Flavia Riggione titula su último escrito, “¿Desde cuándo ser chavista los autoriza a renunciar antes de tiempo?”. Adentro deja ver un conflicto ético importante, por el cual nadie, en este relajo de fe y lealtades que es el PSUV, nadie se pregunta. ¿A quién le deben explicaciones Érica Farías y Marcos Torres de sus renuncias?, ¿al pueblo que los eligió o al partido al cual pertenecen? “Perdieron la ocasión de mostrar a sus electores que la revolución bolivariana es buena, es vencedora, funciona para el bienestar del pueblo, es chévere pues. De tal forma que su derrota no es individual, es grupal –dice Flavia –, es una derrota para el chavismo, para el partido quien los colocó como fichas de peso, de importancia”, dice Riggione.
Es un punto de vista, una creencia honesta, una buena pregunta, a saber, ¿por qué renunciar si (creen que) la revolución bolivariana es chévere? El otro punto de vista es el de la cacareada disciplina partidista. Si los susodichos actuaron “de su cuenta”, ese partido es un relajo a lo interno; o, sus jefes, Maduro y Diosdado, les dieron sus respectivas licencias, y, entonces, Flavia Riggiione tiene razón en decir que es una derrota grupal. ¿Quién los autoriza a renunciar sin una explicación? ¿Qué pasó con la imagen del partido disciplinado, del partido chévere? Renunciaron, simplemente, “como si ellos se mandaran”, como dice Amaranta Rojas. Pero sí se mandan, la voz del pueblo es pura paja.
Es obvio que no basta con pedir disculpas al pueblo elector (Marcos Torres), o renunciar, así, sin más, como Érica Farías…. Diosdado Cabello ahora tiene que dar explicaciones por ellos. O si no, reconocer el despelote interno, cuando sus “compañeros” de luchas (pos Chávez), otrora tan disciplinados, se van de sus cargos sin exponer una razón política, como si dejaran un cargo de secretaria o de portero en un ministerio. A nuestra manera de ver, que hayan sido apartados de las famosas primarias, eso no es lo importante, o sea, de la posibilidad de seguir en sus cargos, o en otros buenos cargos equivalentes. Lo que llama la atención de tales renuncias es la prevalencia de seguir en el cargo, del poder, por encima de la disciplina, el vacío político, la falta de compromiso con una idea, o sea, que hayan sido “fichas de peso, de importancia” siendo unos pendejos, que les importe un carajo sus responsabilidades. Disciplina que solo existe solo para no contrariar el utilitarismo político madurista, que hubo beneficiado “democráticamente” a todos ellos hasta ahora…. Esa renuncia fue como golpear la mano que les dio de comer, y a la vez un mensaje claro, que en cualquier momento ese cascarón vacío que es el PSUV y el mismo gobierno se desinflan; la unidad que se funda sobre intereses mezquinos, ahora se disuelve por interese mezquinos.
Se avecinan tiempos de tormenta en el gobierno de Maduro… Las razones de estas renuncias deberían han debido ser explicadas, pero decir la verdad ahora sería reconocer que ese partido no tiene otra cosa que dar que no sean cargos, ya es tarde para inventarse una mentira. Cualquier explicación ahora implicará una premeditación, un acuerdo concertado, y eso también se verá en la telenovela, sería necesariamente una expresión muy elocuente de que hubo algo raro (una embajada, un accidente, un salto de talanquera, una cajita feliz, etc.) O hacer una rueda de prensa, lo que sería inconcebible. El gobierno apuesta al olvido, al circo de las elecciones, al diálogo mexicano, y a más: a otro atentado del ISIS en Afganistán. El gobierno confía en el poder de manipulación de las redes sociales y en los medios.
Por qué Jaua no renuncia.
Jaua no renuncia porque no tiene de dónde renunciar. Él sabe que el PSUV no vale mucho. Y ese es otro caso interesante, ¿por qué no renuncia Elías Jaua al PSUV? La lucha política habría que darla dentro del partido; quizás por eso Jaua no ha renunciado. Sin embargo, esa lucha debería tener unas consecuencias claras sobre él o dentro del gobierno. ¿Cuál será el destino de estos seres que, siendo medio honestos, medios revolucionarios, medianos en casi todo, les promete la militancia en un partido tan decaído, y tan decadente…, devenido en una especie de agencia de empleos, un partido “tan exigente” como lo es AD? ¡Renuncia Jaua!
Dónde quedó la consciencia de estos líderes del pasado. Algún escrúpulo debe haber, vistas a lo que padecemos en el presente, o sea, hoy. Los aludidos deberían hacer acto de contrición, poder dormir tres o cuatro horas tranquilos, sin culpas; más bien pensando en el trabajo del nuevo día, y en el del siguiente…, como un ebanista ilusionado por perfeccionar su caja de música, como un revolucionario y un perfeccionista, un loco; como Bolívar, como Chávez….¡Okey! ¡La cárcel, Jaua! …Pero, ¿qué importa la cárcel luego de haber luchado con honestidad? ¿Qué es la vida sin gloria?… ¡de eso hablamos!…