Lo que pasa en Venezuela no se puede entender con las reglas, normas, propias de una pacífica confrontación política, de una lucha electoral, con el enfrentamiento a un gobierno, malo, pero respetuoso de las reglas del juego. No. Lo que pasa en Venezuela sólo se entiende si se considera que enfrentamos a unos enemigos de la Patria que emergen de sus propias entrañas. Eso es el madurismo, una fuerza extraña al país que funciona como un ejército de ocupación. Es un fenómeno raro, difícil de entender, ¿cómo fue que un país es víctima de sus propios hijos? Es que no son hijos, son erratas.
Se trata de una guerra pocas veces vista. El enemigo usa el camuflaje con alta experticia, es sutil en el engaño, aparenta ser un demócrata burgués, a veces un chavista, distrae con peleas insustanciales. Mientras, como un cáncer, va minando las entrañas de la Patria: Comenzó atacando la economía, pocos se percibieron cuando cayó PDVSA, como impactada por un misil de alta potencia. El país se quedó sin suministros, y sin capacidad de responder a un enemigo que no se ve, hace daño sin ser percibido, es el ideal de los teóricos militares. Luego dieron de baja a los mejores oficiales de la resistencia de la Patria, les hicieron atentados de calumnias, desprestigios, para ello se valieron de sus medios de deformación de la realidad, la televisión, las redes, como cañones de esta guerra.
Tenían al objetivo militar, al país, sin logística y sin comando. Entonces, fueron, con lentitud poderosa, conquistando el resto de la economía, los territorios y las actividades fueron tomados por la economía de ocupación, un destacamento ocupó al petróleo, las zonas especiales albergaron a otros pelotones. Destruyeron al Bolívar, un símbolo de la nacionalidad, la moneda, llegó el dólar, la bandera extraña. Arremetieron contra la educación, la agricultura, las leyes, la Constitución que es pilar de la República. Arremeten contra la resistencia, quien no se pliegue a la ocupación, quien defienda a la Patria es reprimido. Montan una simulación de legalidad, que en realidad es una brigada contra el país, dicta sentencias contra la resistencia. Hoy cayó el PCV, el glorioso, por el delito de haber insinuado una candidatura presidencial decente, la candidatura de María Alejandra Díaz. Una candidatura enfrentada a la felonía.
Y pensaron que el país, devastado, se iba a rendir, no iba a entender la agresión, sería esclavo para siempre.
Pero se equivocan, a medida que avanza la destrucción del país, los destructores van quedando en evidencia como ejército de ocupación, los campos en pugnas se van delimitando. Ahora, un grupo, cada vez mayor, de venezolanos entiende la calidad de la confrontación, y le da otro contenido a la batalla. Roto el hechizo embobecedor, resurge la esperanza, el enemigo que perdió su camuflaje se debilita. El pueblo va despertando, ahora se sabe con claridad que la Soberanía sólo es posible con Socialismo, eso lo supo
Chávez y lo pagó con su vida. Con capitalismo sólo hay sumisión, ocupación.
Ya se sabe, que, siguiendo las reglas del ejército de ocupación, del madurismo, no se le puede derrotar. Hay que aplicar medidas extraordinarias, la Constitución de Chávez, y el derecho de un pueblo a defenderse cuando es invadido son, ahora las leyes supremas. Son días de aplicar el artículo 350 de la Constitución de Chávez.
¡CHÁVEZ, SOBERANÍA, 350!