El rumbo errático del madurismo va llegando a su fin, la realidad le explota en la cara. Las protestas pululan a pesar de la conseja de recuperación; los gremios toman la calle, al madurismo se le agotan las excusas, es ridículo achacar la crisis a los gringos ahora socios petroleros, los gremios de la salud protestan su satanización, y aclaran una vez más ¡el culpable es el gobierno! los petroleros van despertando, y husmean al verdadero culpable de sus desgracias; los universitarios van más allá del economicismo y señalan al gobierno como destructor de la Universidad.
En el país se siente un cambio drástico que sucede con sordina, en secreto, pero impacta la vida, a la sociedad. La Constitución de Chávez fue desconocida en la práctica, el anhelo de los guaidoses, de los capitalistas, de derogarla se cumplió sin disparar un tiro, el madurismo les hizo el mandado. Retumban las voces que protestan las violaciones a la Constitución. El salario quedó como un chiste, las convenciones colectivas son, ahora, una fábula, un cuento de camino; el petróleo fue entregado, bajo la consigna si pagan se lo llevan…
Debemos preguntarnos ¿Para dónde van todos estos cambios, qué persiguen con ellos? No hay dudas, los cambios tienen varios objetivos: uno es desmontar el rumbo al Socialismo, desmontar el legado de Chávez, de allí la reversión de la propiedad social que es clave en la nueva estructura de sociedad. Otro es adecuar el país al capitalismo, abaratar la mano de obra, despojarla de beneficio, entregarla en el patíbulo del capital sin defensa ninguna. Y sobre todo impedir las protestas, las denuncias, sin respetar ninguna ley, quién denuncie, quien proteste se le aplica, la operación “tun tun”, se encarcela, o se injuria, se fusila moralmente, es víctima del twitter el que proteste será reprimido, secuestrado en las cárceles.
Estamos en pleno proceso, real, concreto, de instalación del capitalismo en su forma más salvaje. Lo que está por verse es si el madurismo es capaz de comandar esta involución. Las aguas agitadas, la pérdida del control espiritual, indican que no, perdió la idealidad que lo justificaba, ya no hay motivo para su permanencia, no es chavista, no es eficaz, no tiene épica propia, carece de proyecto nacional, no tiene credibilidad. Inventa pañitos calientes, formas de organización personalistas, como ese 1×10, rota los mismos rostros cansados, y nada le funciona, el descrédito crece y el apoyo se esfuma.
Ahora tiene la palabra como nunca, la opción chavista, el Socialismo, el futuro en pugna feroz contra el pasado. El capitalismo, al fracasar la opción madurista, esgrimirá la carta fascista para imponer el capitalismo a sangre y fuego. Es deber de los patriotas, de los revolucionarios, de los chavistas, oponerse al madurismo, al fascismo que se asoma, pararlo con el Socialismo, que es la única manera de detenerlo, de que la sociedad siga su tránsito al futuro y no se quede estancada en formas dictatoriales francas, o matizadas con pinceladas de democracia.
El momento es estelar, ya la masa sale del estupor del duelo del asesinato de chávez y comienza a protestar. Ahora se debe guiar hacia el verdadero causante de las adversidades: el madurismo restaurador del capitalismo y se le debe conducir de nuevo por el camino que se perdió con el asesinato de Chávez. Esa es la labor del chavismo, de los revolucionarios. Todos los caminos conducen al 350 de la Constitución de Chávez, que ordena: Artículo 350. El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos. Es hora de desconocer a maduro…
¡CHÁVEZ, FUTURO!