El ensayo Socialista de Chávez, elevó los objetivos revolucionarios. Antes, lo más lejos que había llegado el pensamiento revolucionario venezolano, era plantear el objetivo socialista como una meta perdida en el horizonte, a conquistar previa etapa de liberación nacional, a la que se arribaría mediante un amplio proceso de unidad con la burguesía nacional. Se seguían los esquemas etapistas de los manuales. Esa idea privó en la mente de lo más honesto, de los más revolucionarios de aquel movimiento unitario que permitió la caída de la dictadura de peréz jimenez, el 23 de enero. Ese movimiento unitario, sin claridad de objetivos de los revolucionarios, permitió que la burguesía tomara el control, impusiera sus metas, e instaurara en Venezuela medio siglo de la democracia burguesa, de la cuarta república. No es la intención estudiar a fondo las causas de esa derrota revolucionaria, nos limitaremos a decir que tuvo gran influencia, la falta de objetivos claros, eficientes, en el campo revolucionarios, la meta de liberación nacional, castró al movimiento revolucionario. Así lo reconoce Fabricio, cuando dice que “el 23 de Enero, sólo hubo un cambio de hombres”… y añadimos nosotros, no hubo cambios de rumbo, no se rompió con el sistema capitalista.
Chávez, con una audacia ideológica, un coraje político inmenso, rescató, en un mundo escéptico, descreído, la meta socialista. Demostró que el Socialismo no estaba muerto, que no era una pasión inútil, que era posible ese nuevo mundo, y lo demostró en la práctica… por eso es un Gigante. Lo que hizo Chávez, lo que se hizo en este país en ese periodo, solo se comprenderá en toda su magnitud con el tiempo, la historia lo dirá. Ahora, luego del asesinato de Chávez, de la agresión de capitalistas y reformistas contra su legado, se plantea un cuadro de inestabilidad política. Por un lado, los capitalistas y reformistas intentan, lo que ya hicieron el 23 de Enero, estabilizar al capitalismo regresando a la cuarta. En esencia, pretenden una conciliación que castre las metas socialistas. El que proponga avanzar por el camino de Chávez es calificado de extremista, de infantil. Por otro lado, está el chavismo auténtico el socialista que sigue fiel al legado de Chávez, propone un agrupamiento alrededor de su obra y pensamiento, no cometer el error, en aras de una unidad boba, de bajar las banderas del Socialismo, dejarlas para después, con mil excusas, abandonar la visión de Chávez.
Esa es la situación, hoy se reedita la batalla del 23 de Enero, avanzar o retroceder, romper con el capitalismo, en el mejor de los casos volver a la cuarta resucitada, o por el contrario, seguir hacia la fundación de un mundo viable. Ese dilema se presenta siempre que hay una situación prerrevolucionaria, una crisis, la manera como se resuelva determinará el futuro. Por sus consignas los reconoceréis. Los capitalistas del gobierno usan más que consignas, excusas, buscan culpables, y al final amenazan. Los reformistas usan consignas de reclamo económico, y hacen de esa reivindicación el límite de la protesta, el dique de contención. Los Revolucionarios chavistas, se empinan sobre la tragedia económica, excavan en sus causas y les dan a las reivindicaciones económicas un contenido de cambio profundo, apuntan al gobierno y al sistema.
En estos momentos los reformistas juegan un importante papel a favor del capitalismo, son tiempos de tibios, de medias tintas, de disfraces, esos hacen el trabajo para los capitalistas que todavía no pueden presentarse sin careta. Que nadie se diga chavista sin plantear el rumbo al Socialismo, ahora, ya, no postergarlo, Chávez demostró que es posible.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!