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ActualidadEl primero de Mayo: un esclavo feliz

El primero de Mayo: un esclavo feliz

La clase obrera no es nada sin el socialismo, cuando mucho el obrero sería un esclavo feliz dentro de su miseria, el más esclavo de todos los esclavos.

Respetamos la religión budista, pero no somos Buda ni budistas. Somos humildes pero tampoco practicamos la humildad cristiana, católica o de cualquier otra iglesia cristiana, que se humilla ante una autoridad que no existe. Creemos en el respeto a la humanidad, y el sistema capitalista no respeta la humanidad, tampoco la vida, cosifica una y otra y la pone al servicio del lucro y el poder que son sus intereses fundamentales, no somos siervos de ningún dios,  por eso no nos humillamos ante el Olimpo capitalista, el “dios libre mercado”, el “dios dinero”. 

La clase obrera es conciencia de clase. Significa una clase social en pie de lucha por hacerse del poder para  abolir las clases sociales, cambiar la sociedad por otra sin privilegios. De resto, el obrero sin conciencia de clase, aspirando, más allá de su condición de trabajador explotado, a escalar hacia otra clase social, está condenado a ser dos veces esclavo, esclavo en el trabajo y esclavo en el espíritu. Aceptar nuestra condición de clase social al servicio de propietarios explotadores es admitir nuestra esclavitud, pero no necesariamente significa tener que  aceptarla como una condición fatal. Un esclavo consciente se rebela al poder, a menos que esté feliz. Y un esclavo feliz es más dañino para la revolución socialista que las mismas leyes burguesas, que la resistencia capitalista, que la llamada “guerra económica”. La clase obrera debe convertirse en ideología liberadora del ser humano, la clase fundadora, la instigadora de una sociedad sin clases sociales, el corazón de la revolución social, no debe ser su freno.

Contentarse con un empleo para ganarnos la subsistencia, esclavizados a un régimen de explotación  física y mental no es socialismo. Alegrarnos porque los chinos van invertir en las zonas económicas especiales es una ironía de los dirigentes sindicales gobierneros (y del gobierno), así como felicitar al gobierno porque “crece la economía”, en los términos en que crece la economía capitalista, o sea, cuando crecen las ganancias de los más ricos y los negocios de los más ricos, dejando para los más pobres sólo empleos y poder continuar con vidas miserables. 

El papel de la clase trabajadora es hacer la revolución social socialista, no alargar la vida al  régimen de explotación capitalista, festejando su existencia y las migajas que da a los trabajadores que son los que producen su éxito y su riqueza. Esta es una de las mayores ironías del sistema capitalista y de sus mayores contradicciones, que sean los más  miserables quienes defiendan el régimen de injusticia que los hace miserables, con música, bombos y platillos.

En las redes sociales se puede ver cómo se condena a EEUU por ser el único país que no conmemora el 1ro. De Mayo, día de los trabajadores, siendo ese evento el origen de tal conmemoración, porque dudo que se pueda llamar celebración el  ahorcamiento de una docena de obreros. En el mundo se conmemora el 1ro de Mayo,  aquí el gobierno lo celebra, como una fiesta de esclavos felices. 

Pero resulta que el “presidente obrero” gobierna y ha gobernado para los patronos propietarios. La idea está clara,  dice Delcy: “el camino está en encontrarnos en el desarrollo productivo nacional para generarle bienestar al pueblo venezolano». ¿Encontrarnos?, quiénes, ¿explotados y explotadores?, dónde, ¿bajo un régimen de producción capitalista, en una sociedad con valores pequeñoburgueses gazmoños y  egoístas?, ¿en medio de la lógica del capital? LOS CAPITALISTAS JAMÁS SE SUICIDAN, Y JAMÁS SE “ENCUENTRAN” CON LA “CLASE TRABAJADORA”, a menos que sea para pelear, sus intereses son antagónicos, cada quien va en dirección contraria. La trampa es creer que todos “somos Venezuela”, que “en Venezuela cabemos todos”,  explotados y explotadores, y no es cierto. La única manera de que esto sea cierto es admitiendo que la sociedad burguesa capitalista es eterna, es negando la posibilidad de la revolución socialista, consolándose con el fatalismo capitalista de que vivimos el  “fin de la historia”, que proclamó el casi olvidado Fukuyama.

La manera de admitir la unidad de nuestra sociedad es uniendo a sus individuos en intereses que se eleven sobre el egoísmo materialista y la mezquindad, disolviendo las clases sociales, cooperando para la construcción del socialismo y la libertad definitiva de las personas. De resto sería negar la existencia Chávez y el sacrificio hecho con su propia vida para que el mundo cambiara. Lo que festejan Delcy Rodríguez y Maduro el  1ro de  Mayo, o Jesús Farías y demás hipócritas, es el fracaso de la revolución bolivariana de Chávez y la restitución del famoso “PACTO SOCIAL” de la democracia burguesa, de la cuarta república, y así sacan a la calle una masa de trabajadores perplejos, llevados de las narices; y salen a la calle otros para reclamar más de los capitalistas, resignados a vivir felices como sus esclavos modernos. 

La revolución que quiso Chávez fue real, socialista, encaminada a empoderar a los trabajadores y disolver las diferencias. Creó empresas socialista que fueron restituidas a los capitalistas por el madurismo, confiscó tierras a los latifundistas que fueron también restituidas a privados, fortaleció las empresas del Estado, que hoy están en vías a ser privatizadas, expulsó del país a consorcios mineros depredadores y maulas que luego fueron indemnizados y restituidos en sus  devastaciones, por Maduro. La revolución de Maduro es puro discurso electoral, existe sólo como deseo en su mente, mientras su voluntad, más fuerte que su mente, hace todo lo contrario, se rinde al capitalismo. Este es un gobierno de esquizoides. 

¡CARÁCTER SOCIALISTA!, ¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!

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