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ActualidadEl plan Jaua-Vollmer como regalo de navidad

El plan Jaua-Vollmer como regalo de navidad

Estas navidades ha invocado para algunos un espíritu de mentiras o confesiones retardadas. Para otros el delirio, como es el caso de Adán Chávez con lo del “pueblo heroico que resiste al imperio”, que lo tenemos metido en el país hasta en arroz blanco, nuestro compañero involuntario, obligado de todos los días.

La mentira y las confesiones de navidad invadieron el espíritu de Elías. Para Elías Jaua el país debe abrirse a las inversiones extranjeras y privadas bajo el control económico del Estado. En este punto dice que sostiene diferencias con el gobierno actual pero no explica bien por qué. Él sí cree que deben haber empresas públicas estratégicas bajo el control público (aunque vió de soslayo cómo destruyeron a PDVSA) coexistiendo con el sector privado y lo que él llama un fuerte emprendimiento, social colectivo e individual. Para nosotros una verdadera contradicción no resuelta por él y por nadie frente a la cual el empresario Alberto Vollmer se hace el gran pendejo y nos marea coincidiendo con el ex ministro en casi todo. Ahora Jaua lo llama “un verdadero representante de la burguesía nacional”, o sea “nacional”.

Como el gobierno, el empresario Alberto Vollmer habla de que la solución debe ser fundamentalmente económica por encima de la política y lo político. Resume lo político como un acuerdo entre dos polos, “En un país tan polarizado como Venezuela, el empresario Alberto Vollmer hace equilibrismo” dice BBC mundo; el madurismo y la oposición, un acuerdo el cual nosotros traducimos, como en su momento de mayor concilio, como el viejo “pacto social” adeco: entre el Estado, los trabajadores y los empresarios. Cree que la pérdida de nuestras reservas en oro y divisas, “la caja chica” –como él llama a nuestros ahorros y PDVSA– y la presión internacional ha obligado al gobierno a “abrir” la economía, abrirse a las inversiones internacionales, a tomar soluciones pragmáticas para recuperar la economía a manos del capital privado, («La presión internacional no obligó a un cambio político en Venezuela, pero ha obligado a un cambio económico” … “El empresario –Alberto Vollmer – dice no ser político, pero ejerce su influencia con el pragmatismo que parece ahora imperar en un país que acepta poco a poco al dólar como su moneda” , BBC mundo)

A través del CONAPRI “Hay dos tipos de agenda. La primera es la simplificación del marco regulatorio. La otra tiene que ver con influir en políticas públicas a través de leyes o de política económica macro y eso solo lo puedes hacer al tener canales de comunicación constructiva.” Varias de estas leyes ya están aprobadas por el gobierno y las asambleas de Maduro: la de zonas económicas especiales, la de inversiones extranjeras productivas, la ley antibloqueo. Más una acción política de engaño al chavismo que consistió en falsear o adulterar el Plan de la Patria de Chávez original, esto tampoco lo explica Jauja muy bien.

“Ha habido un cambio de actores –de Chávez a Maduro –, pero también ha habido un choque con la realidad. Al no tener caja chica, ingresos y los recursos que tenías antes (…)” –hay que recordar que esta realidad fue forzada por Maduro dilapidando nuestros ahorros en la empresa privada ladrona que hizo vida en el país y desmantelando a PDVSA –…”Este choque te da un toque pragmático. Estamos en esa etapa, y sí lo veo irreversible –la ironía es que Chávez habla en el Plan de la Patria de un punto de no retorno al capitalismo y Vollmer de vivir una etapa irreversible hacia el socialismo –. El país entero ha aprendido. Hay un profundo aprendizaje, una sensación de lección aprendida a la fuerza y ojalá lo logremos capitalizar.” La pregunta es quién ha aprendido a la fuerza, qué país ¿Maduro y el gobierno? ¿Los socialistas? ¿El pueblo chavista? ¿Cuál país? Lo  cierto es que Vollmer habla como si estuviera detrás de todo este plan: concertar con el gobierno, conspirar con el dólar y presionando nuestra moneda para desaparecerla, redactando leyes, influenciando “las políticas públicas” del gobierno, además de disculpar a Maduro como si no hubiera tenido nada que ver con la pérdida del rumbo y de nuestros ahorros, el pragmatismo que ahora pretende hacer ver como la solución, cuando siempre fue política del gobierno de Maduro cambiar el socialismo por el capitalismo, desde un principio ¿No será Jaua, que ya Vollmer andaba en eso desde hace rato?

Es en este punto donde a Elías Jaua se le enreda el yoyo. Desde un principio Elías sabía todo lo que hacían Maduro y sus asesores: el viaje de Arreaza a China, la dilapidación de los ahorros, el desmontaje de PDVSA, el abandono de las empresas del Estado y socialistas, las leyes liberales que se aprobaron etc. y un resto del cual no puede desligarse ahora declarando que está de acuerdo con que el Estado mantenga el control de las empresas públicas estratégicas. Ahora aparece Vollmer como el modelo de empresario que busca el gobierno, dispuesto a trabajar con él a cambio de que el Estado retire sus manos del negocio. Por supuesto que no podemos creerle a Jaua su buena voluntad (y Vollmer es otro pícaro que se hace el loco con lo que pasa en el país), ¡ni porque se haga pasar ahora por San Nicolás!,  porque, en principio, el capitalismo, la inversión privada y la empresa privada no pueden coexistir junto con el interés público y colectivo, con la sociedad, la acumulación y concentración del capital es inevitable. La condición, para ellos, es dejar en sus manos el bien público, el destino de los trabajadores y los necesitados, ¡que la mano invisible del mercado dicte el destino de toda la sociedad!, como si fuera lo que estuviera pasando hoy en el mundo capitalista; o como que nos pueda pasar a nosotros, un país colonizado hasta la agallas. Es exactamente lo que repite Jesús Farías. Elías Jaua sigue conservando la eterna contradicción en su cabeza y en sus conceptos de socialismo mixto, o como sea que lo llamen ahora, fuerza la realidad echando un cuento de navidad.

Chávez, primero que todos ellos, pilló esta  contradicción a favor de la sociedad y no de la empresa privada. Jaua calumnia a Chávez al decir que dentro del proyecto bolivariano socialista estaba la inclusión del capital privado en el desarrollo del país. Su inclusión siempre fue bajo condiciones estrictas las cuales sólo permitían bajar la intensidad del conflicto con los capitalistas no resolverlo, mediante una especie de pacto. Sí los empresarios privados no trabajaban para la sociedad, entonces ¡Chao! La versión de Jaua de Chávez obvia al Plan de la Patria y a la misma explicación que de Chávez a su proyecto en su presentación en el CNE, en el 2012.

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