La desventaja de Rafael Ramírez más notoria para ser la alternativa socialista frente al chanchullo de las próximas elecciones está en el daño moral producido a su persona por el gobierno de maduro y el fiscal, a través de las acusaciones de corrupción a su persona, reiteradas, y asociando a su familia a ellas, a los inocentes y a los menos inocentes. Hay quienes están dispuestos a creer cualquier cosa en su contra porque no conciben que alguien, que tuvo tanto poder, que fue intocable en el gobierno de Chávez, pueda ser honesto. Y hay quienes creen en las acusaciones de maduro sin dudar, con disciplina. Pero ni unos ni los otros piensan en un juicio justo; en sus mentes solo tienen la imagen de la venganza, la venganza del resentimiento, que es lo único que explica tanto rencor obsesivo hacia su persona. Allí no hay justicia, solo hay manipulación y resentimiento social.
Rafael Ramírez tiene razón al no querer regresar a Venezuela en estas condiciones. Sería esposado, vestido de naranja o amarillo y humillado, tanto como puedan hacerlo sus enemigos políticos, sometiéndolo a un juicio público sostenido. Y nada más fundamentados por el resentimiento, donde, tanto el madurismo, como la oposición de derecha, estarían festejando solo por verlo preso y perdido.
Otra desventaja de “la imagen de Ramírez” está asociada a la primera. Y es el hecho de haber esperado tanto tiempo para desligarse del gobierno de maduro; de haber sido leal a Maduro. La candidez de Ramírez lo llevó al exilio y provocó la detención de su hermano, más que injustamente. Ramírez creyó que un felón podía revertir sus inclinaciones a ser traidor, como aquel sapo creyó en el alacrán, en la vieja fábula (y no es la única fábula). La desconfianza no es buena, pero sirve para defendernos de los traidores, y Ramírez confió en Maduro y en Diosdado, confió en que lo iban a escuchar, pero lo esquivaron, lo aislaron…
Por otra parte, Ramírez es víctima del mismo método judicial madurista aplicado a todos sus contrarios y enemigos; víctima de la paranoia madurista que los llevó a utilizar y traicionar a sus “cooperantes” medrosos, y castigar a críticos,… como pasó con Eulogio del Pino y Nelson Martínez, y muchos buenos y fundamentales ingenieros fieles a Chávez, los cuales fueron expuestos públicamente como delincuentes, sin juicios, sin poder defenderse, ante un TSJ que solo rinde cuentas a Súperbigote y sus cuatro fantásticos,… más las acusaciones efectistas del Fiscal, una súper mascota, por lo obediente e insignificante que ha sido su autoridad… hasta hoy.
Rafael Ramírez, sin embargo, pudo evitar ser sometido a esa humillación, la misma que han recibido todos los presos de ese fiscal y de maduro; el sistema del uniforme amarillo, las confesiones grabadas, las esposas, los “autosuicidios”, el método Guantánamo, ahora “normalizado”, “protocolizado” en su sitema… Por otra parte, nadie de los que se satisfacen en la humillación de esos presos políticos, piensa en eso. Para ellos es natural humillar, torturar como lo hicieron con el capitán Acosta Arévalo – o asesinar, en el caso de los señalados líderes negativos de los barrios – sin juicios, sin derechos, sin justicia; a todos los acusados por ellos de traidores o enemigos de la patria, por Maduro, por el fiscal, por Jorge Rodríguez y Diosdado, los cuales, a los ojos de un pueblo atontado de mentiras y necesidades, representan la justicia misma, manipulando sus impotencias.
Otra desventaja de Ramírez es lo difícil que en estas condiciones pueda regresar a su país para hacer lo que sí hace MCM a favor de su candidatura, con libertad (a pesar de estar acusada de corrupción, inhabilitada por esa causa)… protegida por ellos (bajo el escrutinio de Washington), igual como lo hicieron por mucho tiempo con Guaidó (es interesante preguntarse por qué MCM no fue puesta presa en el momento que se la acusa de corrupción, lo hacen solo ahora… Solo ahora se la deshabilita políticamente, en el año electoral). Pero a Rafael Ramírez lo quieren frito, tanto Maduro como el imperio (a despecho de muchos insidiosos patológicos)…
…Dentro de las ventajas de la candidatura de Rafael Ramírez, para ser presidente, está el hecho irrebatible de su capacidad política, como gerente y como líder, un hecho comprobado y comprobable en todos los años que estuvo al lado de Chávez, un líder cargado de responsabilidades políticas y técnicas, más que ningún otro ministro en el gabinete de Chávez. Básicamente por eso lo odian y lo envidian dentro del madurismo… Por eso Ramírez es el objetivo principal de “particulares rencores”. Es una explicación muy subjetiva, pero tan contundente como la verdad.
Otra ventaja de su candidatura es que hoy Ramírez representa, todavía representa, al Chávez del Plan de la patria, no guabinea. Ramírez puede contraer sin complejos y sin escrúpulos electoreros un compromiso escrito con ejecutar el Plan de la Patria de Chávez sobre la base de sus intenciones, el original, el que explicó y defendió el comandante en el CNE en el 2012. Un compromiso con el socialismo, no con el capitalismo, con la revolución socialista estimulada por Chávez,… Repito, sin vergüenza por ir en contra de “la lógica del capital”. Porque, sin titubeos, en el exilio, en desventaja manifiesta una responsabilidad política, y tiene el conocimiento, el liderazgo y la capacidad para hacerlo. Solo falta hablar del aliento, pero el aliento es una inspiración que se contagia, como pasó con Chávez, contagiado de Bolívar; Fidel de Bolívar y Martí; el Che de Lenin, de Marx y Fidel, y así en el tiempo que dan cuenta de los hombres rebeldes y levantiscos, de los pueblos rebeldes y levantiscos, los tiempos de Jesús, Espartaco y más allá …
¿Cómo se sabe que él es el indicado? Solo midamos los hechos, los cambios, las tendencias. Muchos críticos a Chávez y a Ramírez miden la revolución desde el prejuicio del elector, que espera magia de una revolución, mirando desde lejos, desde el escepticismo. Chávez le dio sentido a la esperanza. Fue el líder de su revolución y de ahí hacia abajo se ordenaron sus hombres de confianza, los de más confianza y los menos confiables. Hasta el final de su vida, Chávez confió más en un ministro más político que técnico, en el que se hizo un equipo de trabajo político de confianza, crítico, moral, irreverente en el debate y obediente en la acción, una ministro que no se rodeó solo de «taeristas», de ciegos obedientes, disciplinados pero tontos volubles, cero comprometidos, aun siendo cultos y profesionales; confió en un equipo crítico al cual no temió por ser contrario a sus ideas, siempre y cuando pensaran de forma honesta e independiente. Eso lo sabe ahora todo el mundo, no es un misterio, no es un secreto, solo que ha sido ocultado para los flojos, pero está ahí.
Maduro ni siquiera se acerca a eso, está rodeado de mercenarios y aduladores, él es “el Rey desnudo” de la fábula (la segunda fábula que describe su carácter). Hay una diferencia abismal entre uno y otro, el primero piensa y rectifica, el segundo miente y se miente.
Los hechos hablan por sí mismos. Ramírez sostuvo el nivel político y económico de la revolución, Maduro la demolió, comenzando con PDVSA. En pocos años, meses, se rindió ante el capitalismo y ante la perspectiva del trabajo político, del esfuerzo y la disciplina socialistas, de las obligaciones revolucionarias. Chávez luchó, Maduro claudicó (a despecho de todos los envidiosos y resentidos patológicos que lo quieren ver vencido en el fracaso de Ramirez).
¡VIVA CHÁVEZ!, ¡APOSTAMOS POR RAFAEL RAMIREZ, REPRESENTACIÓN VALIENTE, DE SU IDEA LIBERTARIA!