Una dictadura tiene unas características muy concretas, algunas de ellas: El poder se concentra en un dictador y su camarilla que lo controlan todo, el país mantiene una disciplina, un orden extremo, existe una estrategia de gobierno que obedece a los intereses de una clase social, la sociedad es cohesionada y sometida tras un ideal común.
Lo que sucede hoy en Venezuela es otro fenómeno, que a espera de estudios más profundos podríamos llamar pranato: es un intento de gobierno de la marginalidad con la asistencia teórica de algunos notables de la clase media ilustrada. El fenómeno es inédito, pocas veces, o quizá nunca, había sucedido. Podemos adelantar algunas de sus características y sus consecuencias. El pranato no concentra el poder, sólo puede, por su ideología, ocuparse de una parte, lo que le interesa para permanecer, el resto de la sociedad queda bajo el control de dispersos focos de poder que reproducen la ideología del pranato, esto es, sólo se ocupan de su mezquino entorno y de su bienestar local. El pranato no tolera la disidencia, contra ella usa la represión. Su ejercicio de gobierno es caótico, ineficaz, por eso necesita la mentira como forma de gobierno, todo mal tiene una excusa, tiene un culpable, todo disidente es vilipendiado. Usa técnicas del nazismo, como el secuestro de los familiares de los disidentes, y la técnica de goebbels de repetir mil veces una mentira hasta convertirla en una verdad creíble para las masas.
De todo esto se pueden sacar algunas conclusiones preliminares: es extremadamente difícil que el pranato ceda el poder en buena lid. Es extremadamente difícil que cumpla algún acuerdo, siempre buscará maneras de evadirlos. Dentro de las reglas de juego dictadas por él, es poco menos que imposible que se pueda salir del pranato.
Otra características del pranato que todavía no se expresa a plenitud, son las peleas internas. Suceden a medida que los intereses del pranato central choca con los intereses de los pranatos sucedáneos, y esos intereses se enfrentan necesariamente en la agudización de la crisis. Los pranatos subalternos comienzan a actuar cada vez más por su cuenta. El pranato central va perdiendo poder, se va extinguiendo hasta su final.
En estos momentos el pranato comienza a derrumbarse, las señales son alarmante, sectores del Estado, actuando por su cuenta. Colectivos con iniciativas independientes que chocan con el interés del pranato central de crear una imagen de ambiente democrático propicio a elecciones. Rumores de actuación internacional de los cuerpos represivos. Y para concluir el ambiente militar enrarecido, por acusaciones de espionaje, detenciones de oficiales, bajas con media vuelta.
La situación es inédita y exige remedios extraordinarios. La derecha gringa, tradicional, no puede navegar en estas aguas, el país enfermo, víctima del cáncer del pranato y su metástasis, necesita un estremecimiento espiritual, recobrar la pasión, deslastrarse de los egoísmos individuales y locales, y eso en este momento sólo se puede conseguir volviendo a Chávez. Sólo el chavismo, los líderes chavistas tienen la fuerza moral, el ejemplo, para recomponer a la sociedad, sólo el chavismo pueden salvar a este país que está a punto de extinción.
!CHÁVEZ ES LA SOLUCIÓN!