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ActualidadLawfares, Luis Britto García y el caso Rafael Ramírez

Lawfares, Luis Britto García y el caso Rafael Ramírez

¿Qué tiene que ver esto que escribe Luis Britto García: “Rafael Ramírez parecería haberse lucrado con 4.500 millones de dólares de PDVSA” con las Lawfares?, es decir, ¿de cuál artilugio legal se valdría Rafael Ramírezpara supuestamente lucrarse de 4.500 millones de dólares? Este señalamiento está jalado de los pelos no cuadra con la denuncia a las lawfares. Las lawfares son manipulaciones de formas jurídicas, actos ilegales aplicados a gobiernos y personas con la apariencia de ser legales. Es extraño que un abogado como él se alimente y alimente un chisme, las ganas que le tienen a Ramírez, desde el gobierno, para eliminarlo de todos los ámbitos de la vida, pública o privada, mediante una persecución judicial. LBG nos muestra, con un ejemplo propio, cómo funcionan las sutilezas de las manipulaciones de la opinión pública y la justicia en contra de un individuo en este país.

Digamos que LBG tenga una preocupación sincera en descubrir la verdad sobre esa acusación de los 4.500 millones de dólares con los cuales Ramírez “pareciera haberse lucrado” –así, el verbo en condicional –, dicho con la presunción de quien no está totalmente seguro de que Ramírez desvió fondos del Estado para su provecho personal. Si su preocupación es sincera, él es un abogado patriota, un personaje destacado del país, poco le costaría ayudar a dilucidar la verdad de estas acusaciones sin dañar en vano la reputación de Ramírez, sin caer en la opinión, en la opinión manipulada para que marchemos en cauce de todos los que quieren ver preso al ex ministro de Chávez… Si tanto le preocupa el caso, se hace acusador privado en contra de Ramírez y ya, lo otro es alimentar una opinión, la cual presiona a otras opiniones que a su vez presionan a los tribunales para que sentencien en su contra, tal y como lo quiere el gobierno; ¿acaso solamente en EUA saben torcer el sentido de la ley, de los tribunales, de la justicia?

Esa “presunción” de LBG (el verbo en “condicional”, quizás por escrúpulos de abogado) la expone, la exhibe en el medio de una lista de afirmaciones: “Instrumento favorito del latrocinio es reconocer a algún fantoche elegido por nadie como mandatario de un país rico, y hacerse transferir por él los bienes públicos. Jeannine Añez iba a entregar el litio de Bolivia. Valiéndose de un Autoproclamado, el Bank of England pilló 31 toneladas de oro venezolano, Estados Unidos robó las refinerías venezolanas de Citgo, y Colombia la de Monómeros. Rafael Ramírez pareceríahaberse lucrado(en condicional) con 4.500 millones de dólares de PDVSA. El Centro Internacional de Arreglo de las Diferencias sobre Inversiones (CIADI), organismo del Banco Mundial del cual nos retiró Chávez, acaba de condenar a Venezuela a pagar 875.000 millones de dólares a Conoco Phillips”… ¡Y así, en medio de esta cayapa, pretenden que mañana aparezca Rafael Ramírez a enfrentar las acusaciones del gobierno, con esa justicia chueca!

Las Lawfares, no solo se aplican para poner presos a mandatarios, ex mandatarios y periodistas, también se aplican para manipular el sistema judicial en contra de los críticos y enemigos de un gobierno como este, y Venezuela es el mejor ejemplo de eso, no se necesita ver hacia afuera, hacia Argentina o hacia Bolivia, aquí hay muchos más casos.

Pero tal y como lo explica LBG, parecería que también en Venezuela las lawfares han tenido su efecto. No nada más a la población distraída que condena a Ramírez, también al mundillo intelectual los lleva a empujar la noria que mueve esa falsa justicia a favor de intereses mezquinos. Se trata de fomentar una opinión tendenciosa contra Ramírez, y LBG se presta a eso con ese comentario nada original, que rueda como chisme en todo el país.

Cuando los intelectuales deben ser más íntegros se muestran flojos y la corriente los arrastra. Si los intelectuales tienen miedo de contrariar al gobierno, es natural que el ex ministro Ramírez también lo tenga, pero porque no quiere ser juzgado, sobre esas acusaciones, en un juicio parcial, en un tribunal donde no se pueda defender; frente a una opinión pública que lo condena; las redes, los medios lo acusan, lo juzgan y lo condenan por efecto de una lawfare nacional, una mentira o media verdad manipulada desde el poder, que crea la atmósfera y el odio necesarios para llevarlo al patíbulo.

Otro señor, uno llamado Gustavo Coronel, escribió a mi correo pidiendo que lo ayudáramos a que Aporrea le publique sus artículos, en particular donde promueve un libro en contra de la gestión de PDVSA y Ramírez. Ok, ¡Solicitamos a Aporrea que por favor le publiquen a este señor!, el cual, muy imperativo y arrogante nos llamó “jalabolas y ficha de Ramírez”, por defender el derecho a la defensa, lo que ahora me parece es parte del efecto «lawfare», una “fiesta de tontos”, como dicen por ahí, alentada desde el gobierno en contra del ex ministro y replicada por todo el mundo…, como una cacería de brujas…

Después del triunfo de Chávez en 1999, nunca ha habido tanto consenso en este país, en los medios y ahora en las redes sociales, como ahora en contra de Ramírez… Uno ve que hay algo mal en el sistema judicial; en eso de presentar a un acusado declarando asustado, vestido de preso de Guantánamo; en la muerte de Nelson Martínez bajo custodia judicial; en el asesinato del capitán Acosta Arévalo; en el procedimiento con el cual se juzga y condena a los gerentes presos de PDVSA y a Ramírez, y del colectivo, sin detenerse a pensar en eso, brincan a decir que uno es un jalabolas sólo por no dejarnos llevar por el efectismo del chisme que destruye, del sensacionalismo distractor del gobierno…, y denunciar la barbarie de condenar sin juicio, la inseguridad jurídica, la parcialidad del sistema judicial venezolano. El miedo desmoviliza, y moviliza a los pusilánimes, el miedo es el soporte emocional del fascismo.

Si para un eventual juicio y condena a Maduro y a Ramírez, se tomaran como evidencias hechos tangibles, primero iría preso Maduro que Ramírez, porque el último dejó una empresa funcionando y produciendo petróleo, gasolina y gas y dólares. En cambio Maduro destruyó todo un país con la excusa infinita de la “guerra económica”, las sanciones, el bloqueo, y ahora la de Chávez y Ramírez…, o sea, y ahora la mejor de todas las excusas, “la culpa es del gobierno anterior”.

Son muy pocos los que piensan y señalan las cosas mal hechas por este gobierno, porque la mayoría prefiere patear a los que no pueden defenderse que enfrentarse al gobierno y su sistema judicial caprichoso y despiadado, que desprestigia, humilla y mata. Y cuando señalan algo casi piden disculpas, confundiendo miedo con cortesía.

¿Por qué ahora tienen que pagar Ramírez y Chávez por los innumerables desmanes y mentiras de Maduro y sus cómplices? ¿Qué hay de justicia en eso?

¡VOLVAMOS A CHÁVEZ! ¡FRENEMOS EL FASCISMO!

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