Camina por allí una interesada discusión sobre el chavismo-madurismo, es importante porque este término encierra lo central de dos ideologías interesadas, desde ángulos diferentes, por esconder sus verdaderas intenciones detrás del vocablo, no son inocentes las posiciones. Veamos.
Chavismo-madurismo expresa la continuidad del Comandante Chávez en maduro, implica la continuidad de Chávez en el accionar de maduro. En primer lugar lo anterior beneficia a maduro, al madurismo, lo justifica a los ojos de los humildes que ayer siguieron a Chávez, garantiza su apoyo indispensable para mantenerse en el poder. Por otro lado la izquierda masistoide, esa izquierda tolerable por los capitalista, que sirve de comparsa a la democracia burguesa, que disputa espacios parlamentarios, le conviene la unión de Chávez con maduro, asimilarlo, de esa manera vuelca sobre el intento socialista de Chávez la torta inmensa que significa el gobierno del madurismo, dos pájaros de un tiro, atacan el Socialismo y atacan a maduro, el camino les queda expedito.
Para intentar aclarar un poco todo esto surge una pregunta ¿De dónde viene el madurismo, dónde está su esencia, su origen? La respuesta puede ocupar todo un libro, o puede intentarse en el espacio de estos artículos. Lo primero es caracterizar al Chavismo, a Chávez, y esa caracterización tiene que ser, respetando el rigor histórico, que fue un intento serio de ir hacia el Socialismo, de oponerse al capitalismo, a su lógica. Es desde allí que se puede comparar con maduro. Veamos.
Maduro es el desmontaje de la esencia del chavismo, del camino al Socialismo, lo hace en lo espiritual estimulando el egoísmo, la guerra de todos contra todos, la fragmentación social con el carnet los bonos sin compensación. Y lo hace en lo económico, desmontando los ensayos de propiedad social, destruyendo el eje de la propiedad social que fue PDVSA, estimulando de muchas formas el capitalismo, la propiedad nosocial de los medios de producción, entregando el petróleo a los privados…
Maduro es el regreso a sus querencias naturales, a su esencia, al encuentro con sus raíces al capitalismo de la cuarta república. Otra cosa es si lo consigue, si es capaz de instaurar de nuevo la democracia burguesa, o si la historia lo confina al triste papel de destructor de la posibilidad socialista y de simple transición a quién instaure el complemento político al avance capitalista.
La polémica seguirá, se gastarán barriles de tinta demostrando que el chavismo-madurismo existe. No es nuevo el hecho en la historia, se puede afirmar que la historia es con mucha frecuencia la historia de la deformación, la manipulación de los hechos, del pensamiento de los grandes. Desde el cristianismo, pasando por el marxismo, la Independencia de Venezuela, hasta las ideas socialistas, siempre los dominantes han modificado la historia a su conveniencia, y siempre los pueblos han creído esas versiones teratológicas
Una de las tareas de los historiadores honestos, de los chavistas es preservar el legado del Comandante contra tanta deformación, mantener la llama del ejemplo del pensamiento y de la práctica de Chávez. Ya llegará el día en que su pensamiento auténtico sea reivindicado, y atrás queden las pretensiones de maduristas y masistoides…