Qué mejor para el capitalismo que una sociedad con una vocación para la ignorancia y el fatalismo, resignada a vivir en la ignominia. Eso es lo que representa sostener este estado emocional, este orden (desorden) social, sumir a la gente en la desesperanza y el conformismo.
Maduro y el madurismo, cada día que pasa se cuadra más y cuadra más al país con los intereses del capitalismo colonial. Ni siquiera se piensa en desarrollar un capitalismo que sea capaz de autofinanciarse, de sostenerse por sus propios medios, ¡ni siquiera se piensa! La actitud del madurismo es la de un desespero por superar la barrera del no retorno al socialismo, y para eso hay que regresar a un pasado anterior a lo civilizatorio que pudo tener la democracia burguesa.
El precio que vamos a pagar por esta desesperación va ser el regreso a un pasado colonial, parecido al gomecismo: un pueblo ignorante y dócil, un Estado policial e ineficiente o inexistente, y un capitalismo de oportunistas y saqueadores y depredadores despiadados (ahora mismo el periodista Fraso –Francisco Solórzano – denuncia a un diputado de la comisión de finanzas que está haciendo gestiones a favor de la trasnacional asesina Monsanto-Bayer ¿acuerdos confidenciales?). Lo peor que le puede pasar a nuestro pueblo es que se habitúe a la miseria física y espiritual, que se acostumbre a ver con lentes mal graduados la realidad y acepte vivir por siempre sin la esperanza de un mundo mejor.
No se puede vender nuestro futuro por un puñado de dólares, cambiarlo por un presente de ansiedad. Perder la memoria de Chávez es lo que pretende el madurismo, vaciarlo de contenido revolucionario y socialista para rellenarlo de sus veleidades capitalistas, una “izquierda pragmática”. Frente a esta desesperación, las trasnacionales más asesinas y depredadoras se aprovechan y por mezquindades, por ambiciones personales, acaban con un pueblo y un país entero, incluso la esperanza del planeta. A eso estamos expuestos hoy por la desesperación madurista.
Es urgente rescatar el espíritu de Chávez, el pensamiento socialista, el plan de la patria. Maduro y la otra oposición subordinada a Estados Unidos no son una opción para cambiar el futuro negro que nos promete el capitalismo salvaje de maduro, porque apuntan hacia una misma dirección. Cualquiera de estos dos bandos va entregar la patria a manos de las trasnacionales y prometen servir a intereses dentro de la guerra intercapitalista mundial. Nuestra salida, el socialismo, es tangencial a esa guerra y frontal en contra del capitalismo.
¡HAY QUE VOLVER A CHÁVEZ!