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ActualidadLas sanciones y los sueldos congelados

Las sanciones y los sueldos congelados

Las contrataciones colectivas representan un avance en la distribución de las ganancias capitalistas de una forma más equilibrada, en ellas se exigen reivindicaciones en las remuneraciones, en las condiciones sociales de los trabajadores y trabajadores, horarios más adecuados de trabajo, pago por horas extra, etc., pero como representan un costo para los capitalistas, el cual le resta a sus ganancias, el gobierno se ocupó de eliminarlas, argumentando que ellas desestimulan las inversiones.

Igual está pasando con los sueldos justos y el pago de prestaciones sociales, el gobierno está acabando con esos convenios; o tener en sus nóminas a trabajadores que podrían ser contratados de forma independiente; por eso  Maduro ha promovido  desde hace mucho los “emprendimientos”, para acabar con las obligaciones contractuales y las obligaciones que están estipuladas en la Ley del  Trabajo. También pasa con el sistema de seguridad social. Los empresarios se ven  obligados a cotizar al seguro social un porcentaje de lo que pagan en sueldos a sus obreros (cuando no se lo pueden robar), que es el fondo que sirve para que  todos podamos jubilarnos o recibamos una pensión y envejecer con un mínimo de dignidad. Para el gobierno de Maduro, nuestro sistema de seguridad social desestimula las inversiones…

Porque lo que importa – y es política del gobierno,  no consecuencia de las sanciones – es que hayan muchas inversiones, y “creación de empleos”, empleos libres de obligaciones sociales con los trabajadores y libres del control de la Ley, a fin de “desarrollar fuerzas productivas” mediante una masa de trabajadores esclavizados. La idea es que haya “crecimiento económico” para un puñado de empresarios nuevoricos, y de grandes inversionistas nacionales y foráneos que “especulan pero dan empleos”. –Una pregunta:  ¡Quién querría un empleo  en estas condiciones de trabajo, cobrando 5 $ de sueldo mínimo mensuales y sin garantías y seguridad laboral,  mientras en Chile acaban de aprobar un sueldo mínimo por encima de 600 dólares mensuales!; ¿y así quieren que la gente no emigre?. Es una idiotez de dirigentes marginales.

¿Y qué tiene que ver todo esto con las sanciones? ¿Hasta dónde las sanciones han limitado la política neoliberal del gobierno y la corrupción? Lo que está haciendo el gobierno de Maduro  con los sueldos, es decir, acabar con la seguridad social y laboral, confiscar las prestaciones sociales de los trabajadores, forma parte de una política económica oficial, una parte de ella acordada con Fedecámaras, la cual es la fórmula neoliberal de Fedecámaras asumida, no tan en secreto, por el gobierno; una expansión de las “zonas económicas especiales”  hacia el resto del país.

Congelar las jubilaciones y pensiones de los trabajadores públicos, olvidar la deuda con los jubilados por sus prestaciones sociales culpando de eso a las “mentadas” sanciones, no justifica la congelación de los sueldos y la eliminación de los contratos colectivos (es decir,  violar la Ley del Trabajo y la Constitución) en el resto de los trabajadores; eso ha sido una concesión hecha por maduro a Fedecámaras buscando empresarios aliados para su gobierno. Además de que resulta insultante que se intente ahorrar gastos en lo público  –de los sueldos, pensiones y jubilaciones de los trabajadores públicos – cuando Tarek El Aissami y  sus cómplices se robaron, en tres años, 13 mil, o más, millones de dólares de los fondos del Estado (y lo dejaron ir sin que nadie diera explicaciones, ni siquiera la marioneta del  Fiscal, que tanto le gusta dar declaraciones en televisión, acusar, denunciar y encarcelar sin pruebas a todo el que pueda y el gobierno  quiera).

Ya, para cuando se eliminen las sanciones el terreno habrá sido abonado con zonas económicas especiales, con leyes y mandatos que harán “jurisprudencia” facilitando una eventual derogación o reforma constitucional, o sea, será el fin definitivo de la revolución, todo estará puesto en bandeja al capitalismo para instalar de nuevo aquel neoliberalismo que generó la rebelión del 4F y derrocó a CAP y que luego impulsó con fuerza Caldera, el anciano, junto a Teodoro  Petkoff…,  pero con el toque del perfume rancio de nuevo colonialismo, añadido por el “madurismo salvaje”.

Las  sanciones son la gran excusa para instalar una política económica neoliberal y colonial sin tener que cargar con la culpa, o con el desprestigio que conlleva el “shock” neoliberal, las recetas de FMI, en todos los países capitalistas del planeta; las “sanciones” son la “tapadera”, como dicen algunos, un comodín que le sirve a gobiernos “lumpen marginales” como el nuestro, para empobrecer a los pobres y robar descaradamente  a la sociedad, culpando a otros o a otro de su incompetencia y de su villanía.

Por otra parte, las sanciones le han servido a Maduro para presentarse como un socialista víctima  de la maldad capitalista a fin de ganar  elecciones a nombre de Chávez y el socialismo, que el muy pícaro ha venido llamando “guerra económica”, como si el capitalismo debería tolerar un gobierno que se dice socialista, aun sabiendo que en realidad no lo es. Estados Unidos no quiere a Maduro no porque sea socialista, no lo  quiere porque alguien que se dice socialista no debe gobernar el capitalismo. El capitalismo es para que sea gobernado por los capitalistas  que creen en el capitalismo y no se apenan de serlo. Maduro es un pícaro que no se atreve a la maldad definitiva, porque a veces se avergüenza de ser socialista y otras de ser capitalista, no inspira confianza a nadie. Pero “preparó el terreno” para que los más malos tomaran el testigo sin muchos conflictos… ¡Hasta cuando con el cuento de las sanciones!

¡VOLVAMOS A CHAVEZ!

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