Estados Unidos decidió nombrar, desde ya, el nuevo embajador en Venezuela. Hubo alguien que llamó esto “un regalo de navidad”… ¡Bueno! ¡Así están las cosas! Pareciera que las expectativas por el futuro están puestas en que Venezuela vuelva al dominio económico de Norteamérica; el hijo pródigo volverá a casa pero de seguro será severamente castigado. ¡Y a quién le importa!, ¡mientras cesen las sanciones y el bloqueo comercial! La inmediatez nos borra la visión y la memoria… El caso es, que EEUU podrá ser, muy pronto, el único que decida la política económica del país y la política petrolera del país (para eso asesinaron a Chávez). Dependerá de ellos (y nadie lo sabe), solo de ellos, manipular las decisiones en estos asuntos. ¡Y es terrible! ¡Volver al pasado como si avanzamos hacia el futuro!
En los años sesenta era una bendición de dios contar con la visita de JF Kennedy y sus ayudas de la Alianza para el Progreso. Partido comunista y guerrilleros aparte, todo el mundo estuvo obnubilado con lo gringo, con su cultura, con “Viva la Gente”, con sus cosas, con Mayami (no importaba mucho que nos llamaran “grasosos”, “USA… was wonderfully”). Más adelante vino la explosión de los dólares petroleros y la viajadera, el “ta barato, dame dos”, el turisteo de los becarios de la “Fundación Ayacucho”…: realmente muchos creyeron que era posible vivir como ricos desde la Venezuela colonial y capitalista, solo había que hacer unos ajustes a la “responsabilidad social de los empresario”, el MAS y sus similares así lo creyeron; con el pretexto de la pacificación se hicieron profundamente socialdemócratas.
¿Por qué hay gente que se alegra de volver a tener un procónsul del imperio en Venezuela”? Será que la memoria es selectiva, o que aquel que recuerda es el soñador pequeñoburgués que llevamos dentro; nadie confiesa fácilmente haber pasado hambre entonces, o a los que pasaban hambre en esa época siniestra, oscura, pero sí recuerdan que se podía viajar a Mayami y comprar ropa barata para vender cara, o whisky en el puerto libre de Margarita… Ahora piensan que se puede “volver al futuro”.
¿Qué pasó con Chávez? A finales del segundo gobierno de CAP el país estaba desmoronándose económica y moralmente, los bancos ofrecían intereses pasivos hasta del 70 % para captar dinero que luego usaron para especular con él en las llamadas “mesas de dinero”; quebraron los bancos y la gente perdió sus ahorros, creyendo que era posible hacerse ricos sin trabajar, solo con la “panza” de los intereses altos, la gran Venezuela estalló regando mierda por todos lados (más hambre, más represión y muerte, que en aquella época era bastante decir), aumentaron los traidores y la izquierda se hizo ambidiestra, llegó “el fin de la historia”… hasta que… ¡llegó el comandante y mandó a parar!
Es curioso cómo la verborrea intelectual de los pusilánimes fue a parar a la basura con la irrupción de Chávez, y mucho más rápido cuando se declara socialista. Sin embargo bastó y sobró que la sucesión de maduro estropeara todo ese impulso, con su gobiernito pusilánime, reactivo, incapaz de pensar con su propia cabeza, para que se activaran, como un herpes, los anhelos profundos del pasado, de un pueblo “desmemoriado”.
En general, la juventud no conoce otro pasado que el vivido en tiempos de Chávez, más la nostalgia de una existencia mediocre vivida por sus padres. La primera ya está sepultada, y la segunda, más clara, más comprensible que este socialismo confuso, contradictorio, indescifrable para ellos – al cual los acostumbró maduro y su gente con sus promesas y mentiras, con engaños –, les hizo olvidar a Chávez por completo, mediante el efecto del shock: nadie quiere pasar de nuevo por tanto dolor, lo borra de su memoria, prefiere volver por lo seguro: allá los ricos y aquí los pobres, allá el patrón y aquí los empleados y obreros, y el consuelo de que “dios proveerá”, como dicen los algunos inútiles.
El futuro para muchos, ahora es el pasado, por eso hacen fiesta con el regreso del embajador: cansancio y miopía a la vez.
Con la experiencia de la pandemia, con la crisis que atraviesan los gobiernos y sus capitalismos, la crisis de los migrantes que dejaron las guerras y la desolación; que ahora queremos volver al pasado, que ahora nos emocionamos por eso, es una idiotez. La inmediatez es una forma inferior del pensamiento humano, no ver más allá de tener que llenar el estómago es resignarse a ser un esclavo toda la vida de las necesidades, y de toda clase de injusticias; a ser un individuo miserable e inferior. Con una visión más amplia y más lejana podemos ver que esta es la oportunidad de oro para voltear la tortilla, como dicen, “la crisis es revolucionaria”. Debemos hacer de ésta crisis una jugada magistral para que despierte de nuevo el espíritu de Bolívar, de Martí, de Chávez, de Fidel, de todos nuestros héroes y mandar al carajo al imperio y a los imperios, hacer nuestra revolución social y socialista, de justicia e igualdad, la revolución de los pueblos.
El socialismo sigue siendo nuestro norte. Por más que lo calumnien y lo asocien a todo lo más perverso y a todo lo más malo …, y que lo asocien con el carácter voluble de maduro, sigue siendo nuestra salvación. Por eso debemos estudiar, volver a los libros, a Chávez y revisar sus discursos y el plan de la patria, buscar las ideas revolucionarias contrarias a fortalecer al capitalismo, a la “lógica del capital”, para borrarlo de la faz, por la pervivencia de nuestra especie y de la vida.
Volver al futuro, ¡¿nostálgicos del peor de los pasados!, ¡eso no existe! Hay que volver, pero al futuro de redención que nos promete el socialismo que forjamos nosotros mismos, el que nos convidó Chávez para hacerlo posible, todos reencarnando en la voluntad, el espíritu y la inteligencia de Bolívar, la ciencia de Marx, de Lenin, de Fidel, Fabricio, Che, y todos los demás espíritus justos y rebeldes, gritar ¡No quiero!, ¡los gringos, al carajo!
¡INDEPANDENCIA Y Patria Socialista! ¡VIVA CHÁVEZ!