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ActualidadLa decadencia de Diosdado

La decadencia de Diosdado

Hace falta un partido socialista chavista que tenga como programa político el plan de la patria original (cuando todavía no había sido adulterado por el madurismo), que haga la diferencia con el madurismo oportunista y con la derecha mayamera que representan lo mismo. Basta con ver los discursitos electoreros de los candidatos a las primarias, sus ofertas y el lenguaje adecocopeyano que usan para que revivamos tiempos pasados donde todos los políticos hablaban de lo mismo y de la misma manera. Y ver a Diosdado peleando contra la realidad en Isnotú, convenciendo a un grupo de lugareños perplejos, de por qué Maduro es distinto a sus opositores mayameros.

La derecha astutamente vincula a Maduro con Chávez, silenciando su importancia como líder y revolucionario, como si el pusilánime Maduro fuera Chávez, sabiendo a conciencia que el fracaso de Maduro ha sido el triunfo de un capitalismo de oportunistas, torpe con una mezcla de ineficiencia y corrupción, pero muy eficiente para los ricos y nuevoricos, y un desastre para el resto de la sociedad. Muchos se han hecho ricos o más ricos; si esta derecha, que hoy es socia de Maduro, llegara a Miraflores, esas reparaciones capitalistas, esas leyes inconstitucionales, no las van a desaprovechar.

El público nadie habla de resolver los problemas de la sociedad, o cómo resolver problemas concretos; la verdad está prohibida, todos los discursos están maquillados de sabiduría politiquera y construidos sobre injurias, mentiras, prejuicios, sobre las manipulaciones de siempre con las que ellos suponen se puede excitar a un pueblo dócil y cansado.

El adeco acusa a un gobernador madurista de violencia en contra de sus candidatos y Diosdado usa como excusa que en tiempos de la cuarta ellos cometieron más crímenes, más torturas. Los voceros del madurismo han reducido la moral revolucionaria a un sistema de venganza, a un problema de medidas, de cantidad ejercida de maldad, de irrespeto humano, de desprecio por la vida. Difícil que Diosdado Cabello condene un acto de injusticia atroz cometido por el gobierno de Maduro sin hacer la comparación con las atrocidades de la cuarta, como si el volumen de muertos y torturados, disculpara la injusticia. El sentido de respeto por la vida humana se perdió con estos pichones de fascistas, sobre todo cuando se aplica a sus contrarios, en los críticos y opositores al gobierno.

En estos tiempos de desganados, de gente distraída, y más cuando son preelectorales, la gente se acostumbra a la mentira, se hace indiferente a todo. El país se divide en dos estadios: el país de la politiquería y los politiqueros, de los opinadores y los entrevistadores, y la realidad; la espuma del río que da vuelta en aguas empozadas, y el río, que siempre fluye a su cuenta, que se puede represar, desviar, hasta contaminar, secar, pero siempre dejando esa espuma arriba y atrás, la espuma de los que deciden por el resto.

De esa espuma proviene el descaro con el cual el gobierno dejó escapar o le facilitó la huida a Tarek El Aissami, no obstante el espumoso Diosdado Cabello necesita de su tribuna – tribunal para distraer a sus acólitos de ese detalle, acusando y condenando a los otros de ladrones en una comedia, preelectoral escenificada junto a la otra derecha.

Lo mismo pasa con las ZEE y el desastre en al Arco Minero ocasionado por la minería, ilegal y legal, protegida por los militares; otro país paralelo que produce riquezas para mafias. Nadie sabe si pagan impuestos, si entran en el BCV, si pasan a cuantas particulares fantasmas. Pero la minería existe, la devastación de las selvas existe, la amenaza a las cuencas hidrográficas, hay mapas, sobran las denuncias. No obstante, en la espuma Diosdado está pendiente de cómo ganar las elecciones persiguiendo a sus contrarios, lo que equivale decir, sosteniendo la comedia de revolución y democracia y la privatización de PDVSA y del país, eso que llama Maduro con mucha pedantería, «el desarrollo de la economía real» o sea, EL CAPITALISMO, producir riqueza para los ricos y poderosos, a costa de la miseria de los pobres y la devastación del paisaje.

Dice el «arado y el mar» que Diosdado representa a los militares y civiles que quedan fuera en el pacto entre Maduro y Fedecámaras, que representa los nuevoricos que no irían ese «reacomodo», porque no los quiere ni Fedecámaras ni la opción de mariacorina… que Diosdado y sus militares tienen…, más que vergüenza, miedo de retratarse con la burguesía tradicional, pero saben que fuera del gobierno tampoco tienen vida y que CADA NOCHE LE ES MÁS DIFÍCIL A DIOSDADO HACER EL PROGRAMA.»,

¡Risa cruel! El razonamiento de Toby es correcto, el programa de Diosdado Cabello sin María Corina y sin Fedecámaras como enemigos, no tiene razón de ser, la espuma se desvanece.

Debemos luchar, pero por cambios revolucionarios, socialistas, de paz con justicia social. Nuestra oferta política es más bien una invitación a luchar por el Plan de la Patria y el socialismo, sin demagogia, sin ambigüedades, sin las vaguedades de los discursos electorales.

¡POR UN PARTIDO CHAVISTA Y SOCIALISTA VOLVAMOS AL PLAN DE LA PATRIA ORIGINAL!

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