La noticia, “Trabajadores de la cementera Vencemos en Anzoátegui advierten con paralizar la planta si sus demandas no son escuchadas” (Por: La Izquierda Diario_VE | Lunes, 15/11/2021), dice: “Esta es la situación de miseria y calamidad a la que condena a todo un pueblo el Gobierno de Maduro, con sus políticas de ajustes neoliberales, mientras beneficia a los grandes empresarios y a toda una casta estatal corrupta así como a transnacionales que operan en el país en las distintas áreas económicas. Más miseria solo en la esclavitud”… “La industria del cemento, como el resto de las industrias del país, atraviesa una profunda crisis. Quienes están sufriendo las consecuencias de esta crisis que no provocaron son los trabajadores, con prácticamente todas sus conquistas liquidadas y con salarios de hambre.”
Vencemos es una empresa estatizada en tránsito a ser privatizada, si es que ya no lo fue, si no está ahora en manos privadas. Según Maduro, está exportando cemento hacia islas del caribe, pero bajo el esquema de una producción sostenida por una mano de obra barata, o baratísima (tres o cuatro dólares mensuales promedio ganan sus trabajadores). Vencemos forma parte del nuevo modelo de producción económica que intenta instalar Maduro en el país. Hay que aclarar que las empresas socialistas, el modelo socialista de producción que se ha debido adelantar después de la muerte de Chávez, ya no existe…, todo se está haciendo al revés, comenzando por el disparate de convertir la economía nacional – para un país dependiente y colonizado como el nuestro – en una economía de exportación, exportación de aquello que NO nos sobra, que NO son “excedentes”, que NO es petróleo (¡ni siquiera petróleo!), exportando mucho de lo que necesitamos hacia dentro para volver a saldar la deuda social y crecer humanamente, para perfeccionar nuestra “calidad de vida”, como suelen decir. Todo lo que convierte el “nuevo modelo de exportación capitalista” en divisas, es hambre y pobreza física y espiritual para nuestro pueblo trabajador.
El «modelo socialista» planifica en base a las necesidades reales de la gente, a la satisfacción de sus carencias. Satisfacer las carencias de nuestra población de forma justa e igualitaria es fundamental para nuestra independencia; si no podemos alcanzar nuestra soberanía en la marcha para rehacer la nación, si no logramos tener una población sana, satisfecha y preparada física e intelectualmente para el trabajo creador y productivo, cualquier otra forma de crecimiento supone explotación capitalista, supone el robo de ese esfuerzo por unos pocos, del trabajo humano por un grupo minúsculo de propietarios ladrones y ladrones; supone hambre, miseria y dependencia.
Los trabajadores de Vencemos y el resto de trabajadores que ahora reclaman sus conquistas laborales deben pensar en toda la sociedad, en sus hermanos de clase y en todos los demás necesitados, hermanos de destino. Su verdadera conquista está en cambiar toda la sociedad, no solo los sueldos de su grupo específico. Si no son los obreros del cemento, serán los maestros, las enfermeras, los obreros petroleros y metalúrgicos, manufactureros, del campo…; tomar el control de los procesos económicos, humanizarlos y reorganizar la sociedad, ese debe ser su destino; sus conquistas deben ser políticas, ir más allá de lo reivindicativo.
La competencia intercapitalista se fundamenta en pagar por una fuerza de trabajo barata, y dentro de los planes de Maduro no está contemplado la firma de contratos colectivos o dolarizar los sueldos; al contrario, la idea es mantenerlos baratos para estimular la inversión, al punto de desaplicar la ley del trabajo, suspender los fueros o conquistas laborales. La idea de maduro es desarrollar Zonas Económicas Especiales, condonar a los inversionistas de pagos impositivos, conservar una masa de trabajadores súper explotados y otro tanto como “prevenidos” (desempleados) para que sirvan de remplazos. Su problema es el crecimiento económico capitalista y salvaje, no el humano… o para beneficiar a muy pocos “humanos”, a los dueños de los capitales.
La tarea política del trabajador es actuar como clase social, consciente de que su salvación es como clase social y no de forma individual o personal, “privada”; su salvación es liberando a toda la sociedad del capitalismo, de los privilegios, de la ignorancia y de las injusticias en un solo acto, en una revolución socialista verdadera, no simbólica, declarativa, como la que rumia el madurismo en sus discursos. Los trabajadores como clase social consciente no se venden por promesas vanas en unas elecciones, o a un patrón “generoso” por mejor sueldo – mientras el resto de la sociedad pasa trabajo y necesidades –; luchan para cambiar todo el sistema, para igualar la sociedad de forma racional y justa, dar a cada quien según sus necesidades y exigir de cada quien según sus capacidades. De no ser así las contradicciones sociales siempre aflorarán, las tensiones de la desigualdad seguirán.
Hermanos de Vencemos, la lucha social es por justicia social, y la clase obrera está signada a ser la clave que sostenga la revolución social socialista, por estar a la base de la producción de la riqueza material para la sociedad; solo falta que sea la vanguardia política y espiritual de la nueva sociedad. Sus protestas deben ir hacia la reconquista de las luchas obreras vistas hacia un cambio social de igualdad y justicia, involucrando a sus hermanos de clase y de fortuna, a todos los que crean en la revolución socialista, profesionales, maestros, estudiantes, intelectuales, artistas, como una sola conciencia social, la conciencia de deberse a toda la sociedad, y no solo a nuestros asuntos privados y particulares. Están invitados y convocados a retomar el camino del Plan de la Patria original de Chávez, volver a Chávez y retomar el camino de la revolución bolivariana y socialista.
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