Se ve desesperación de lado y lado. ¿Quién grabó a los corruptos conspiradores hace 2 (dos) años, y por qué? ¿Por qué se conocen las grabaciones ahora? ¿Por qué no podemos enterarnos de todo el contenido de las grabaciones? ¿Si maduro conocía de esa conspiración por qué la dejó pasar hasta ahora?, se trata de una olla de pupú inmensa.
Según el contenido de las conversaciones grabadas y las declaraciones posteriores de Leopoldo López refiriéndose a ellas, a Maduro y sus íntimos no los quiere nadie, dentro y fuera del gobierno, y en la calle ya nadie les cree, a excepción de un grupo de cándidos que se resisten al dolor del desengaño; son muchas mentiras acumuladas. El problema es que todos mienten y todos dicen, del otro, la verdad, se trata de un nido de alacranes.
En medio de todo este lodazal Maduro está feliz por las inversiones chinas en las zonas económicas especiales, y actúa con una inocencia que hiela la sangre: “Dios estuvo a mi lado para protegerme”, dice (¿por qué meter a Dios en el basurero?, pareciera que nadie se salva, ni siquiera “diosito”). Hace dos años Maduro daba la vida por la inocencia de El Aissami, el sujeto era intocable, “si alguien tiene algo que decir de Tarek El Aissami, que me lo diga a mí, yo soy el responsable”, decía entonces el presidente… ¡No es solo teatro, es una tragicomedia!
Todo esto que ahora se descubre como un “avance” en contra de la corrupción crea más dudas y desencantos. ¿Cuántas vagabunderías habrán tratado en secreto en estos diálogos con el imperio y con la oposición?, ¿qué es lo que se ha negociado realmente hasta ahora, la liberación de presos políticos, la libertad de los sancionados, la salida de maduro, oro, plata, dólares, petróleo…? nadie sabe, solo ellos conocen los pedazos censurados por Tarek William de las conversaciones. Leopoldo López asegura haber conversado y negociado la salida de Maduro con el mismo fiscal Tarek,.. ¿Cómo creerles?
No se le puede creer a un conspirador como López, pero tampoco a alguien que adulteró y mutiló el plan de la patria y traicionó las políticas de su propio mentor Chávez, y que ahora asegura ser inocente de la trama de corrupción y traición de Tarek El Aissami (de la traición, quizás, ¿pero no supo de la desaparición de tanto dinero, prácticamente frente a sus narices?)… ¿En esas conversaciones a quién le importó el destino de la gente, de sus necesidades, salud y vida? Es obvio que a ninguno, las preocupaciones de todos los protagonistas, gobierno y oposición rastrera pitiyanky, eran entonces y siguen siendo personales y tienen que ver con poder y codicia.
Por otro lado, los opositores a Maduro, serviles a la causa del imperio, están aprovechando la oportunidad para acabar con la moral chavista mezclando todo. Hoy se están relamiendo de su venganza en contra de Chávez, da asco ver cómo brota de las redes sociales toda clase periodismo cloaca y periodistas exaltados hablando, no ya del caso de Tarek-Maduro (que los enloda a ellos por sinvergüenzas), sino en contra de Chávez, haciendo una propaganda atrasada igualmente sucia en contra de alguien que ya está muerto, muy conscientes de que sigue vivo en la memoria y en el corazón de muchos venezolanos; su objetivo es enlodar a Chávez con su mísera moral servil, de esclavos, con su misma mierda de capitalistas codiciosos, intentando desesperanzar a la gente de la salida socialista, la única válida a esta verdadera crisis moral de capitalistas.
Con este estallido de pudrición acumulada en tantos años de mentiras y secretos, se pierden los referentes de la verdad, la gente perpleja se confunde, se hace susceptible a la manipulación fascista, a soluciones extremas como la “cadena perpetua” que propone el rey de los demagogos. Incapaz de conducir un país, de ejercer autoridad sobre sus subalternos ahora busca que una sanción extrema la ejerza por él, como si eso, en todo el planeta, hasta ahora ha impedido que los ladrones dejen de robar y los asesinos de matar. Esa salida dramática será otra fuente de corrupción sumada a todas las demás conocidas que dependen de un sistema judicial inexistente, la discrecionalidad de jueces corrompidos o corrompibles, obedientes al poder del gobierno y del dinero.
Está claro que, no habiendo alternativas contrarias, optar por estos desesperados es como alimentar a los alacranes en su nido. ¡SILENCIO Y ABSTENCIÓN!