Fue por Chávez que el continente se trastornó comenzando el siglo, porque tuvo claridad para divisar de lejos al verdadero enemigo de nuestros pueblos empobrecidos. Hizo leer a sus maestros ideológicos y políticos, a Eduardo Galeano, a Lenin y a Marx, a Fidel, al Che. Ya antes había puesto en la mesa a Bolívar y Simón Rodríguez y muchos más. Chávez les facilitó el trabajo a muchos teóricos para imbricar la independencia de nuestros pueblos con la liberación del hombre y la mujer trabajadora y explotada. De Chávez surgió la idea de frenar el ALCA, por ejemplo, la idea del ALBA, de Unasur, de la CELAC, de Telesur,, gracias a Chávez despertó el espíritu de unidad de nuestros pueblos hermanados por la pobreza y el despojo capitalista mundial. El enemigo cobró rostro con su mensaje de liberación, y este rostro era el del imperio capitalista: el capitalismo es el origen de todos nuestros males.
Chávez como líder significa un desarrollo intelectual, no se lo puede cortar en pedazos al gusto de cada consumidor, su Plan de la patria es consecuencia de una evolución intelectual y política, de una etapa de madurez, es un producto intelectual concluyente: había que ir en contra de la lógica del capital, esa fue la señal que nos dio, que debía seguir la revolución para evitar desvíos hacia la derecha y el reformismo. Por eso insistía en saber dónde estaba el socialismo en todo aquello que sus ministros estaban haciendo y que se lo preguntaran siempre, como método de trabajo crítico revolucionario.
Las reacciones en contra de los paquetazos económicos sugeridos por el FMI, unos, y directamente por el capitalismo, otros, no pueden ser entendidas como rebeliones sociales, mucho menos reflexivas, con conciencia de clase; están gobernadas por el estómago más que por la razón. No hay que esperar de ellas una revolución socialista, sin no emerge de ellas una vanguardia política socialista. Hoy esto es lo que más temen en todo el mundo, que de estas manifestaciones emerjan líderes y revoluciones socialistas; hasta los migrantes venezolanos lo temen, creyendo que el gobierno de maduro es socialista.
Resulta que esta gran confusión, alimentada por los líderes y políticos reformistas del continente, liderados por maduro, va extinguir la llama de la rebelión, con la misma rapidez y fuerza que se alzó en las calles. Son los reformistas los que se aprovechan de la violencia de ahora para sus fines conciliadores con el capitalismo, y serán ellos quienes apaguen el fuego. Así maduro y sus adláteres confirman sus engaños, falsificaciones, su simpatía por los Lacava y los Lacavianos, de derecha a izquierda. Así el MAS de Bolivia se ajustará a la democracia burguesa y negará y aborrecerá de Evo un líder pusilánime.
Los chavistas y socialistas debemos detallar el rostro del enemigo, reconocerlo y no dejarnos embaucar por él cuando le toque el turno de irse maduro del gobierno; cuando eso pase muchos oportunistas saltaran de ese autobús y se darán golpes de pecho por Chávez y en nombre de él pactarán con el capitalismo. La convocatoria es para los socialistas y chavistas, para que no cometamos el error de andar a ciegas por el camino sin pensar en las pifias del pasado y del presente. Los chavistas contamos con el Plan de la Patria que nos legó el mártir y que fue falsificado por la reacción reformista madurista, por el capitalismo mimetizado vestido con camisas rojas, liquiliquis, o con guerreras y camuflajes. Recuerden la “paz boba” que sirve y ha servido hasta ahora para dejar todo como está.
La burguesía avanza con paso firme en el país, lo tiene todo, solo le falta un gobierno dócil, propio, que no joda tanto, y eso lo piensa conseguir en cualquier momento. Sin embargo, por el color que pintan las cosas, de seguro alcanzará su objetivo del lado “moderado” de la llamada izquierda, de un Barreto cruzado con Claudio Fermín, por ejemplo, de toda clase de indefinidos demócratas capaces de dar todo por restaurar la democracia y la vieja burguesía en el poder, igual que maduro, en nombre de la paz, la democracia, algunos hablarán de un socialismo light donde todos cabemos, explotados y capitalistas, y todos defenderán con tenacidad la propiedad privada, por encima de todas las libertades y principios.
La conquista del poder por parte de los trabajadores explotados y desposeídos de la Venezuela que una vez fue chavista, debe ser definida por el Plan de la Patria de Chávez, ese documento debe ser la base para nuestra acción política, marca un punto de partida preciso el cual fue corrompido por el madurismo, fue falsificado él, sin embargo el original existe y está ahí. Los chavista ya tenemos iluminado el camino, ya sabemos qué hacer, ir en contra de la lógica del capital.
Ahora es el momento de renacer a Chávez a través de su última voluntad: ir en contra de la lógica del capital. Maduro fue su instrumento y lo traicionó; retomemos el camino señalado sin distracción y evitemos perder la patria, la nacionalidad, la memoria, la vida misma en otro ciclo capitalista como este. Si no hay revolución socialista no habrá esperanza para nosotros como sociedad. Hay que desmentir a Maduro y al madurismo, y al reformismo de cualquier color; volvamos a Chávez, ahí está la verdad escrita y documentada, ahí están los hechos, ahí está su espíritu.