La izquierda fracasada se puede traducir perfectamente como madurismo. Maduro y sus cómplices fracasaron, fueron incapaces de dar continuidad a un proceso de cambios hacia el socialismo. Ahora, en una especie de “proyección”, ven su propia ruina en los trabajadores que hoy protestan. De rojos rojitos, pasaron a ser azules azulitos.
Los azules azulitos y la nueva época. La “nueva época” es tan vieja como la Venezuela de Juan Vicente Gómez, la “nueva economía” tan vieja como la Riqueza de la Naciones de Adam Smith, las nuevas tres R puede ser cualquier cosa que se nos ocurra, de lo cálido a lo frío, del rojo rojito a los azules azulitos ahora se desmarcan de Chávez, poco a poco porque todavía lo necesitan para ganar las próximas elecciones. Se proyectan a ser gestores del país y ponerlo al servicio de cualquier postor, para que los reconozcan como gobierno, puede ser China o Rusia, Irán, Turquía, Estados Unidos… el mismo demonio, si fuera el caso, si esto les paga ese tiempo, y en divisas… Pero quizás no lleguen a las elecciones.
En este río revuelto se confunden los objetivos, sociales y personales, la gente no sabe qué hacer, si irse, pescar algún cargo público donde se pueda robar algo, delinquir, aguantar la pela, o salir a la calle a protestar… ¡Triste!, pero es así. Quizás si les pagan el bono de vacaciones a los docentes, se acaban las protestas, y se tranquilizan con su plato de lentejas, ¡esperemos más conciencia de clases!. Tenemos un presidente sordo, indiferente ante el problema del costo de la vida para los trabajadores públicos y privados, indiferente con los docentes, que ahora no los apoya cuando más los necesita.AL contrario los descalifica, los insulta, porque sus planes son desligarse del compromiso obrero, necesita borregos dóciles, desconectarse del socialismo como método y conducta y mostrarse generoso con el capitalismo mundial, ganar indulgencias con los imperios, dispuesto a todo a cambio de tiempo, ver cómo salen de ésta sin que corran riesgos sus vidas, y la de sus familias y sus cómplices. El país de VTV, Narnia, es un capítulo repetido que ya nadie quiere ver.
Haciendo público sus sentimientos, dando declaraciones insólitas, que ni siquiera Duque las daría frente a sus trabajadores, allá en Colombia, Maduro las hace, desafiando la ira popular. Lamentablemente es un síntoma de desesperación e intolerancia que augura días de represión, de presión y más chantajes para los trabajadores públicos y docentes. En Miraflores están desesperados. Se les acumulan las dificultades, las contradicciones. Un gobierno obrero que desprecia a los obreros y los manipula como borregos, frente a un capitalismo que crece, pero no lo suficiente como para que no retorne el ímpetu de la revolución chavista, o estalle en la calle otro caracazo.
La mentira del gobierno perfecto y del país feliz que lucha por su independencia se acaba, se cae la utilería frente a nuestros ojos. No hay dinero para pagar a los trabajadores y empleados públicos, no hay prosperidad como para pagarles a los trabajadores privados; al contrario, no hay tribunales ni ley que los proteja, si protestan van presos. A la farsa se le escurre el maquillaje. Maduro desesperado califica las protestas de los maestros de manipulaciones de la izquierda fracasada, en un verdadero “acto fallido”, mostrando la nueva cara de «la nueva derecha». Es simple interpretar este «desliz».
Sin hacer demagogia con el sexo, pero son las mujeres las que llevan la carga más pesada en esta crisis, cuando trabajan en la calle y al mismo tiempo llevan las cuentas en la economía familiar y la casa. Son las mujeres las que comienzan a gritar sus desgracias y acumular ira. Son las maestras que no comen con promesas y mentiras, los maestros las siguen; las enfermeras, los empleados públicos que yacen hoy pauperizados, los jubilados olorosos a pobreza, sin zapatos y a medio vestir, sin dignidad. Y Maduro prefiere ver para otro lado, seguir mintiendo y mintiéndose. Ahora vuelve con que en un año se recuperará la producción petrolera hasta los 3 millones de barriles diarios, esta es la enésima vez que lo promete. Un presidente así hay que sacarlo, un gobierno así hay que reemplazarlo por gente más humana, humanista, más centrada y responsable, que sea capaz de hablar con la verdad, sin disimulos, sin culpar a otros de sus errores, gente con la que se pueda hablar y no insulte a sus compatriotas, no descalifique, no diga que estamos manipulados, que respete a sus congéneres.
Castro Soteldo dice que en Venezuela se produce el 80 % de lo que se consume, sin embargo la “nueva economía” organiza la producción, incluidos los alimentos, para la exportación. Es obvio que esa afirmación es mentira o contradice sus espejismos de la Venezuela exportadora… Consumen los que tienen dólares, alimentos importados y de buena calidad, en los supermercados y en los bodegones. El problema es que no se sabe bien quién tiene acceso a esa nombrada producción y cuál es la calidad de esos alimentos. El contenido de los claps son alimentos de mala calidad y nada balanceados, no discrimina intolerancias, deficiencias nutricionales, etc. Este consumo de los clap podría ser ese 80 % de “producción nacional” al cual se refiere Castro Soteldo y Maduro: harina de maíz, arroz, sardinas en latas (los granos y la pasta son importados y malos). Aun así, esos números tan difusos no reflejan lo que importa: qué parte de la población se está alimentando, sin son los ricos o los pobres, y qué consume cada cual. Viendo sus barrigas y cachetes, pareciera que ese 80 % lo consumen entre Miraflores y la Asamblea Nacional.
La “izquierda fracasada”, es decir, el madurismo, ahora miente sin muchos disimulos, perdieron todo tipo de pudor, ahora vomitan todo lo que les pasa por la mente…
Es importante no perder la visión de nuestras protestas reivindicativas, las cuales deben estar dirigidas a sacar al madurismo del gobierno, restaurar la herencia de Chávez y el plan de la patria original, retomar el camino de la revolución bolivariana socialista, ir en contra de la lógica del capital; evitar que vuelva el pasado de la cuarta y la furia represora del fascismo.
VOLVAMOS A CHAVEZ