Los momentos políticos tienen sus eventos que los caracterizan, les dan color, los resumen. Este momento político que hoy vivimos es rico en eventos: podríamos empezar por un dólar que sube indetenible. Seguiríamos con unos sueldos ridículos, que si no fuera por lo dramático darían risa, un sueldo básico criminal, prolifera la gente comiendo de la basura, el sentimiento de éxodo impera, el futuro está negado. Ya esto sería suficiente para prender las alarmas. Pero, podríamos añadirle la ausencia de oportunidades reales de Estudio para los jóvenes, las escuelas y liceos son pura fachada, pobladas de profesores desesperados por la ruina; Universidades exhaustas por la deserción de profesores y alumnos.
Para resumir este tétrico cuadro debemos añadir el derrumbe del apoyo popular al gobierno del madurismo. Las encuestas son claras, el madurismo dilapidó el enorme apoyo popular que heredó de Chávez. Hoy, el país se encuentra con un vacío de liderazgo, lo que aparece por allí son menudencias, aficionados con ínfulas de líder, nada que emocione más allá de los montajes y las oxidadas maquinarias, sólo capaces de llenar estrechas callejuelas. Este país conoce lo que es un liderazgo, aún está fresco el recuerdo de las siete avenidas que Chávez repletó. El ardid de elecciones no consigue contener el descontento acumulado. Todo esto sumergido en un profundo reflujo de masas, los partidos, los líderes no consiguen sintonizar con la masa en retirada.
¿Qué pasará mañana?
El madurismo está desesperado, nada le sale bien, no sabe qué hacer, los asesores han fracasado. Y un gobierno como este, cuando se ve arrinconado, no le queda otra que la represión. Ya se ve la preparación, la justificación, para el uso de la violencia, para la contención de la previsible ola de protesta, para combatir la energía que, antes se disipó en el éxodo, ahora estallará dentro. Aparecen con fuerza los falsos positivos, los presos. Se califica de atentado contra el Estado cualquier disidencia, cualquier protesta, no aceptar la política madurista será considerado atentado contra la paz y la nación. Este camino del madurismo conduce a una dictadura antipopular.
En los próximos tiempos vendrá un desenlace de esta crisis política, económica, social. Se decidirá si continuamos viviendo como nación, o si el país se desvanece en la estulticia de unos y la desidia de otros. Veremos si somos capaces de retomar el camino de la fundación de una sociedad viable, humanista, donde valga la pena vivir, con oportunidades para todos. O seguimos cayendo en el abismo de la extinción.
Existen muy buenas razones para la esperanza. Tenemos el ejemplo de Chávez, aquel gobierno cuando el país alcanzó cotas de dignidad pocas veces tocadas por una nación, esos días fuimos dignos hijos de Bolívar. Construíamos la Patria que los próceres soñaron. Tenemos el rumbo, el camino de Chávez, el camino al Socialismo. Y existen los hombres que, junto a el Comandante, conducían al pueblo hacia el futuro.
Sólo nos resta prepararnos para los días decisivos que vienen, para convertir las dificultades en éxitos. Ya hay lideres revolucionarios asumiendo sus responsabilidades. Se fundó el PSUVCH, que se enfrenta al psuv secuestrado por el madurismo, ya comienzan a renacer los Comités de Resteaos con Chávez, que tantas batallas dieron por la Patria.
¡CHÁVEZ, PSUVCH!