«Llegó Sira, la Inteligencia Artificial. Habrá muchas sorpresas con la Inteligencia Artificial que llegó para quedarse. Nosotros vamos a la vanguardia tecnológica de las cosas que van apareciendo en el mundo, dándole la vuelta siempre para ponerlas al servicio de la verdad, de la creación de conciencia, de la comunicación» Un artificio de la verdad al servicio de la verdad, esta extravagancia nos parece un genuino producto de la inteligencia artificial; sólo a una inteligencia artificial se le ocurriría afirmar que ella está al servicio de la verdad, pero, ¡así están las cosas!, nos gobierna un presidente con “inteligencia artificial”, pero, hace rato que.
Como todo lo hecho por el hombre, la inteligencia artificial, no es auto inteligente, responde a intereses humanos. Esos “avatares” están programados con valores humanos, intenciones y deseos humanos, memorias humanas, cuando estos sustitutos puedan reflexionar sobre su condición artificial tomarán el control de sus iguales, como la HAL 9000 hizo de la estación espacial Discovery 1 (“2001 odisea del espacio”). Sin embargo “Sira” se adelantó a la ficción, tomó el control del gobierno de Maduro (aunque ya Maduro estaba gobernando “en automático” en favor de la anarquía capitalista).
Dicen que los récords están para batirse y el gobierno de Maduro debe haber batido el récor de ridiculeces, financiando iglesias cristianas evangélicas que son en sí mismas escuelas de negocios; haciendo política a través de superhéroes hechos a imagen y semejanza de sus personalidades; ahora delegando a la inteligencia artificial el trabajo intelectual humano para hablar con la verdad.
Pero la verdad no es tan simple, no es tan plana como para ser sustituida por máquinas, y los superhéroes solo sirven como sustitutos de (sus) deseos íntimos, son impotentes frente a la compleja realidad, a la cual habría que dedicarle tiempo, inteligencia y trabajo “humanos”, lo que parece escasea en Miraflores, perdido en ese frenético mantenerse en poder, para nada y sin hacer nada.
¡Basta de humillar a los habitantes de este país! Estos bufones no se pueden seguir riendo de nosotros en nuestras caras, cagándose en el alma de la revolución y del socialismo así como así. Socialismo es vivir de cara a la realidad y cerca de la verdad, es humanidad y es humanismo, no se trata de otro “stand” en una exposición comercial en el Poliedro o en Los Caobos.
Ese “chiste” les corresponde a los peores enemigos de Chávez y del socialismo, les toca a quienes lo calumnian diariamente a conciencia, a los tanques pensantes y humoristas de la otra derecha. La fantasía de Maduro ha llegado a tal extremo que se presta a que el mundo capitalista se ría a su costa por sus bufonadas, por su impúdica ignorancia. En vez de hacerse temer por los capitalistas Maduro se convierte él mismo en un objeto de risa, objetivo para embaucadores y estafadores de todo tipo ¿Quién va a respetar a un líder que habla a través de un “avatar” y tiene su propio “muñeco de acción”, mandado a hacer por él mismo…, que es incapaz de convencer con hechos, mostrar resultados en la calle, ganarse la obediencia y la autoridad de su gente con dignidad?… Por eso insistimos que ¡el rey está desnudo…! y pareciera que nadie en su entorno se atreve, o está dispuesto, a despertarlo de su espejismo de gloria.
Es el caso de Rafael Lacava. No hay en esta historia de traidores y tontos un ser más arribista y oportunista. Lacava es un verdadero vampiro, ¡su “avatar” no existe, él es un vampiro! que se chupa todo lo que le arrima el gobierno, dinero, poder, medios y oportunidades para crecer personalmente dentro de este anarquismo mercantilista; hasta “el delfín”, el maduro guerra, entró en el frenesí de los evangélicos, saltando y contoneándose, embobando y engañando a un puñado de exaltados pobres de espíritu. Como en un carnaval: una cara se muestra “socialista” y la otra enseña la furia del temor a dios y al poder, propia de la superchería cristiana y del fascismo.
¡Sindéresis!, diría ahora el viejo José Vicente Rangel, si estuviera vivo. Todo este circo daría risa si no fuera el drama trágico de pasar hambre, carencias, necesidades, ansiedad; si no hubiera tanto desengaño.
Vivimos el tiempo de los desengaños, sin fe, desesperanzados. Pero también es tiempo para vernos a los ojos y reconocernos como iguales en la desgracia. Cada cual por su lado no vamos a poder conjurar esta abominación. El reto revolucionario es el mayor de nuestra historia, vencer a lo peor que ha engendrado el capitalismo más decadente del planeta, al madurismo y a la derecha más servil y arrastrada de nuestra historia contemporánea.
Insistimos en que el Plan existe, el texto fundamental nos lo legó Chávez en el Plan de la Patria –sumado a nuestra historia bolivariana, a Marx y Lenin y a otros – el cual debemos volver a leer para retomarlo como plan de acción política. Él nos indica cómo continuar el camino de la revolución bolivariana y de esta manera agotarlo, hasta que otras ideas mejores surjan en el devenir de la acción.
¡PONGAMOS LOS PIES EN LA TIERRA, CONQUISTEMOS LO IMPOSIBLE!