Uno) Sobre el comodín de la baraja y su denuncia: visto a distancia nosotros decimos, ¡Que traigan al «Monstruo», para arreglar este país!… Estos tipos son tan ineptos que consignan pruebas de un hipotético acto de corrupción cometido en el 2012, ¡diez años después! Ni siquiera para espantar a sus enemigos políticos sirven. “Ese monstruo”, como lo llama Tarek con voz quebrada y lágrimas en los ojos, sostuvo funcionando a PDVSA y a la revolución por más de diez años de forma eficiente, defendió sus espacios de los conspiradores, mantuvo la producción de petróleo y gasolina. Mantuvo solvente el país a niveles nunca alcanzados por su jefe ni en su mejor «remate», vendiendo todo que pudo vender; pozos de petróleo, minas de oro y diamantes, el país en pedazos, “privatizando todo lo que debía ser privatizado”, como diría su jefe, aun así Venezuela hoy está quebrada. La única Venezuela que prospera es la de los oportunistas y la de los ricos, FEDECÁMARAS y sus similares de la «burguesía revolucionaria». Por supuesto, esa denuncia es una denuncia contra Chávez, y es un insulto a su inteligencia por creer que el comandante era un pendejo. Pero… cada ladrón juzga por su condición… Mañana “El tiempo dirá lo que cubre (hoy) los pliegues de la astucia”, dice el poeta
Dos) El instructivo inexistente de la ONAPRE lo inventó Maduro, rebajar los sueldos es obra de maduro y su equipo; así lo exige los entes financieros internacionales, el falso sueldo de medio Petro fue un astuto engaño hurgado en Miraflores para calmar los ánimos caldeados, el bono de 10 mil Bsd para los jubilados del 2018 fue otra trampa de Maduro para embobar a los empleados públicos. El presidente Maduro y sus colaboradores cercanos se sientan en Miraflores a decidir marrullerías; Maduro, los hermanos Rodríguez, Diosdado, Jesús Faría, el joker Tarek El Aissami, etc., en ese orden. Diosdado es el sustituto de Darío Vivas, cansado de luchar lleva 400 semanas haciendo una revolución de chismes; desde el mazo y si es necesario en la calle. Jesús Faría es el vocero de la presidencia, el que tiene que darle algún sentido a los disparates de su jefe y a las fascinaciones pequeñoburguesas de los dos hermanos, Y El Aissami es el comodín de la baraja. Pero en la cúpula de la cúpula están otros.
El conflicto, parece un conflicto entre el dolor de la realidad y las mentiras narcóticas que salen de palacio y nos distraen de la realidad. El gobierno, de un tiempo a acá, se ha dedicado a resolver el diario. Un día promete en público anclar el sueldo mínimo de los trabajadores al Petro, (a medio Petro, se dijo, está grabado), pero se cuida de no publicarlo en Gaceta, para que más delante el TSJ se ocupe de demostrar la “inexistencia” de esa orden, como un paquete sin recibo, y para que al día siguiente el pícaro se haga el pendejo. Otro día anuncia honrar en público (está grabado) a los “jubilados desde el 2018” con un bono de diez mil bolívares, pero se cuida de no publicarlo en Gaceta Oficial, para que Marco Polo Cosenza se “invente” un instructivo que echa a la mierda cualquier promesa resbalada desde Miraflores, para que luego el TSJ demuestre su “inexistencia”, para que luego, aquellos que prometieron villas y castillo a lo pobre jubilados, se haga el pendejo. Otro día ordena el pago del bono de vacaciones a los maestros y profesores, pero ya la ONAPRE de Cosenza dictó su instructivo; la gente se arrecha y sale a la calle, el presidente bota a Marco Polo Consenza de la ONAPRE, lo esconde, lo desaparece, paga la deuda completa pero…, pero, el TSJ decide que ese instructivo no existe, ni siquiera está publicado en Gaceta… ¿Y el gran jefe?, se hace el pendejo y huye hacia delante.
“Como vaya viniendo, vamos viendo”. Si hoy amanece el país lleno de maestros y pensionados protestan en la calle, Maduro, como si nunca hubiera pasado nada, promete cualquier otra cosa, no importa el tamaño de la mentira, para eso, para corregir sus disparates y “omisiones”, se ocupa el TSJ junto a sus retorcidos asesores de Miraflores y de la Asamblea Nacional.
No podemos quedarnos contemplando el paisaje relajados, a menos que se sea uno de los elegidos del gobierno, cobrando en dólares, comerciando con dólares, con la ventaja de pagarle a los empleados y trabajadores en bolívares, “según dicta la ley” (así cualquier pícaro escéptico se relaja). Debemos protestar. ¡Maldición!, ¡No me adapto!, sin importarnos que el escepticismo se haya apoderado del alma de los tontos displicentes ante la mentira, de los ricos y de los oportunistas.
Pero que no se adueñe de nosotros la indiferencia. Nosotros con Chávez conocimos un país donde se pudo vivir con dignidad, trabajar con esperanzas, ver resultados sin ser engañados de esta forma tan miserable. ¿Cómo nos van a cambiar espejitos por oro? ¿Cómo nos van a cambiar un muñeco inflado de plástico que se mueve como una veleta por un hombre de una moral firme y elevada como una montaña? No podemos seguir adormilados, hay que terminar de despertar y acabar de develar el engaño, tomar el antídoto del encantamiento madurista.
La realidad es dura pero solo los seres humanos conscientes, despiertos, hombres y mujeres, pueden cambiarla; no los “mecanismos”, las fórmulas liberales, el economicismo, y demás cálculos deshumanizados mediante los cuales se sacrifica la vida de las personas por los “equilibrios macroeconómicos” y toda esa basura, inventada para hacer a los ricos más ricos y sembrar el planeta trabajadores esclavizados, su prole y reemplazos.
La emotiva denuncia del utility del gobierno es un síntoma de desesperación, es otra mentira más, por el contenido y lo atemporal de la denuncia y por la promesa de captura de Rafael Ramírez, hecha a la población más cándida y resentida del país. Lo que se avecina es peligroso, es una persecución a los enemigos; es Idi Amín y su ejército saliendo en retirada de Uganda. Estamos al borde de un Estado de sitio y del fascismo.
HAY QUE DEFENDER A CHÁVEZ, VOLVAMOS A CHÁVEZ