El madurismo llegó al poder como quien se gana el premio gordo de la lotería, no estaba preparado ni moralmente, ni técnicamente para el desafío, acostumbrado a seguir instrucciones, no a generar políticas, ducho en la táctica, la zancadilla y huérfano de estrategia. El resultado no podía ser otro que atragantarse de poder, perder la mesura, la avaricia los privó de límites. El caso del periódico el nacional, es ejemplo de la torpeza del madurismo, de su pragmatismo que es comida para hoy hambre para mañana.
El caso del nacional deja en evidencia la hegemonía del ejecutivo dentro del Estado, con el madurismo no hay lugar para la independencia de poderes, todos, el ejecutivo, el judicial, el legislativo, la fiscalía, la defensoría del pueblo, todos obedecen a miraflores. Eso le permite gobernar a sus anchas, hacer lo que le provoque, inhabilitar a diputados, legitimar leyes absurdas, decretar estados de emergencia. El poder de miraflores es absoluto. Pero todo esto tiene una dificultad inevitable y más allá de la voluntad, de las intenciones de los hombres: el poder absoluto genera su contrario, el instrumento de su propia destrucción, de su negación.
Miraflores utiliza para sus tropelías al tribunal supremo, y este ejercicio sin freno del poder judicial le ha servido muy bien al gobierno, pero, y esto es paradójico, simultáneamente creo un polo de poder superior al ejecutivo, el madurismo, que no acepta brillos en su entorno, con su ejercicio sin medida del poder creo un poder paralelo que le hace sombra, y pone en peligro la existencia misma del ejecutivo. El tribunal supremo es hoy el verdadero poder, capaz de inhabilitar al mismo presidente, dar órdenes a la asamblea, a todos los demás poderes. Iluso, diosdado anda por allí contento, el tribunal supremo lo hizo más rico con la sentencia contra el nacional. No se percatan que la sentencia señala el derrumbe del madurismo.
Muestra con claridad que la ley en Venezuela está al servicio de la cúpula maduristas, y evidencia el poder por encima de todos los poderes del tribunal supremo. Muestra además que se está produciendo un cambio en las personalizaciones de la burguesía, los viejos ricos están cediendo lugar a los nuevos ricos, fenómeno de sustitución que ocurre periódicamente en la Venezuela rentista. Las formas de apropiación de la renta son variadas, contratos, comisiones, negocios con el Estado, hasta este nuevo fenómeno de asalto judicial, sin embargo, el fin es el mismo, se crea una burguesía que no explota, sino que captura, se roba la renta. Antes fueron los apóstoles de carlos andres.
Lo del nacional es el enfrentamiento entre dos burguesías, una que va de salida y otra que en su formación destruye el sistema de dominación burgués al no tener límite en su voracidad derriba los pilares del engaño: muestra que la ley está al servicio de los burgueses, de los apropiadores, que la economía capitalista es una gran operación de despojo, de explotación, y muestra que la insurgencia en contra de esta situación es más legítima que cualquier otra acción, es una obligación.
El madurismo hierve de contradicciones internas, cava su propia sepultura, hay que prepararse para los tiempos de cambios que se asoman en el horizonte.