Joe Biden ganó las elecciones en EE.UU, con un amplio margen en votos totales (más de 4 millones de diferencia con Donald Trump) y en delegados electorales (306 a 232), pero con diferencias ajustadas en los Estados que definieron la elección.
Este resultado electoral cambia el panorama mundial, especialmente el status quo de poder que tienen EE.UU., Rusia y China para repartirse la economía mundial y los recursos naturales del planeta, así como el auge de las corrientes nacionalistas y anti europeas en Europa. Donald Trump cambió las invasiones militares estadounidenses por su apoyo político a líderes mundiales o grupos autoritarios, un tipo distinto de invasión que generó un nuevo orden mundial, donde el nacionalismo, el racismo y la violencia política se convirtieron en las armas para generar el caos que beneficia a las tres potencias mundiales.
En el caso de Venezuela, el resultado en las elecciones en EE.UU. está dejando por fuera al aliado perfecto que tiene nicolás maduro, el “camarada” Donald Trump, al cual el gobierno de maduro le “donó” 500 mil dólares para el acto de toma de posesión en enero de 2017.
No fue casual que maduro fuese uno de los críticos más insistentes de la gestión deBarak Obama, durante los meses de campaña electoral estadounidense en 2016. En ese lapso, desde el gobierno venezolano no se generó ningún tipo de comunicado oficial ni discurso presidencial en contra delentonces candidato Donald Trump. Tampoco fue casual que, apenas a unos meses de ser juramentado como presidente de EE.UU., maduro declarase que “el camarada Trumpme está ofreciendo cajas CLAP a buen precio”.
También dijo maduro, en el 2017, que “habrá sorpresas” en su relación con el presidente estadounidense. ¡Y vaya que las hubo!, una gestión de gobierno perfecta para las transnacionales, donde se le dejó a la EXXON MOBIL el petróleo venezolano del Esequibo; dejaron a CHEVRON como la única transnacional que está operando en la Faja Petrolífera del Orínoco (a excepción del gobierno ruso y China); le entregaron, a inicios del 2020, la administración del gas de la Plataforma Deltana a CHEVRON y REPSOL para que lo comercializaran con SHELL en Trinidad y Tobago; convirtieron a las multinacionales SCHLUMBERGER y WEATHERFORD, junto a BAKER HUGHES, como las únicas empresas capaces de ofrecer servicios petroleros en los pozos y campos venezolanos; además, maduro generó todas las condiciones para que EE.UU. se haga de CITGO sin entregar un centavo.
El interés de Trump hacia Venezuela no tiene, ni tuvo, nada que ver con el respeto a los DDHH o la crisis económica que está acabando con el venezolano. El actual presidente norteamericano siempre ha tenido, como interés superior, el control del recurso natural; no en vano las sancionesimpuestas por la administración Trump en contra de Venezuela les da el poder a las multinacionales para que el marco regulador y fiscalizador venezolano se adapte a las transnacionales, al capital privado.
Sin Donald Trump, maduro debe revertir la inconstitucional e ilegal Ley Antibloqueo, el eslabón final de su plan para entregar el país al EE.UU., Rusia y China. Con Joe Biden, el régimen ya no tiene excusas para tomar decisiones en contra del pueblo venezolano, en contra de la economía venezolana, en contra de PDVSA. Y, lo más importante, maduro ya no puede esconderse detrás de Trump para tapar o transformar la persecución política y la violación a los DDHH que él implementó como política de Estado.
Esto no quiere decir que ahora EE.UU se convirtió en “amigo de Venezuela” o en un “imperio bueno”. El país norteamericano seguirá siendo una nación controlada por el poder de las transnacionales y la industria de las armas, depredador de todo recurso natural. Simplemente que las formas son distintas, y es allí donde maduro se queda sin su mejor aliado.