El pranato madurista, fiel a su ideología lumpen-marginal, es experto en buscar culpables, excusas. Está acorralado en su estulticia, y busca evasivas, a quien endosar sus errores. La torta puesta por este gobierno no tiene comparación: Derrochó todo lo bueno heredado de Chávez, la bonanza económica, el apoyo popular, y ahora, infecundo regresa a la casa de los capitalistas, sumiso, sin condiciones.
Las señales son claras: la entrega del sambil, y las empresas socializadas por Chávez, son suficiente señal para prender las alarmas que alertan traición al Socialismo. La entrada en la bolsa de Caracas, de las empresas de propiedad social administradas por el Estado, es un paso definitivo de la vuelta al capitalismo. Es lamentable, pero entendible que la traición al socialismo, la entrega del sudor, sangre y lágrimas de los trabajadores a la explotación capitalista, sea de lo que se autodenomina un gobierno obrero.
El gobierno, siempre que da un paso en la traición al socialismo, busca una excusa, antes fueron los gringos, pero ahora coquetean con ese polo imperial, conversan en secreto, se arrodillan, ya no les conviene denostar a los gringos. Entonces, quién mejor que el vecino país, Colombia. Siempre las dictaduras, cuando se ven ahogadas por los problemas que ellas misma crearon apelan a los conflictos fronterizos, con eso buscan distraer.
El pranato madurista, no escapa a esta lógica, ahora, con irresponsabilidad total, ataca a Colombia, en lo que es una declaración de guerra en la práctica. Acusa el presidente maduro:
“Ivan Duque desde Colombia ha hilvanado un plan, y ha invertido varios millones de dólares, para contratar delincuentes que lancen granadas, bombas, y ataquen con balas a centros policiales, a centros militares”
No es la primera vez que se ataca a Colombia, ya el madurismo ha creado las condiciones subjetivas para una guerra con Colombia. En que pueden pensar los militares, cuando su jefe les advierte de ataques desde Colombia, que pasará por su mente. La situación es de alto peligro, el madurismo pretende elevar el espíritu fascista, basado en un nacionalismo ramplón. A tenido dificultades, la hermandad con el vecino país es muy estrecha, viene desde la fundación de la Gran Colombia, por el padre común, Bolívar. Ahora la irresponsabilidad del madurismo nos ha llevado a una situación en la que, un falso positivo, un incidente menor puede desatar el conflicto que no se sabe adónde y cuando irá a parar.
Es urgente, necesario, detener este peligro de lamentable guerra con los hermanos colombianos. Y se debe para de raíz: el madurismo es inepto para gobernar, lo ha demostrado en la economía, la organización social, la política, en todo falla. Ahora nos quiere llevar a una guerra. El madurismo debe salir de miraflores antes de que sea tarde, el país no puede seguir en manos de la irresponsabilidad.
Es necesario que se constituya un organismo de la paz binacional, con personalidades sensatas de Colombia y Venezuela. Encargado de denunciar y desmontar la subjetividad del peligro bélico que nos amenaza, un organismo que denuncie las intenciones belicistas de lado y lado de la frontera, que derrote el nacionalismo ramplón, base psicológica del fascismo.
¡COLOMBIA, HERMANA!