El binomio sostiene y sirve de instrumento a la infamia madurista; Miraflores los utiliza a su antojo para dar un barniz de legalidad a sus tropelías. Con este ejercicio de la justicia “pranática”, han arrasado con la majestad de la ley, dejando al país en la indigencia jurídica. Aquí puede legalizarse cualquier barbaridad, como esa que un funcionario se apropie de miles de millones de dólares y desaparezca, protegido por Miraflores sin que la fiscalía y la asamblea actúen, o lo contrario, que la fiscalía actué para justificar cualquier barbaridad del palacio, como esa de dejar a guaidó suelto, y la ridiculez de dictarle auto de detención cuando está fuera del alcance.
La asamblea, la fiscalía, actúan atropellando la ley. Queda claro que no hay más ley que las conveniencias de Miraflores. Se puede violar la Constitución, entregar el petróleo, hacer convenios secretos con los imperios, tener presos sin juicio, hacer extraños operativos en los penales, mientras la fiscalía se distrae en acciones subalternas. Y la asamblea aprueba por unanimidad los antojos de Miraflores, y con descaro neutralizan la disidencia; en ese recinto sólo se oye el eco del presidente del cuerpo, cualquier otra voz es aplastada por el silencio.
Hoy el país y el mundo sienten que aquí no hay seguridad jurídica, sólo se cumple lo que diga Miraflores y después se le da un barniz de legalidad, o, sin ningún pudor, el atropello pasa. Si a Miraflores le conviene, la fiscalía investiga a líderes chavistas, pero tareck sigue desaparecido y eso no se investiga, o la fiscalía va a la Onu a explicar que no hay presos políticos sino delincuentes, aunque horas después a esos presuntos delincuentes los indulten en un acuerdo político.
Lo anterior tiene profundas y lamentables consecuencias políticas, sociales, económicas: sin seguridad jurídica ningún sistema social serio prospera. Aunque lo más grave es que esa inseguridad, esa conducta de atropello a la ley, crea el ambiente propicio para un régimen fascista. Todo será justificado si se trata de ir contra el “enemigo” creado, que puede ser Guyana, como antes fue Colombia, o pueden ser otros “enemigos de la Patria,” o el niño guerrero, o richi el de tocuyito, todo a voluntad de Miraflores. Se pueden aprobar leyes absurdas y aceptar procedimientos inmorales. Nadie está seguro, nada es seguro.
Este binomio, y algo más, será juzgado por la historia como los artífices de la llegada del fascismo, que por este camino por ellos abierto, vendrá. Desmantelaron la justicia, enterraron a la verdad, ahora todo es mentira: no se sabe que pasó en las primarias, su chavismo es falso, su socialismo es de mentirita, sus acusaciones son sin prueba, su riqueza es oculta, sus lealtades son frágiles, su ideología es plastilina. Su ética acepta cualquier crueldad. La oposición gringa es la contraparte de esta deriva al fascismo, su odio es legendario, su crueldad es incendiaria, su fanatismo es manifiesto. Entre los dos han creado un ambiente sin certezas, donde todo es posible, la masa va quedando a merced de la manipulación, puede creer cualquier cosa, aceptar cualquier crueldad. En estas condiciones la masa actúa como demente. Frente a este peligro terrible, sólo el chavismo auténtico, Socialista, tiene la fuerza moral, la ideología, la pasión para enfrentar con éxito al fascismo.
¡CHÁVEZ, ANTIFACISTA!