Guaidó cumplió su tarea como factor de presión a Maduro, de provocar, ablandar, tentar a su contrario con osadía. Así como él, muchos contratados por la Casa Blanca hicieron su trabajo de filtración, de reblandecimiento de la voluntad madurista en favor de la restauración. La victoria de Guaidó es la victoria de la cuarta república sobre la quinta, sobre la Constitución, el modelo y voluntad socialista de Chávez.
El primero de mayo maduro anuncia la aprobación de la propuesta de Fedecámaras la cual le demuele las prestaciones sociales de los trabajadores en sus narices, con la conversión en bonos lo que ha debido ser salarios y sueldos; los esfuerzos de Guaidó tuvieron que ver con este resultado. A los del gobierno no les bastó con haberse robado las prestaciones sociales de muchos jubilados – recientemente hubo una parte engañada por maduro y Delcy Rodríguez, los jubilados desde el 2018, con el demagógico ofrecimiento de un bono de 10 mil bolívares que nunca fue cancelado, y Maduro con su cara lavada se ríe frente a esa mentira –, tenían que acabar también con las prestaciones del resto de los trabajadores, a favor de los empresarios, los burócratas y sindicaleros traidores que están a sus servicios y que se aprovechan de la situación.
Ahora compran los favores de Will Rangel y demás sindicalistas oficialistas y patronales, entregándoles 50 pozos de petróleo y un banco, tal y como lo hicieron los adecos en su momento para que los canallas de la CTV mantuvieran atajadas las luchas de los trabajadores – como lo hubiera hecho Guaidó y todo lo que él representa como heredero de esa estirpe –. Ahora los “nuevos adecos” hacen lo mismo mediante Will Rangel y su combo de delincuentes, pagados con oportunidades para la estafa y la corrupción.
Todo vuelve a ser como antes, ¿no era eso lo que buscaba EU a través de Guaidó?: sindicaleros que venden la causa de los trabajadores por dinero y ventajas, empresarios parásitos peleándose la renta petrolera y obteniendo favores del gobierno, incapaces de competir con nadie, y un gobierno servil gestionando el poder a favor de esos empresarios y de sus intereses señoriales (los padrinos de Guaidó) y de los burócratas aprovechadores; con Maduro y gracias a Guaidó, vuelve la tripartita por la por la calle del medio.
Vuelven las transnacionales petroleras a dictar la política petrolera y brotarán nuevos meritócratas; se respetarán los latifundios; vuelven los empresarios de FEDECAMARAS parásitos de la renta petrolera a llorar por sus subsidios; vuelve la miseria y la ignorancia en los barrios y en las calles; la “Venezuela de ayer” con sus payasos y circos, sus telenovelas; el servilismo al sistema capitalista y a los ricos de la clase media real y la que aspira a ser como ella; una Venezuela sin universidades públicas gratuitas, sin salud pública gratuita, sin educación primaria y media gratuita; sin un sistema de justicia confiable para los que no tienen nada y peligroso para los socialistas “enemigos de la democracia”, los servicios públicos dolarizados tasados al precio que se dicta dentro del mercado negro de la salud, de la educación superior, de la CANTV; hoy hasta el más miserable e ignorante trabajador de la calle se cree emprendedor, obedeciendo a un credo popular que está en sintonía con Guaidó pero es divulgado por el madurismo…, y con esa creencia los empresarios amigos de Juan ¡felices!, de no tener obligaciones laborales o contractuales con los que en realidad están trabajan para ellos.
La ley general del capitalismo, de la democracia burguesa, dice que no se puede complacer a todos; que a todos se les promete pero solo a los más poderosos y ricos se les cumple, porque son ellos los que despachan y luego se dan los vueltos en este negocio capitalista y burgués…
…Los trabajadores, si no cambian esa ley, ese sistema democrático, que solo se conoce en la superficie de las promesas, vivirán toda la vida atrapados en el infinito ritornelo de ser engañados y desengañados todos los primeros de Mayo y en el resto de los anuncios presidenciales que no son más que mentiras. El ciclo capitalista ha dado otra vuelta, y hoy la política económica y social en Venezuela la dictan los empresarios, en complicidad con un gobierno complaciente, y con las mafias y capos que controlan las federaciones sindicales oficialistas y patronales, ¡la trilogía diabólica! ¡El pacto social de la democracia burguesa ha vuelto!… ¿Quién dice que Guaidó no cumplió con su tarea?
¡RETOMEMOS EL CAMINO AL SOCIALISMO CON CHÁVEZ Y SU PLAN DE LA PATRIA!