Cuando hay dos naciones que tienen proyectos políticos opuestos, como fue el caso de la Venezuela de espíritu socialista de Chávez y Guyana, el conflicto fronterizo hay que abordarlo de forma distinta, eso lo sabía Chávez. El comandante Chávez acertó al tratar ese tema desde la visión de la integración de los pueblos, la cooperación y la multipolaridad que también tiene que ver con la autodeterminación y el respeto a las formas culturales de otros. Al tiempo que se congelaban las conversaciones, los acuerdos y desacuerdos diplomáticos, se adelantaron las relaciones amistosas con el gobierno de Guyana en favor de su población, había que asumir el hecho real de «colonizar», si cabe el término, ese territorio con acciones humanitarias, inteligentes, comprender la realidad de sus pobladores (250 mil habitantes más o menos) más allá de habladera de paja – por ejemplo, saber cuántos guyaneses vivían en territorio venezolano y en el Esequibo y en qué condiciones, saber sobre sus problemas, sus necesidades cuántos cruzaron en busca de oportunidades de vida, cuántos hablaban español y cuantos no, cosas básicas como esas – a partir de un conocimiento real darles apoyo y servicios, dentro o fuera de esa frontera, hasta entonces olvidada por Guyana y por el Estado Venezolano. En resumen, saber cómo poblar ese territorio de manera pacífica y amable, como lo haría un socialista, cómo integrarse con él e integrar en él el socialismo. Para un socialista las fronteras territoriales, el diferendo puede ser un problema pero no un obstáculo cuando se tiene que ayudar a la gente. En socialismo las fronteras son otras, son culturales, pero sobre todo son sociales, existen entre clases sociales y hay que eliminarlas. Sin desigualdad social se acercan los pueblos y desaparecen las fronteras políticas.
Pero, ningún diplomático, de los que se consideran «serios» le paró bolas al comandante, de hecho todos se asustan con sus ideas, imaginando conflictos donde solo los hay para la codicia capitalista. La idea de integración regional de los mercados muy poco tiene que ver con una integración de los pueblos basada en la cooperación, el intercambio, el internacionalismo, la solidaridad. Por eso Chávez quiso influenciar al Mercosur con sus principios de integración de los pueblos más allá del mercado capitalista, por eso fundó el ALBA como antítesis del ALCA.
Colonizar no siempre tiene un sentido violento. De hecho, sin políticas públicas claramente definidas, el nepotismo y el oportunismo han «colonizado» nuestra burocracia gubernamental, día a día, sin que nadie lo note; la migración colombiana ha colonizado muchas de nuestras ciudades, se establece, se trae sus costumbres, su música y se integran de forma armoniosa y positiva sin violencia, al pueblo venezolano. La colonia Tovar formó parte de un proyecto de colonización planificada y muy exitoso, fue otra forma de integración. Con ese sentido de integración humana fue la propuesta de Chávez de acercarse al Esequibo, con socialismo, ayudando al mismo gobierno de Guyana, con sentido humanitario.
Hasta ahora, ha sido la idea más acertada para abordar el problema fronterizo y solucionar definitivamente el conflicto entre el discurso sobre la soberanía y el ejercicio de ella, con acciones más inteligentes, más pacíficas, para integrar ese territorio y ese país al proyecto socialista internacional; más allá de los intereses comerciales y espacios físicos que ocupa el Esequibo, integrar a su gente al modelo social socialista, y a la Guyana misma, si fuera posible.
Se trata de otra diplomacia que emerge cuando hacemos una revolución socialista, clasista, solidaria, internacionalista; la diplomacia de gobiernos hermanos, de la integración y no de la competencia; de la cooperación, de la solidaridad entre pueblos a través de sus gobernantes. En nuestro caso, la propuesta chavista fue en ese tiempo perfecta, pero todos los especialistas se asustaron cuando voltearon la mirada hacia dentro y constataron que casi nadie estaba dispuesto a hacer ese trabajo político y social y ni afuera ni dentro del país, ni en la frontera ni cerca de ella, el «apostolado de la revolución», como decía Chávez que nadie quiso asumir. La idea de Chávez quedó olvidada, tal y como fueron olvidados los deberes socialistas por sus falsos colaboradores, fue abandonado el compromiso contraído con el comandante de hacer una revolución socialista.
El conflicto fronterizo con Guyana cambió con Maduro cuando Exxon encontró petróleo en las costas del Esequibo, no obstante se olvidó, como se hizo con la revolución, para voltear el país hacia el capitalismo…, hasta el día de hoy.
Pero ni siquiera, cuando se activa la diplomacia de la fuerza en Guyana, concediendo espacios a petroleras, el gobierno maduro fue capaz de actuar, porque realmente no sabía cómo actuar, sin una ideología definida, sin una estrategia definida, cuando sus interese están el campo de los negocios capitalistas y las discursos se pueden dirigir hacia todos lados: a veces socialistas y otras hablando de desarrollo de las fuerza productivas vendiendo el país a inversores extranjeros y locales, con un orgullo inusitado.
¿Por qué ahora el gobierno decide ocuparse de ese problema?, ¡es raro! Hace rato que el imperio los sorprendió adormilados rascándose los testículos, y les instaló en la zona en reclamación a la Exxon, ¿ahora sí reaccionan? ¿Por qué?
A menos que esto sea más explotación capitalista éste gobierno y un eventual gobierno de María Corina, no tienen nada bueno que ofrecerles a los pobladores del Esequibo y de Guyana. En todo caso, tanto uno como el otro solo les preocupa cómo aprovecharse de los recursos petroleros, mineros, acuíferos etc., no del bienestar de su gente que siempre fue la prioridad para Chávez.
La verdad verdadera es que el referéndum y la aguajería patriotera madurista los ayuda a ganar tiempo, es un pase de magia para distraernos de la contrariedad que les produce la inhabilitación de MCM, y poder pensar bien en cómo ganar las próximas elecciones el próximo año, a pesar del lastre de los problemas económicos y sociales acumulados, que no han podido aliviar con su neoliberalismo colonial.
La irresponsabilidad de este equipo de gobierno, pedante, petulante e inútil, los ha llevado a un límite; por la desesperación podrían intentarlo todo (hasta un autogolpe, que posiblemente ni eso sepan hacer). Mienten en los acuerdos de barbados pero el imperio les dice en su cara que María Corina Machado va ser candidata de la oposición en las próximas elecciones, y acto seguido, estos osados se inventan un referéndum vergonzoso, e intentan encender en la población un patriotismo ridículo, exacerbar un nacionalismo falso – el de un pueblo que pierde todos los días su propia soberanía – el cual podría generar una confrontación militar con Guyana y con EU – con la OEA, la ONU, CARICON, no importan las organizaciones que intervengan a favor de Guyana, todos actuaran en contra de Maduro, de Venezuela y a favor de las petroleras –. Una salida a lo Galtieri que les podría costar caro a ellos y a todos.
Pero parece no importarles. Maduro sabe que no puede contra eso, pero tienen que inventarse algo mientras descubren los planes reservados por EU para las próximas elecciones o cómo hacer para evitar la debacle del madurato. A pesar de las bravuconadas de Diosdado Cabello EU será quien decida.
Chávez es socialismo, integración de los pueblos, solidaridad, cooperación, Maduro no sabe qué hacer con su doble discurso frente a la ofensiva del imperio.
VIVA Chávez