Devolver lo desbaratado es imposible si la idea rectora de lo una vez se hizo se muere. Esta reflexión vale para la obra material de Chávez, para su gobierno, como vale para aquellos que sienten nostalgia de los mejores años de la cuarta república: la Venezuela de ayer nunca volverá, porque el capitalismo de hoy se traga lo mejor de ella con el agujero negro de la ganancia; desde la UCV y su reputación académica, hasta los grandes almacenes Sears, CADA, etc. pasando por la Venezuela de Venevisión y Radio Caracas TV. el IVIC, el Ballet Nuevo Mundo, etc. Hay quienes tienen a esa Venezuela como modelo de democracia y desarrollo social, uno los llama: socialdemócratas, reformistas, nostálgicos, domadores de tiburones.
Lo que no muere es la idea, lo que siempre retorna es la humanidad, con sus valores y desperfectos, la herencia espiritual, la obra espiritual, aquello que hizo posible la proeza de Bolívar, de Fidel y Che, y la revolución de Chávez, y la inevitable inclinación humana a la decadencia. Los hombres pasan pero la idea inspiradora, la idea rectora de las luchas siguen iluminando el camino de la igualdad, la libertad, el equilibrio de nuestras pasiones. Nosotros apostamos por eso.
Para los nostálgicos es inevitable que el mundo cambie. Es inevitable que el capitalismo construya un mamarracho, como el Sambil, sobre las ruinas del Teatro Caracas, o levante “las Galerías Galipán” arruinando uno de los edificios más bellos de Caracas, el famoso edificio Galipán en Chacaíto. Lo hizo el capitalismo antes de Chávez, y lo hace el capitalismo después de Chávez. El capitalismo se caga en encima de la nostalgia de los que concilian con él.
El diálogo y la conciliación en tiempos de paz.
Después del golpe del 2002, cuando se venció al enemigo en su conspiración, se obtuvo la paz deseada. Al Estado le toca someter con decisión y fuerza a sus enemigos políticos, el gobierno de Chávez fue intransigente con los traidores y conspiradores. Lo mismo hace EU con los que violan sus normas, delincuentes comunes o jóvenes antisistema, esa es su paz. Conciliar o negociar con el enemigo se hace en tiempos de guerra, de guerra militar, cuando las fuerzas están equilibradas y o cuando en la guerra estamos en desventajas: si se ha vencido no se negocia.
La “guerra económica” de Maduro, una guerra inexistente dentro de una revolución, nunca se libró. No hubo un ejército económico socialista, organizando todos los procesos económicos, confiscando empresas y tierras, trabajando y luchando en contra de los conspiradores capitalistas, acaparadores y especuladores manipulando estos procesos económicos a su antojo. La de maduro fue una guerra económica fantasmal, muy útil para ocultar la liberalización de la economía por el gobierno, para ocultar la restauración de la propiedad privada sobre la propiedad social impulsada por Chávez. ¡Toda revolución socialista es en sí misma una guerra económica y política! la cual hay que saber pelear en lo económico y político (ideológico, espiritual), en la conciencia del pueblo trabajador y consumidor.
La conspiración es una forma de esa guerra. Y Chávez, estando vivo la pudo controlar, hasta que fue asesinado. Sin la fuerza de su liderazgo, a Chávez no lo asesinan.
Los traidores a Chávez (luego de su muerte) aprovecharon su asesinato para continuar con los objetivos conciliadores de llamado Grupo de Boston (Para quien desee conocer la naturaleza del Grupo de Boston, promovido por EU, aquí tiene este enlace https://diazblum.com/wp-content/uploads/2017/12/doc.pdf). Los que ahora traicionan a Chávez nunca hubieran podido asesinarlo porque ninguno de ellos tuvo “las bolas” suficiente para hacerlo. Pero tampoco lograron concertar con él la “paz boba de Maduro”, los objetivos conciliadores del Grupo promovidos por Estados Unidos, hechos a favor del capitalismo – hablamos del famoso foro interparlamentario de Boston, creado en septiembre del 2002, maquinado por Estados Unidos, del cual formó parte Maduro –, se estrellaron frente a un muro de conciencia política, la de Chávez, que no cedió a la conciliación, que no se dejó amedrentar con el golpe ni engañar por los capitalista y el imperio,y siguió avanzando. Al no funcionar la conciliación tuvieron que asesinarlo.
Sin embargo, luego de su muerte Maduro continuó con los objetivos del Foro de Boston, y lo primero que hizo al tomar el gobierno fue reunirse con los empresarios y entregarles el control de la economía… hasta hoy.
La línea cronológica comienza con la famosa convocatoria de los empresarios a Miraflores donde Lorenzo Mendoza manotea a Maduro casi en su cara, frente a Oswaldo Cisneros, los representantes de consecomercio, Conindustria, Fedeindustrias, VenamCham, etc., y luego con la falsificación de Plan de la Patria de Chávez, su plan de acción política para el período 2013-2021. Lo que sigue ya lo hemos contado cientos de veces: las habilitantes, las ZEE, la ley de inversiones extranjeras, La ley Antibloqueo, la ley de las ZEE; la constituyente chimba, las excusas y las mentiras… Y la resucitación del Grupo de Boston en las conversaciones de México. Diálogos, conversaciones, negociaciones, secretas, oscuras.
La columna central de los objetivos del Grupo de Boston fue el diálogo, la conciliación, con el cañón del chantaje de la paz, la paz de los bobos, sobre nuestras cabezas. En el corazón de esta estrategia yace la consigna de “en Venezuela cabemos todos”, una consigna destilada de lucha social, de las diferencias sociales y las desigualdades; cabemos todos, los explotados y los explotadores, la paz de los bobos.
¡CHAVEZ VIVE! CHÁVEZ FUE ASESINADO DOS VECES, UNA VEZ EN SU CUERPO Y OTRA VEZ EN SU OBRA, PERO SU IDEA VIVE EN NOSOTROS, EL SOCIALISMO.