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ActualidadEl dilema de defender aun renegado

El dilema de defender aun renegado

Los socialistas deberíamos estar atentos al odio y  a los ataques programados en contra del socialismo, y estar muy pendientes de los chantajes del madurismo. Cuando se habla del fracaso de este gobierno en los medios opositores y más allá, la derecha pro gringa no habla de Maduro, los medios de la derecha miserable –la inteligencia vasalla del imperio, los “tanques pensantes” –hechan el cuento del fracaso del socialismo, y algunos, del fracaso del “socialismo del siglo xxi”, señalando con esto a Chávez; a Maduro, como ideólogo, ni lo nombran, ven en él sólo una consecuencia, un “resto” que ha quedado después del desgaste o del “desengaño” que el socialismo (para ellos) ha dejado en la gente. La derecha, desde su simpleza espiritual y el inmenso poder de sus jefes, tiene que calumniar al socialismo y a las revoluciones socialistas, desprestigiarlo como un mal universal, y para eso Maduro ha hecho bien su tarea; en esos términos se mira y se explica lo hecho y deshecho por Maduro, como la consecuencia que genera el socialismo en la sociedad.

Por eso, a los verdaderos socialistas nos toca defender, por encima de todo lo malo que tuvo el desempeño del gobierno de Hugo Chávez (casi todo vinculado al carácter pragmático y al resentimiento personal de los que ahora gobiernan), lo bueno que se hizo, y a la figura de Hugo Chávez como revolucionario, que dentro del socialismo es lo que importa – considerando que en el gobierno ya no los hay –; la condición de revolucionario… y la revolución, ¡los cambios! Chávez peleó solo contra la peste capitalista y la flojera física y mental de muchos «colaboradores», como un hombre avanzado y valiente, capaz de pensar en una revolución social cuando nadie creía en ella, en el socialismo cuando la mayoría a su alrededor eran oportunistas, en el socialismo no en reformas, como la solución a los problemas sociales y globales, a los problemas vinculados al hambre, la salud, la ignorancia y a la destrucción de los recursos naturales, la vida que da vida a la humanidad.

La verdadera consecuencia del pensamiento revolucionario y socialista fue el Plan de la Patria, el cual es la obra intelectual de Chávez, nada tiene que ver con  consignas hueras, robadas de sus discursos, y que el madurismo repite y repite sin sentido, de forma irracional y mecánica, sin explicarlas; es un producto intelectual de gran valor pero truncado por Maduro y su equipo, que ahora la derecha miserable intenta poner detrás de las estupideces del madurismo, postrado al capitalismo, al imperio. Con este bypass a Maduro, su intención es descalificar a Chávez, al socialismo, no a Maduro, que ha hecho bien su trabajo de zapa; desprestigiar su idea, su poderío moral, vinculándolo con la conducta pusilánime de estos esclavos de la vida cómoda, que les ofrece el capitalismo a los que se cambian por 30 monedas. Un grupo de aspirantes  “echaron abajo” la autoridad moral del socialismo y  la de Chávez, con sus propias ambiciones, y ahora el imperio le grita al mundo ¡miren, ésto es el socialismo! ¡¿Es eso lo que quieren?!

Nuestro  dilema particular  – y creo que es el mismo para muchos como yo – es que, ante la arremetida despiadada de los medios, de sus políticos e intelectuales,  en contra de Chávez y del socialismo, tengamos que defender un gobierno dirigido por renegados traidores; que en nombre de Chávez tengamos que defender también a Maduro, como si fuera digno de ello. Pero no vamos a caer en esa trampa; ¡que los adormilados sigan patrocinando a este gobierno blandengue, narcotizante, entregado al capitalismo por ambiciones personales!… ¡Nosotros defenderemos a Chávez, el socialismo y la revolución hasta el cansancio!

Maduro y el madurismo se ha dedicado a confundir a la gente con su doble mensaje, el oral y el de las acciones. En sus discursos (y no siempre), cuando habla a los trabajadores, o a jóvenes, frente un gran auditorio, suelta la palabra “socialismo” para relacionar todo lo que hace, su persona y sus prácticas de vida y políticas con él, pero sin dar muchas explicaciones, porque de hecho no puede hacerlo; pero en otros espacios rara vez lo hace. Para justificar esta profunda contradicción está Jesús Farías, el cual, si no es más inteligente que Maduro, por lo menos  es más temerario que él, siempre concluye sus sesudas explicaciones con la misma letanía liberal: “estamos mal pero vamos bien”, “en el camino se enderezan las cargas”, lo que se traduce en el idioma liberal, que la “mano invisible del mercado capitalista” algún día acercará las diferencias sociales, nos salvará. Pero no dice que el libre mercado nunca  ha podido ablandar el corazón de los capitalistas, no dice que  jamás se ha visto, en más de 400 años que tiene el capitalismo explotando el trabajo humano, que un rico sea socialista…, ¡todo lo contrario! …  Los otros “especialistas” del gobierno  (Jorge, su hermana, los ministros de economía, etc.) ni siquiera hablan de socialismo. Y los que sí hablan de socialismo están disociados de la realidad, como  Adán Chávez

Y en la práctica su mensaje dice otra cosa: “olvidemos el socialismo y que nos dejen gobernar el capitalismo, porque nosotros queremos ser capitalistas también, tener empresas, dinero y prestigio…. Como toda la gente”.

Afortunadamente para nosotros, muchos  no entienden y no aceptan esa contradicción,  por más que quieran, no saben  cómo justificar los extravíos o desvíos, de aquellos que juran ser socialistas y  chavistas, pero nada más que en el discurso; muchos se preguntan, como Chávez, “¿y dónde carajo está el socialismo en lo que estos embusteros están haciendo?”.

La pregunta es, una y mil veces, ¿Por qué en esta época de crisis hay más ricos y privilegios que antes? Yo les preguntaría a los que defienden a Maduro y dicen ser socialistas ¿Por qué en este momento de crisis económica hay abastos para ricos, por qué  unos comen más y mejor que otros? ¿Dónde está el  socialismo en eso? Sabemos que no hay igualdad, pero no entendemos que el gobierno aliente la desigualdad. Nosotros asumimos que ese desenfreno por justificar al gobierno no  es un rasgo de personalidad único u original, que es la misma conducta militante, emotiva pero inconsciente, que practican casi todos los aduladores y defensores del madurismo (…no de Venezuela o del país, defensores del madurismo), que es un verdadero nido de  escorpiones, como los llamó el general  Müller Rojas, los cuales no pueden contrariar su naturaleza de renegados. ¡Que el madurismo explique por qué en este momento de crisis hay tanta desigualdad! ¡Por qué sólo se sacrifican los que menos tienen, y los que tienen (que no se van del país, ¡¿para qué?!) cada vez son más ricos! Si hay dólares para comprar cohetes, güisqui, bocadillos exquisitos, importar ferraris, yo quiero los míos para comprar medicinas, hacerme lentes, arreglarme la dentadura… como ellos…

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