“La historia la escriben los triunfadores”, esta frase se le atribuye a George Orwell. Y la escriben, como diría mi abuela, “arrimando la braza para su sardina”. Winston Churchill, fue recatado cuando dijo: “La historia será generosa conmigo, puesto que tengo la intención de escribirla”.
La historia de la derrota del sabotaje petrolero, la escriben hoy sin ningún recato, no los triunfadores, sino los desleales, los triunfadores fueron relegados a las catacumbas. Del análisis de esa pirueta histórica trata este texto.
Si dentro de unos años, las generaciones futuras se enteraran de aquellos hechos, por el contenido de la celebración del madurismo, tendrían una impresión completamente errónea. Según el madurismo aquella batalla exitosa, no tuvo líderes, no tuvo gente al mando, ni siquiera tuvo un Estado Mayor que dirigiera la batalla. Lo que se observa es un vacío de comandancia. Pero ¿Por qué esta actitud del madurismo?
La conducta del madurismo no es inocente, al contrario, ella obedece a una deslealtad que los avergüenza y tratan de ocultar. El contenido ideológico de aquella batalla es la confrontación entre el Socialismo y el Capitalismo. Ni más ni menos. Salió triunfante el Socialismo.
Después, el capitalismo buscó otras maneras de atacar al intento Socialista, pasó a mayores agresiones, y fue contra la dirección, contra el líder. Como buenos conocedores de la lucha contra los intentos revolucionarios, saben que toda revolución es una feroz lucha interna, como bien dijo el Che, y con la desaparición del líder, el bando reaccionario, el bando capitalista toma fuerza. Y así, asesinaron a Chávez.
Y el capitalismo, como ya no caben dudas, tomó la dirección del proceso, lo torció, lo traicionó. Y veinte años después celebra, el triunfo del capitalismo, lo que no pudieron lograr con golpes de carmona, con el sabotaje petrolero, lo lograron desde adentro. Esa celebración que vimos en el salón de pdvsa, tiene una celebración alterna, evidente, sin ningún rubor, con delcy reunida con fedecámaras, con la entrega del Sambil y la propiedad social, con los pronósticos de fedecámaras de crecimiento inusitados del sector capitalistas, con la privatización de pdvsa.
Ahora, estamos en condiciones de entender las ausencias, no son inocentes, no son casuales, son las ausencias que develan la batalla que aún no termina. Los ausentes son el presidente de PDVSA, el Ministro de Petróleo, en el acto se prohibió nombrarlos. Hablar de ellos sería mostrar toda la canallada que han hecho con el legado de Chávez, mostrar su traición, como explican que el Ministro Rafael Ramírez no esté en el acto, tendrían que decir la verdad, que Ramírez enfrentó la deriva hacia el capitalismo, la entrega de PDVSA. Cómo explican que usaron a Ali Rodríguez, hasta una comisión con su nombre formaron, para luego olvidarlo, tendrían que decir que Ali estaría contra la nueva apertura petrolera.
Podríamos nombrar muchos más olvidados, desde Eulogio, del Pino, Martínez, aplastados por la rueda de la traición. Pero nos limitaremos a decir que el ausente principal fue: El Socialismo, el legado del Comandante Chávez.
¡CHÁVEZ, RECUERDO Y GUÍA!