Es raro que se toque el tema de manera tan directa acerca de la responsabilidad de Chávez por lo que ahora hace Maduro. Lo usual es descalificar el gobierno de Maduro y que luego se aluda a Chávez como referencia al desastre actual. Pero Ochoa Antich reconoce la necesidad de fracturar el pilar político que sostiene a Maduro frente al pueblo chavista, por eso dispara directo a donde está esa fuerza, a Chávez. El razonamiento saría este: si Diosdado Cabello y Maduro justifican sus acciones políticas atropelladas y torpes con el discurso de Chávez, Ochoa Antich descalifica a Chávez comparándolo con Maduro para luego regresar y desprestigiar a Maduro como el heredero de Chávez. Una jugada digna de la derecha y de Ochoa Antich, hermano de uno de los generales que les tocó apresar a Chávez en 1992.
Realmente el daño hecho por Maduro a la imagen de Chávez ha sido incalculable. Para un pueblo acostumbrado al chisme y de memoria corta resulta fácil establecer, como una consecuencia del gobierno y las ideas de Chávez, el desastre madurista. Este oportunista ni siquiera tiene escrúpulos para calumniar al mismo Lenin como heredero de lo que se conoce como estalinismo, tal y como lo harían los ingleses y los gringos obcecados con el anticomunismo en tempos de la guerra fría y ahora . Tiene una clara ubicación política en el campo capitalista de derecha disimulado de reformista al estilo adeco:
Dice que el madurismo “Es la concreción de un modelo acariciado y fraguado desde los tiempos de Chávez: la formación histórica de lo que por comodidad podemos llamar el chavismo-madurismo –lo coloca en ese orden –. Así como el estalinismo no es sino la continuidad del marxismo-leninismo y como Gómez no fue sino la continuidad del hegemonismo burgués andino de Castro, el madurismo es el desarrollo y la concreción histórica del chavismo (y el paralelismo entre aquéllos y éstos, en temperamento, idiosincrasia, irresponsabilidad, ofuscamiento, locura y sentido del poder, es mayor de lo que podría imaginarse a primera vista).”
Las verdades que puedan contener sus palabras se la debemos a Maduro y a los maduristas. Sin embargo no es cierto que Chávez tenga que ver con “irresponsabilidad, ofuscamiento, locura”, y que comparta con maduro “su idiosincrasia”: maduro es un simple arribista y Chávez es un hombre apasionado por la independencia y la justicia social. Lo que puede haber de verdad y de herencia asumida por maduro no pertenece a Chávez es un legado adeco copeyana, y masista: Ochoa Antich lo sabe y sabe de eso bastante
“El madurismo no es ninguna «traición» del legado. Es el legado.”, dice el cazador de votos chavistas. Habla como si su interlocutor fuese Rafael Ramírez o nosotros mismo que siempre hemos dicho sobre la traición del legado de Chávez por Maduro. Pero la peor calumnia es esta “En la Venezuela de Maduro, se verifican las ideas de Chávez” Confundir las ideas de Chávez con “irresponsabilidad y locura”, como él dice. Gracias al reformismo de Maduro y a escudarse siempre detrás de la imagen del comandante Chávez, al pícaro Ochoa Antich le resulta fácil confundir una herencia adeca-copeyana-masista con Chávez, podríamos decir, inclusive, confundir a todos los masistas infiltrados, viciados del burocratismo y codicia, como Merentes, con la idiosincrasia y las ideas de Chávez. Afortunadamente el comandante dejó sus ideas escritas en el Plan de la Patria original y en muchos discursos y escritos de prensa, y en todas las decisiones de estado tomadas producto de esas ideas y en su empeño por corregir y corregirse que fue del conocimiento público; no es fácil calumniarlo de esa manera tan villana. Lo más feo del gobierno de Chávez se lo debemos a los vicios de la socialdemocracia, justo a aquello por lo cual se estaban haciendo los cambios, por lo cual se hacía una revolución moral y socialista.
Pero él sabe para quién es el mensaje; en realidad es para los chavistas y maduristas, colgados en el aire sin líderes, de los cuales necesitan capturar sus votos y simpatías para las próximas elecciones. …”Ojalá que estas notas sirvan en algo para que los llamados chavistas disidentes e incluso los maduristas más lúcidos, sometan a un examen autocrítico la obra de estos 20 años, su proceso histórico subterráneo, para desde él, superarlo críticamente (en el sentido que la dialéctica marxista da al concepto)”…
El concurso político de estos oportunistas debería servir de ejemplo del daño que ha causado el trabajo de zapa hecho por el madurismo (consciente o no) a Chávez, al chavismo y al socialismo, manipulando irresponsablemente la imagen de Chávez y las ideas chavistas y socialistas, vaciándolas de su contenido y rellenándolas de infamias. ¡Hay mucha gente que no ve en esto un problema de primer orden para la revolución socialista, pero sí lo es! Para hacer un cambio revolucionario radical las ideas deben ser claras y fundamentadas en prácticas políticas coherentes, con identidades firmes; definir bien los campos: dónde está la revolución (dónde está el socialismo) y dónde el enemigo a vencer. Cuando esto no es así, toda clase de aprovechadores aparece, de “tanques pensantes”, haciendo ejercicios de confusión y manipulación dirigidos a los distraídos, poco convencidos y pocos comprometidos con los cambios revolucionarios socialistas.
Los más sutiles manipuladores ideológicos vienen de la izquierda, de esa mazamorra ideológica indefinida, marinada en las lecturas de los clásicos marxistas y en sus propios creadores, siempre al servicio de capitalismo y el poder establecido (para los que gustan, el establishment).
El chavismo, ¡señor oportunista!, irá siempre en dirección opuesta a la lógica del capital, a la lógica del capitalismo, será siempre socialista ¡Viva Chávez!