Fidel Ramírez, es un preso político, cuyo único “delito” es ser hermano de Rafael Ramírez, un Ministro de Chávez consecuente hasta hoy con el Comandante, con su obra, su pensamiento, su legado, y por esa lealtad, es odiado por el madurato, que lo odia con la furia con la que el traidor odia a los leales. Fidel, su prisión, señala con claridad, denuncia, la perversidad del madurato, su mal trato a los derechos humanos, a los presos políticos, su violación de toda ley.
Cuando abogamos por Fidel, lo hacemos por todos los presos políticos, y lo hacemos con una mezcla de esperanza y dolor, por el abandono de los presos políticos, de desatención de la persecución de los chavistas. Dolor porque Todo ocurre en un país que se dio la espalda a sí mismo. Las angustias de la sobrevivencia han substituido a la preocupación por el prójimo, por la dignidad del humano. Nada conmueve a la masa, las mayores canalladas, los fusilamientos morales, todo es aceptado por omisión. Las cárceles están llenas de secuestrados, allí mueren “suicidados” o con enfermedades que se “agravan de repente”, y nada perturba a la masa. Sus dirigentes siguen distraídos en el circo electoral, sólo hablan del salario, y cuando se les niega, corren con el rabo entre las piernas a sus trincheras individuales.
Pero también Alegría y Esperanza, porque se están formando núcleos espontáneos de apoyo a los presos políticos. Sabemos que la visita a los presos es difícil, a los familiares los maltratan, sabemos de los riesgos que corren los que se solidaricen con los presos. Sin embargo, estos núcleos tienen muchas formas de mostrar su respaldo a los presos, se deben usar los métodos que se usaron contra la cuarta república, contra las dictaduras. Que mil pintas hablen en las paredes de las ciudades, que se pida la libertad de los presos y castigo a sus carceleros. Que se emplace al fiscal que ayer era un defensor de los presos, y ahora, es un triste instrumento del oprobio, que se promuevan declaraciones, usando las redes sociales, que se organicen actividades, denuncias a los organismos de defensa de los derechos humanos. Que los sindicatos que pelean por sus reivindicaciones, por un salario justo, también exijan la libertad de los presos políticos, el respeto a los derechos humanos.
Que los presos sepan que no están solos, que no todos dan la espalda a la dignidad, que todavía hay quien “tiembla de indignación frente a la injusticia”. Que sus carceleros sientan, los usurpadores sientan que esos crímenes no proscriben y que toda “gloria es pasajera”.
Nosotros, desde aquí, desde el Arado, nos sumamos a estas iniciativas de los núcleos de solidaridad, y aportamos nuestro granito de arena, seguimos arando en el mar hasta conseguir frutos. Estamos seguros, que estas tinieblas de hoy serán disipadas por la fuerza de la dignidad de este pueblo, que, si bien está golpeado, aún conserva el recuerdo de su historia, el recuerdo de Chávez, y siente en carne propia las consecuencias de la traición al Comandante, la entrega al capitalismo, la venta de la Patria.
Hacemos un llamado a todos a solidarizarse con los Presos Políticos, con sus familiares que sufren, con Fidel. Un llamado a los militantes chavistas, estén donde estén, dentro de la estructura del secuestrado PSUV, o fuera de ella, a que manifiesten su condición de humanistas, de revolucionarios, solidarizándose con los Presos Políticos.
¡VIVA CHÁVEZ!
¡QUE NUESTRA FUERZA MORAL LIBERE A LOS PRESOS!