El madurismo, parece destinado por la providencia para plagar a la Patria de miseria. Parafraseamos las palabras del Libertador, porque ilustran muy bien lo que en esta tierra acontece. Los jinetes del apocalipsis, las plagas de Egipto llegaron simultáneamente para desgracia nuestra. ¿Cómo pasó todo?
La respuesta será objeto de estudios por los centros de la inteligencia mundial, por los sociólogos, aquí, en confrontación con la realidad, se enriqueció la teoría revolucionaria. Se pensaba, era aceptado, que el capitalismo engendraba a sus sepultureros, los proletarios. Aquí en Venezuela se demostró que engendra también al lumpen sindical, a los desclasados, y cuando esta ideología toma el poder, funciona como una plaga destructora.
¿Qué pasó en Venezuela? El madurismo, tomó el poder y le dio al país una puñalada en el corazón: destruyó a PDVSA. Transformó, en una tarde, un país rentista en un país mendigante, un país rentista sin renta. Es tan destructivo, como cien años de guerra contra una potencia extranjera. Después el madurismo, sobre el cadáver de su crimen, montó un edificio de excusas, justificaciones, mentira, para hacernos creer que el cadáver estaba vivo.
La sociedad quedó sin sangre en las venas, se comporta como un zombi que deambula buscando no sabe que, dando pasos hacia ninguna parte. Con un gobierno que es un espejismo, sin doctrina, sin pensamiento. La miseria avanza, cada instante derrumba un pilar, cae el salario, cae la salud, sucumben las Universidades, los militares “emprenden” para subsistir… Esta sociedad que no es sociedad, este país que no es país, esta Patria que no es Patria, produce humanos que no son humanos, son reflejos, inercia de un pasado glorioso, son actores de un teatro que hace tiempo apagó las luces y al que nadie asiste.
Los pasos de la solución, están marcados por los pasos de la destrucción, retornar sobre esas huellas, hasta llegar al punto donde se extravió el camino, y desde allí empezar la restauración, la sanación social. Primero se debe salvar, rescatar, a PDVSA, y a partir de esa renta, aprendiendo de las catástrofes del pasado, refundar a la Patria, sobre unas relaciones materiales y espirituales nuevas, una Patria que sea asombro del mundo, como dijo Chávez, más por la fuerza espiritual de una relación fraterna, que por su fuerza material. Esa es la clave.
Para emprender ese camino se debe derrotar a quienes quieren entregar el petróleo a los capitalistas nacionales y extranjeros, se debe derrotar al gobierno madurista, y a la derecha gringa, los dos bandos, son uno, tienen las mismas intenciones, la derecha por tesis doctrinal, y los maduristas por dejarse llevar por los vientos del oportunismo como corresponde a su ideología marginal. Es necesario que los antivida salgan del gobierno, que el madurismo vaya al basurero donde reposan los errores históricos, que la derecha siga en su vitrina de los museos del norte.
El fondo, el núcleo de la batalla hoy, tiene un nombre: Petróleo, es alrededor del oro negro que se escenifica este combate, entre el humanismo y la antivida. Y la suerte del petróleo se decide en miraflores. El destino del petróleo, de la Patria dependerá de quien esté en Miraflores.
¡CHÁVEZ SOBERANÍA Y PETRÓLEO!