desde Miraflores, declarando a la prensa, en entrevistas… y ni se diga dentro de los opinadores que defienden al gobierno de maduro cuando señalan sus contradicciones, o, más bien, de la realidad. Defender un gobierno tan contradictorio no es una proeza, es más bien una osadía; se corre el riesgo, por la medida chiquita, de sufrir de un gran desengaño.
La crisis política actual es una crisis de ideas. El mundo gira en un remolino hacia el centro de un abismo insondable y sin una sola idea para detener su disolución –que no sea escapar del planeta cuando el capitalismo lo seque o se lo chupe por completo –. El pragmatismo es la única idea ofrecida por el asesor Temir Porras, que es como no tener ninguna. El capitalismo, más que una idea, es un instinto que se vale de muchas pequeñas ideítas muy prácticas, de mecanismos, métodos, trucos, trampas para la depredación del planeta y para alimentar la codicia de unos cuantos, para el lujo ¿Acaso no es un lujo viajar al espacio? ¿Cuánto oro, súper cerámicas, litio, diamantes hay que extraer de la naturaleza para viajar al espacio, (o para reproducir las nuevas tecnologías en la minería de criptomonedas, aunque en apariencia sean inocentes?
El socialismo es una idea de cambio, dura y una idea justa, no una elástica que se estira a conveniencia de los que no la alcanzan tal y como es. El socialismo no es heterodoxo, es uno y no se interpreta (sería absurdo), el socialismo es una idea de cambio continuo, de revolución, de perfección humana y no será un maduro y sus confusiones quien lo convierta en capitalismo porque “se le prendió el bombillo”, arreando la ignorancia a dónde quiera que vaya, falseándolo ante la mirada de los tontos pusilánimes, de los cómodos, de los cobardes… El engaño ya está más que descubierto…
El último documento político que conocemos de verdadero carácter socialista y de acción política, adecuado a nuestra realidad (o nuestras realidades), es el Plan de la Patria, el original de Chávez. Su orientación es la construcción del socialismo, él es su esencia: la conservación del planeta, el mundo pluripolar, la solidaridad entre los pueblo, construir el socialismo como alternativa al capitalismo y hacer del país una Venezuela potencia en lo social, económico y lo político dentro de una región soberana frente a las potencias capitalistas; es “una realización particular y solidaria, incluso unilateral”, de sus principios, para usar palabras de Marx. Aquí no vale excusas con que “nosotros no somos ortodoxos o dogmáticos” pero cambiando o desviando la estrategia, en que debe haber una “tercera vía” que concilie los intereses sociales, de los trabajadores y más necesitados, con los intereses privados de los grandes propietarios.
El socialismo es la estrategia y dentro del socialismo están todas las tácticas de luchas, aquí no velen “interpretaciones avanzadas”, “el fin justifica los medios”, como los discursitos neoliberales del madurito o de Jesús Farías, o las chifladuras de Castro Soteldo; o como “el nuevo modelo económico” de maduro, en favor de la propiedad privada y el capitalismo en una sociedad de desposeídos por los capitalistas. El socialismo es una idea realizable si hay quienes la hagan realizable, como Chávez, como Fidel, como el Che, creo que los hombres más calumniados de estos dos siglos en razón su condición de revolucionarios socialistas, y en razón a la hegemonía del capitalismo. El socialismo es un compromiso personal, “una realización particular, solidaria y unilateral”, no es biombo que se quita y se pone.
Y, como dice Britto García, ¡CHAVEZ VIVE!