Estos dos hitos, marcan el principio y el fin, de un periodo histórico que colocó a Venezuela en la vanguardia de la evolución de la humanidad. Cuando todo parecía perdido, y la humanidad corría, sin resistencia, hacia su destrucción en manos del capitalismo, y habían fracasado los intentos por fundar mundos distintos al capitalismo, la Unión Soviética, la Revolución China, habían sido atrapadas por el morbo capitalista. En ese momento lúgubre para la humanidad, surgió Chávez y cruzó a la historia como un rayo de esperanza: El Socialismo estaba vivo, había un país, un pueblo que lo reivindicaba.
Eso fue el glorioso 4 de febrero, marca en la historia con letras de dignidad, el inicio de un hermoso proceso de construcción de un mundo como lo soñaron los próceres, como lo soñó Bolívar, Martí, los guerrilleros que regaron al continente con su sangre y su esfuerzo en busca de la esperanza.
Mucha agua pasó por debajo de los puentes, muchas alegrías se cosecharon en ese periodo, se vislumbraba allá lejos en el horizonte la luz de un nuevo amanecer posible para la humanidad. Los pueblos del planeta se conmovieron, se vigorizaron los ímpetus revolucionarios, se reforzaron las luchas, no todo estaba perdido, aún quedaba dignidad en el mundo.
La canalla no se durmió, y arremetieron contra la rebeldía, contra la osadía de romper con el capitalismo y fundar nuevo mundo. El chavismo, justo es reconocerlo, no entendió la lucha interna, no se percató que el principal enemigo está adentro, y que el poder, hace aflorar la verdadera condición de los humanos.
Y asesinaron a Chávez. Entonces, el enemigo del Socialismo, los quinta columnas agazapados en sus propias filas asaltaron, y comenzó el proceso de desmontaje del Socialismo´
Desde ese momento, los chavistas socialistas pasaron a ser enemigos del gobierno, los empresarios fueron aliados, el capitalismo llegó de nuevo al poder. La derrota del socialismo no fue sorpresa, no era inédita, todos los procesos revolucionarios del mundo han sido frustrados por una fuerza interna.
El Socialismo fue enterrado en lo económico y en lo espiritual. Aquel país posible fue entregado con las manos atadas, con sus líderes perseguidos, desacreditados por el poderoso aparato de propaganda de la dictadura restauradora, con su pueblo desmoralizado, sin comprender aún la verdadera calaña de los usurpadores del nombre de Chávez.
La economía del país fue entregada a los capitalistas, ahora, restaba estabilizar la parte política, volver a un pacto de punto fijo. Y apelaron al opio de los pueblos, las elecciones burguesas, a las elecciones de maduro, que reparte elecciones como soporíferos, hoy, aparece con otras elecciones regionales para el 2025, después prometerá otras para el 2000 y más, distraer, narcotizar, alimentar a la clientela es la consigna.
Lo triste de este periodo y a la vez la enseñanza, es que muchos actores del 4 de febrero, no supieron superar el espíritu de lo que querían derrotar, siguieron siendo capitalistas, se conjuraron contra el cambio, contra el Socialismo, y propiciaron su derrota. Es triste que pasaron de ser actores de la esperanza de la humanidad en un nuevo mundo, a verdugos de ese nuevo mundo posible. Ahora se transformaron en espíritu del capitalismo, comparten su ideología, sus valores, sus formas.
Es lamentable que aquellos centauros, ahora, batallan en la televisión contra lo que construyeron el 4 de febrero. Son gendarmes del capitalismo, de la restauración de la cuarta república. Todos los miércoles en la noche arremeten contra las antorchas que señalan el camino de la resistencia Socialista, Chavistas.
No obstante, el ejemplo del comandante Chávez, sus ideas, su legado, no se entierran con elecciones bufas, resurgirán de sus cenizas, y volverá, de eso estamos seguro, y ese día, esa madrugada que ellos temen, pagarán sus culpas los traidores.
¡CHÁVEZ VOLVERÁ!