En cualquier momento iba a llegar, la aparición del fantoche de Asdrúbal Chávez fue la señal. El nuevo organigrama de la nueva PDVSA privatizada elimina todas las actividades No petroleras como responsabilidad de la industria. Esto tiene una traducción desde el punto de vista político revolucionario: PDVSA pasa, de ser una “cabeza de playa” socialista en la guerra contra el capitalismo, a ser una empresa capitalista más del montón, una productora de rentas para que la dilapiden los mismos oportunistas y ricos de siempre, los burócratas y oportunistas, los importadores que no producen ni bolitas de mierda, los especuladores como Cisneros, las trasnacionales, gringas, rusas; chinos, franceses, italianos, Españoles… ¡FARSANTES!, ¡se quitaron por fin la máscara de socialistas!
En una país como el nuestro la única posibilidad de cambiar la sociedad era usando nuestros recursos y experiencia técnica de PDVSA para hacer esos cambios. Fue esa la idea de Chávez. Lo que quebró a PDVSA no fueron esos cambios, no fue el plan de “plena soberanía petrolera”, no fue su participación en todos los asuntos de la vida social del país, en su construcción y organización, fue la traición.
La presidencia de Maduro y su equipo de traidores, desde un principio se abocó a saquear y destruir ese “organigrama social” de PDVSA como bárbaros invasores, contaminando todo los logros, frágiles, todavía débiles y sin consolidar del todo, pero grandes logros sociales y políticos, muy difícil de alcanzar con una corporación elitista, desideologizada, eso que muchos tontos llaman “apolítca”, con una ejercito de aprovechadores aburguesados dentro. Más adelante, recibiendo órdenes de arriba, se dedicaron a desmontar, a descalabrar la nueva PDVSA para venderla en pedacitos. AHORA TODOS ESTÁN FELICES ALLÁ ARRIBA, LOS MADURISTAS Y LOS GUAIDOSES: PDVSA AHORA LES PERTENECE, ESTÁ EN SUS MANOS; SON RICOS, TIENEN PRIVILEGIOS Y PUEDEN TOMAR DE SUS NEGOCIOS.
Hicieron bien su trabajo. Sin embargo, no creo que por eso Trump desista de querer fuera a Maduro. Ahora le toca a Maduro mostrar más “disposición democrática” y comenzar a denunciar, perseguir al chavismo para terminar de ganar la batalla en contra del socialismo y de Chávez.
Lo dijimos muchas veces, y llegó el momento en que tuvieron que quitarse la máscara. Todavía hay muchos inocentes que creen que una revolución en Venezuela se puede hacer sin la participación directa de PDVSA en todos los aspectos de la vida social y económica del país. Que, en una revolución, se podía conservar a PDVSA en manos privadas, o bajo el control de los privados. Es esa la cosmovisión de los tecnócratas y de los oportunistas; todo lo miden por el cálculo económico, por la cantidad de riquezas que se puede obtener, de donde cada quién se puede aprovechar, como una gran pila de oro.
Como muchos de estos políticos y empresarios tienen en sus manos la administración y los recursos para invertir, divulgan sus teorías acerca de la eficiencia capitalista, solo por ocultar una miserable codicia personal. Luego ante la sociedad, ante la población más pobre y necesitada se colocan la máscara de socialistas o de demócratas, según sea el caso, con la cartera llena y los bolsillos llenos de dólares y muchos negocios pendientes.
La política petrolera de Chávez, el plan de “soberanía petrolera” quedó atrás con el hombre asesinado. No se pudo tomar el control de nuestro petróleo en el 2002 pero en el 2013 comenzaría una pugna de cuervos que terminaría en el 2020 con la privatización del país; hoy fue PDVSA, pronto vendrá Corpolec, luego el Metro, universidades, servicios médicos, autopistas, tierras, dentro de un Estado policial fuerte para poder contener el hambre y las necesidades, con violencia; lo llamarán “ordenar el país”, “ordenar las finanzas”, “volver a la paz”. Bajo el manto de la paz esconderán muchos más muertos que los causados por la convid-19.
Este es mi pronóstico para el futuro inmediato, más disimulos, más eufemismos, más represión, presos, muertos; más contención. Vendrán extraterrestres, vendrán más covid-19, 20, 21, proliferarán los shows estúpidos de chismes de farándula y telenovelas, Diosdado tendrá invitados expertos como Mario Silva y se le agotarán los video de Chávez, Mario silva tendrá en la hojilla música en vivo como Diosdado y “portadas” y VTV se financiará con patrocinantes como Maltín Polar, Coca Cola, arroz Mari, Nestlé… Las aldeas socialistas y las misiones se convertirán en fundaciones privadas, y así, poco a poca hasta que nos sintamos viviendo en 1997, o 1927, depende del entusiasmo que le ponga el gobierno.
Todo lo que se pueda vender será bueno y lo que no, se colocará al final de la fila o se destruirá, eso incluye a los ancianos y a los más pobres, enfermos, presos, perros y gatos de la calle. En el futuro las cosas no serán tan diferentes pero sí se dejará de disimilar, menos con la mentira.
Sería muy sano para el país que los adormilados se acabaran de desengañar del gobierno madurista y comenzaran a abrir los ojos. Privatizar a PDVSA no es solución de nada, es el comienzo de una época de disolución nacional y hambruna. Los líderes obreros del gobierno que se creen sus discursos socialistas, deberían pensar bien en cuán disociados están de la realidad, después de esta propuesta de privatización, elabora por el mismo gobierno y la cual será aprobada por los monigotes de la ANC (incluyéndolos a ellos, representados ahí); deberán saber, que defendiendo al presidente Maduro están justificando sus acciones, que son corresponsables de la Privatización de nuestra industria petrolera y que su socialismo de plástico quedó al descubierto.
¡Buenos días Venezuela! ¡despierta!, ¿sabías que PDVSA ya no nos pertenece?