Si el gobierno de Maduro tuviera la voluntad para resolver nuestros problemas apremiantes, no fuera tan falso, creo que Pascualina Curcio hubiera sido una buena asesora económica, inclusive Luis Britto García, o Julio Escalona. Pero el de maduro es el gobierno de un megalómano rodeado de cuervos. Es un rey, desnudo, y mal aconsejado por buitres rapaces e incapaces.
John Bolton declara con sarcasmo que «Lo que vamos a negociar con Maduro es qué quiere (lo qué va) almorzar en el avión que lo llevará al exilio». Lo dice usando el mismo lenguaje (el mismo verbo sustantivo adjetivo) con el cual se refiera la casa blanca cuando habla de acercamientos con Corea o Rusia, e inclusive con Irán, pero lo hace con maduro sólo para burlarse de nuestro presidente desnudo: ¡sí, vamos a dialogar, pero cuando estés fuera del país y de la presidencia!. Luego Pompeo le recuerda, para que no haya duda de que el suyo es un solo gobierno, que “la estrategia para derrocarlo ya está en marcha”. Lo que falta es que Trump le nombre la madre, pero eso lo reserva el loco para sus verdaderos enemigos, en ruedas de prensa exclusivas frente a sus aliados más fascistas y furiosos.
Más humillación imposible. Sin embargo, uno de los asesores más cercanos a Maduro, Diosdado Cabello, insiste en que el gobierno lo que quiere es “unas relaciones francas y de respeto”. Alguien por ahí dijo que el respeto se gana, no se mendiga, refiriéndose a maduro, lo que es muy cierto. No le puedes pedir una relación franca y de respeto a alguien que se está mofando de ti. Pero ¡Qué es eso para Diosdado!, después de tantas contradicciones y de tantos disimulos, qué importa uno más ¿Una persona que sea burlado de medio mundo no se da cuenta de cuando se burlan de ellos, los sarcásticos?.
Trump tiene asesores en asuntos más bien “técnicos”, éstos no le imponen el desprecio que siente por maduro y por Venezuela; ¡esa es su prerrogativa como presidente! EEUU acaba de prolongar la excepción a la Chevron para seguir operando en Venezuela, porque sabe que ni maduro ni su gobierno, mientras se mantenga arrodillado ante ellos, la puede “tocar”, a Chevron y a ninguna empresa norteamericana. Como dice Pompeo, la estrategia ya está en marcha, y esta es hacer que maduro se postre y pida pabellón para el almuerzo, a bordo del avión que lo dejará quién sabe en dónde.
Cuánta gente no hay – más despierta que Diosdado – que aconsejaría correctamente a maduro, y no obstante, él prefiere aquellos que lo endulzan con zalamerías, e insisten en que su traje es elegante, hecho de una tela muy fina y mágica, que le da un aspecto de ser un presidente invencible. Ya nombramos a Pascualina Curcio, a Luis Britto y a Escalona, pero también está el joven Manuel Sutherland, que no ha caído tan bajo como nosotros hablando solo paja; que es un tipo serio. Pero hay otros más, ex ministros (no hablo del señor Víctor Álvarez, sería un error por estupidez), hay profesionales socialistas y políticos, chavistas, que si quieren al país y defender de forma efectiva nuestra dignidad, nuestra revolución y a la población desvalida; en fin, que no se quieren postrar a los capitalismos del mundo, o al FMI.
Por ejemplo, activar la producción petrolera, un consejo de Curcio y de Ramírez, es un requisito para recuperar el país con dignidad e independencia, solo se necesita liberar a todos los gerentes presos por maduro, llamar a Ramírez y botar a Quevedo de su cargo; pero eso no va a pasar. No va a pasar, porque para maduro es preferible quemar el país de punta a punta, o entregárselo a cualquier imperio, que ver de nuevo un gobierno chavista mandando, con Rafael Ramírez dentro, o parte del antiguo equipo político de Chávez. Lo mismo pasaría con Diosdado Cabello: primero muerto él (o quien sea), que dar su brazo a torcer y rectificar su perfidia en favor del país; olvídense de escrúpulos políticos y mucho menos morales, lo de ellos dos es soberbia, petulancia vana, cuidar una imagen frente a los venezolanos, misma que no disimulan frente a los enemigos vigilantes del norte.
Ellos prefieren tener a Guaidó saltando por el mundo, hablando en nombre y a voluntad de Pompeo, que corregir los errores políticos, que reconocer que sus asesores y aliados económicos son la perdición del país, son la quinta columna que atraviesa al gobierno y a los venezolanos hasta la garganta. No ha habido manera de que Maduro le pare los brinquitos a Guaidó, de que deje de hablar del gobierno de transición; si no fuera por los rusos y chinos, que todavía no reconocen al bufón, ya maduro estuviera almorzando caraotas refritas en su avión, rumbo al exilio.
Si Maduro no puede con Guaidó; si el presidente no puede resistirse a los aduladores que dicen que la caja del clap vale 50 dólares (Mario Silva) – sin pensar que, si fuera cierto, 50 dólares mensuales es mucho más sueldo que 2 dólares, que es el sueldo básico: ¡la gente preferiría los dólares que la caja! , subsidian una caja a 50 dólares y pagan 2 dólares de sueldos, ¡son unos genios! –; si no aguanta dos pedidas para ofrecer su mano a quien se burla descaradamente de él; no puede rectificar lo que todo el mundo le dice que rectifique, por miedo y por orgullo ¡¿Qué es lo que puede entonces?! ¡¿Cómo es posible un gobierno tan reactivo, tan poco imaginativo, sin iniciativas… y tan farsante?! El gobierno no puede nada porque no se dirige a ninguna parte, no quiere ser capitalista y no es socialista, solo quiere permanecer en el poder a cualquier costo: capitalismo, esclavismo, feudalismo, tiranía, monarquía, democracia representativa, no le importa lo que venga.
Romper relaciones definitivamente con los EEUU, denunciar las pretensiones entreguistas de la derecha-Guaidó y expulsar definitivamente con ese payaso del país; rectificar el sistema Petro y el tema de nuestra moneda, activar a PDVSA y la producción petrolera necesaria para aumentar nuestras reservas, revisar los nuevos contratos de servicios petroleros adelantados por maduro; nivelar la distribución de la riqueza entre ricos y pobres y confiscar empresas eventualmente abandonadas; liberar a los presos políticos chavistas y muchos de los otros, sin sentencias ni juicios; convocar una junta de gobierno patriótica, de emergencia y de transición, que llame a su tiempo a una consulta nacional para activar la constitución y el sistema judicial, sobre un plan de emergencia y recuperación nacional, que no sea capitalista ni controlado por capitalistas: el plan de la patria de Chávez, que quedó pendiente, frenar las privatizaciones, asumir el control del Arco minero y revisar todos los contratos con empresas conspiradoras y expulsadas por Chávez del país. He aquí algunas cosas que se podrían hacer… ¡conmover la consciencia nacional!