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ActualidadMaduro nos ata de manos y entrega el país

Maduro nos ata de manos y entrega el país

El gobierno relajó el último músculo. La privatización de PDVSA ya es un hecho. La principal empresa del país que administra nuestro petróleo fue el objetivo principal y el motivo del golpe de Estado en el 2002, sin embargo hoy Maduro la privatiza porque no le quedan fuerzas, inteligencia, imaginación, no tiene ideas en la cabeza ni entereza.

Después de abandonar el socialismo no pensó en las consecuencias. Sin el socialismo como estrategia política no hay posibilidad de enfrentar la vorágine capitalista, ni siquiera con imaginación. Maduro y su equipo de ministros solo se les ocurrió falsificarlo todo, y disimular la traición al proyecto socialista con discursos. Su creatividad sólo alcanzó para los eufemismos usados a manera de maquillajes de sus políticas asistencialistas “neo adecas”: los clap y los bonos, llamando el paquete  “socialismo en lo social”, porque no pudieron ocultar fácilmente su “capitalismo en lo económico”. Castro Soteldo inclusive llegó a hablar en televisión de “burguesía revolucionaria”, hasta ese extremo han rebajado la revolución de Chávez. La privatización de PDVSA, luego de que ésta fuera recuperada y fortalecida por Chávez, es un acto de incapacidad vergonzoso.

Maduro les adelantó el trabajo a la derecha, mejor dicho, les hizo el trabajo completo de “limpieza del terreno”, económico y político: además de privatizar a PDVSA, desgobernar la explotación en el Arco Minero y abandonar la economía en manos privadas, también domesticó al chavismo en un madurismo dócil, atando a la gente a sus necesidades para que no fuera a la calle a exigir una revolución verdadera, o sus simples derechos a vivir con dignidad – Maduro sacó de sus mentes las ideas de revolución socialista, prometiendo  cada año una prosperidad capitalista, aderezada con bonos, con carnets y lentejas –.

Si llegara a gobernar de forma efectiva la otra derecha rastrera, no tendría sino que hacer el papeleo por los cambios administrativos; el trabajo de demolición de la revolución a favor de los intereses privados ya está hecho, con un pueblo domeñado y una economía abandonada, lista para ser saqueada por los buitres del mundo.

¿Cómo se desmoviliza un pueblo en revolución?

Sembrando miedo, mentiras y engaños; pan y circo. Las amenazas de intervenciones militares han servido más a los propósitos particulares del gobierno que a los de EEUU, han hecho que muchos salgan a respaldar al gobierno en nombre de la Patria, cuando más jodidos se encuentran. Mentir acerca de la realidad del país, ocultando todas las estadísticas, tanto económicas como socioeconómicas y sociales; sosteniendo conversaciones y negociaciones secretas con la oposición (sobornos, negocios, etc.) y acuerdos secretos suscritos con empresas y personajes del capitalismo internacional y nacional (como ha sido el caso con Oswaldo y Gustavo Cisneros, uno con Delta petróleos y el otro con Barrick Gold), negociando y decidiendo sobre el destino de  nuestros recursos de espaldas de toda la población, en especial a espaldas de sus electores y el pueblo chavista (se han cagado en asambleas, cualquiera de las dos,  referéndum, constitución…). Difamando el socialismo rebajándolo a la altura de sus políticas de subvenciones y regalos, haciendo ver que el discurso reformista sobre la “prosperidad económica” es el socialismo, es “poder popular”, engañando conque los que fueron programas de emergencia alimentaria, para un momento de crisis, ahora, hechos ley, son el socialismo… ¡Así se atonta la base popular de una revolución, con la limosna segura, la ignorancia y el miedo!

Y si a eso le sumas una política de Estado hecha adrede para la distracción de las necesidades y de la verdad, consistente en sostener una televisión estatal acrítica, hecha por estúpidos para gente estúpida, y tolerando a una televisión privada hecha por “tanques pensantes”, por verdaderos pícaros, para gente estúpida; más, hacer de cada acto político una “romería», un escándalo de  consignas vacía y estridencia, ventas de cervezas y vulgaridad; más,  gastar mucho dinero en conciertos musicales sin ninguna justificación política (que no sea la de mantener dopadas las mentes juveniles con raperos medio malandros y seudo rebeldes); gobernar a través del Tuiter… estamos ante un gobierno elitista, que no quiere impulsar una revolución social verdadera sino manipular a la masa mediante el engaño y la distracción para sostenerse en un situación de privilegios.

La urgencia es seria. Desde la aparición de Chávez en la escena política como líder de una revolución, hace ya 21 años, han crecido varias generaciones de venezolanos, muchos de los cuales no tienen idea de quién fue y qué significó para este país Chávez,  el chavismo y su revolución bolivariana y socialista. De lo único que conocen es de este miserable despelote madurista, de sus mentiras y falsificaciones. Y de las mentiras de los calumniadores de la derecha nacional y mundial; la gusanera servil anticomunista que escriben para La Patilla, Noticiero Digital, El Nacional, CNN, etc… los cuales saben que el enemigo a vencer no es Maduro y le madurismo (una forma lumpen de ejercer la política), el enemigo sigue siendo Chávez y el chavismo, saben que el enemigo a vencer es el socialismo. Maduro ya les adelantó el trabajo en estos seis años de desgobierno, maduro es la puerta de entrada.

La urgencia es recomponer nuestra sociedad en torno a la lucha por el socialismo, insistir en revelar la trampa de Maduro al  falsificarlo, vendiendo su miserable discurso reformista, su humillante gobierno sin carácter y entreguista, como si eso fuera socialismo. Hay que seguir educando a la juventud, denunciando a Maduro y al madurismo como farsantes, delimitar los bandos en pugna, ubicar e identificar al enemigo, tenga el rostro que tenga. Maduro y sus aliados no son socialistas, y menos su gobierno blandengue es socialista. El socialismo es lucha popular, y este gobierno no tiene nada de popular, es una dictadura enmascarada.

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