Nosotros, abajo firmantes, militantes fundadores del partido del Comandante Chávez, el PSUV, instrumento para la construcción del Socialismo, y no para el capitalismo. En esta hora decisiva para la Patria, consideramos nuestro deber dirigirnos al pueblo chavista de Venezuela. Revisemos de dónde venimos, para entender las tareas futuras.
El 4 de febrero de 1992, esa madrugada, un grupo de jóvenes militares rompió el hechizo que mantenía al pueblo atrapado en una lógica perversa, que simulaba libertad, cuando en realidad era una cárcel mental que confinaba a la sociedad a la falsa democracia, de unas elecciones en las que la masa era obligada a escoger entre representantes del mismo sistema de expoliación. El pueblo tenía el absurdo privilegio de elegir su verdugo. Y a ese absurdo lo llamaban libertad, democracia.
Comenzaba así, un proceso de liberación de la sociedad, de la lógica del capital, que mantenía a la mayoría de la población sumida en la miseria material y espiritual, y a las minorías privilegiadas, viviendo en la grosera opulencia del disfrute de la renta de una riqueza que no les pertenecía.
El proceso revolucionario comenzado aquella luminosa madrugada, siguió su evolución guiados por el espíritu altruista del Comandante Chávez, hasta llegar al convencimiento de que la liberación sólo era posible estableciendo un sistema alterno al capitalismo, un sistema que fuese la base material que permitiera la concreción del mandato cristiano, del “amaos los unos a los otros”, que terminara con la situación del “hombre lobo del hombre”, un sistema donde todos viviéramos como hermanos. Y ese sistema es el Socialismo.
El país, emprendió ese camino, convencido de la importancia de establecer un polo mundial, alterno a los polos capitalistas que ahogan al planeta. Convencidos de la imposibilidad, sin superar al sistema capitalista, de construir una sociedad con la mayor suma de felicidad posible, una democracia verdadera manifestación de la voluntad popular. Imbuidos de esa importante misión, el pueblo se irguió gigante, volvió a sentir en su rostro la fresca briza del Paso de los Andes, fue alentado por el eco de los gritos triunfantes de Junín y Boyacá, y fue guiado por la Diana Carabobo.
Pero los poseedores no se desprenden de sus privilegios sin una feroz y ruin batalla. Y asesinaron al líder. En ese momento, debemos decirlo a manera autocrítica, llevados por la lealtad al Comandante, a su mandato del 8 de diciembre, no supimos detectar a tiempo que su legado estaba siendo falsificado. Maduro llegó al poder, no ha cumplir el mandato de Chávez, de ir hacia el Socialismo, de luchar contra la lógica del capital, de cuidarse del reformismo, sino a traicionar su legado, entregarse en las fauces insaciables del capital.
Desde allí, se desplegó el desmantelamiento de la obra chavista, y todos conocemos el resultado, es historia reciente. El madurismo guiado por su ideología marginal, sólo pudo engendrar un monstruo, que destruye todo lo que encuentra a su paso. El país entró en una fase de devastación compatible con la derrota frente a un ejército de ocupación. Se ha perdido lo material y lo espiritual, hasta llevar a la Patria a los límites de la extinción, lo que sucederá, sin dudas, de seguir este desgobierno.
Hoy, el país está inmerso en su peor crisis sistémica. Y el gobierno madurista agoniza. Las fuerzas políticas se preparan para un desenlace inevitable. El bando capitalista mueve sus piezas. El gobierno madurista, agotado su monstruo capitalista marginal, lucha contra su tempestad interna, que asoma incontrolable en lo que pasa en PDVSA. La oposición del capitalismo tradicional, se presenta como una opción, que en realidad es un regreso a una cuarta república que ya no pertenece a este tiempo.
Ahora, las posibles y probables salidas a la crisis son: o una dictadura fascista que reconstruya la dominación capitalista, o retomar el camino al chavismo auténtico, al Socialismo. No hay cabida para una salida intermedia.
En medio de esta crisis, la presencia de una opción Chavista es vital. Es deber nuestro, y hacia allá va este esfuerzo luchar por agrupar a los chavistas, por consolidar una opción que dispute la conducción de la sociedad.
Nosotros proponemos, como primer paso de esta reactivación del espíritu chavista: la reactivación, en toda la nación, de los Comités de Resteados con Chávez. Alrededor de las siguientes consignas.
1.- La renuncia inmediata del Presidente Maduro y su tren de gobierno
2.- Su sustitución por una Junta Ejecutiva de Emergencia Nacional, que tome las medidas pertinentes para salir de la crisis. En base a los objetivos históricos del Plan de la Patria, el original. Y en el espíritu del discurso del Comandante Chávez en la presentación del Plan de la Patria ante el CNE.
- 3. -Restitución plena de la Constitución del 99
4.- Nombramiento de una nueva directiva de PDVSA, encargada del rescate y fortalecimiento de la empresa, la coloque, nuevamente, en el centro de la economía nacional, y restituya la vigencia de la soberanía petrolera.
5.- Una comisión formada por miembros del nuevo gobierno, y de representantes de los gremios profesionales, y asociaciones de trabajadores que estudie el aumento inmediato del salario, y apertura de fuentes estables de empleos.
6.- Liberación inmediata y plena de todos los presos políticos -
¡CHÁVEZ, HÁGASE SU VOLUNTAD!