Según recoge Aporrea de las declaraciones del fiscal, incluido video, Tarek William razona acusación de “criminal y de jefe de una estructura criminal” en contra Ramírez de esta forma, resumimos: «Esta empresa con sede en Sevilla, fabrica generadores de energía y habría pagado 2,7 millones de € en comisiones a una estructura criminal liderada por Diego Salazar y su primo Rafael Ramírez, expresidente de Pdvsa y exministro de Energía y Petróleo»,
Tarek William el fiscal…”Precisó que con base en estas investigaciones, el Ministerio Público acusó tanto a Salazar Carreño como a José Enrique Luongo por los delitos de corrupción pasiva simple, legitimación de capitales y asociación.” –dice la noticia – Es decir La fiscalía solo ha armado acusaciones en contra de Diego Salazar y José Enrique Luongo, sobre la base de un delito que describe muy bien. Sin embargo todavía no tienen pruebas de que Rafael Ramírez sea responsable de algún delito. No se base en presunciones (ni siquiera en presunciones) sino en inquina, odio personal –¡hablando de odios! –. Sin embargo el fiscal insiste, igual a como lo hace el presidente, en llamarlo criminal, es decir, en juzgarlo sin juicio. Todos tienen derecho a un juicio justo menos Ramírez, menos los trabajadores petroleros presos. En rigor, menos los venezolanos, porque hasta ahora la justicia ha sido una suerte de negociaciones y decisiones judiciales que se toman a conveniencia, dejando en cada acusado, en cada preso liberado un sabor y un olor a culpabilidad, que no lo borra el tiempo. Todavía los tuiteros (¡valientes!), de un lado y del otro, insultan a Argenys Torrealba y Alfredo Chirinos como si fueran culpables de corrupción, la acusación del Fiscal ha ayudado bastante. Ni se diga de Ramírez, condenado por todo el madurismo y toda la oposición, y la mitad de los que escriben en Aporrea, los cuales se sienten mejor creyendo que Ramírez es culpable, llamado criminal en voz alta; eso los calma, sienten que la corriente no los deja atrás. Su problema parece ser Ramírez, no la justicia.
Dice el Fiscal –que alguna vez fue sospechoso de corrupción siendo gobernador –: «Esperamos que Italia, en vista de la solicitud de Venezuela, entregue a este criminal para que responda ante la justicia. El que no la debe simplemente no la teme» https://us17.proxysite.com/process.php?d=5hcXNLjcPQhZ8eNADqAMjHn%2BZBY2Cx0vsMgZaJ6GJeoNb%2FdbP%2Bj0Zw%3D%3D&b=1 , como si se pudiera estar tranquilo dentro del sistema de justicia de Maduro, o de Jorge, o de Diosdado, del madurismo instituido.
No obstante nadie conoce la sentencia, no hay una sentencia, no hace falta, ya Maduro lo condenó, como lo hizo con Nelson Martínez (muerto en custodia del Estado) y con Elogio Del Pino y un largo etcétera. ¡Justica a la carta!
¿Por qué no investigan a Quevedo, o Tarek El Aissami, o a Asdrúbal Chávez, que desmantelaron a PDVSA y ahora la privatizan? ¿Por qué el fiscal no acusa a Maduro, que fue su jefe, el que los coloca ahí?
Porque son obedientes, disciplinados, leales… y cómplices. Si acusaran a estos altos funcionarios de la misma manera como lo hace el fiscal (o Maduro, o todo el madurismo) con Ramírez, el acusador estaría preso, hace rato que estarían allanando su casa y a la vez siendo acusados de terroristas o algo parecido. Justicia a conveniencia.
Ya no importa la justicia, solo la venganza, Idí Amín en retirada. No importa la democracia, solo el discurso de la democracia. La paz no importa, solo llevar su estandarte para reorganizar la sociedad de la injusticia, la sociedad de la exclusión. Perseguir, acusar, incitar el odio, encarcelar en nombre de la libertad. ¡Coño!, ¡basta de tanta hipocresía!
Todos los que tengan pruebas judiciales o policiales para condenar a Ramírez deberían llevarla a un tribunal; son muchos, deberían hacer cola. Pero no lo han hecho, lo hizo una vez la otra derecha y el TSJ rechazó la acusación. Solo se solazan o les basta con los chismes; la práctica de la calumnia en sustitución de las prácticas judiciales. Por otro lado, cuando es difícil hacer un juicio político resulta sencillo hacer un juicio moral en base a la calumnia. En este país nadie está protegido de ella… ¿Acaso hay alguien seguro de que no le levanten una calumnia?
Sin embargo, el juicio político al madurismo ya es un hecho, las evidencias somos todos, están a la vista, la vivimos a diario, ¡su condena es por noticia críminis! Si no hoy, la historia los condenará más adelante por felonía, por hipocresía pacata, por mentirosos, por pusilánimes (hasta habrán algunos condenados como simples delincuentes… o las dos cosas).