«Llegó a nosotros este manifiesto y lo difundimos:
El país sufre una devastación moral y material nunca vista en la historia nuestra, y pocas veces ocurrida en el planeta. Simultáneamente, con el malísimo gobierno, sufrimos una anomia de la sociedad, una parálisis tal que ha permitido a la cúpula gobernante deshacer la república sin encontrar resistencia, sumergirnos en una especie de edad media, de oscurantismo. No hay oposición: unos se plegaron al gobierno con el cemento del oportunismo, otros callaron con el bozal del miedo, aquellos fueron engañados, “abusados en su credulidad”, aún creen que el madurismo es chavismo. Otros fueron brutalmente desprestigiados por la maquinaria perversa de deformación de la realidad que sirve de apoyo al gobierno madurista.
El madurismo fue astuto en su labor de desmantelamiento del Camino de Chávez. Primero, enfiló contra el pensamiento chavista: falsificó el Plan de la Patria, lo sustituyó por un impostor que es su contrario. Pusieron su inmenso aparato de desinformación al servicio de la falsificación de su pensamiento, hicieron montaje de sus videos, ocultaron otros, al final vaciaron de contenido la imagen que usurpan del Comandante Chávez. Segundo, atacó a los líderes chavistas, los desprestigió, los encarceló, los exilió. Tercero, desmontó la organización social y política popular soporte del chavismo de Chávez, la cambió por una plataforma de internet, un carnet; y al partido de Chávez, instrumento político para la marcha al Socialismo, al PSUV, lo convirtió en una claque a la voluntad de la cúpula. En lo espiritual la agresión es más fuerte: los signos del camino hacia el fascismo, hacia el oscurantismo de la edad media, son claros: atacó con saña a las Universidades, a la educación pública, a los maestros y profesores, persiguió el conocimiento, a la razón, prestigió la superstición, usó las redes sociales como una nueva iglesia al servicio del fanatismo. Así creó una cacería de brujas, un ajusticiamiento moral, sin juicio, sin argumento, es suficiente que la opinión difusa de las redes, alimentadas por robot del madurismo, lo condene para llevar a la hoguera moral a un ciudadano, es suficiente que en el programa de los miércoles se le acuse de traidor a la Patria, o de corrupto para que la operación “tun tun” lo lleve a la cárcel. Y por último, y principal, el madurismo destruyó la economía como paso previo para su entrega, a precio de gallina flaca, al capitalismo. Destruyó a PDVSA, soporte económico del ensayo socialista, sabía el madurismo que, sin PDVSA, todo se derrumbaría, ese era el buque insignia de la construcción socialista. No es inocente el brutal ataque moral a Ramírez su presidente, no es casual que toda aquella directiva esté presa, perseguida, exiliada. Está sobradamente demostrado que este gobierno, el madurismo no puede resolver los problemas que él ha creado, está abundantemente demostrado que no hay esperanza de la mínima rectificación, el madurismo es por genética, por ideología, forajido, siempre buscará la manera de birlar los avances de las fuerzas que lo adversan. Es necesario, ya no hay más tiempo, oponerse con decisión al gobierno. La consigna general de estos tiempos debe ser: ¡Salir del gobierno madurista, volver al camino de Chávez!
Es necesario, vital para la existencia de la Patria un nuevo gobierno, que signifique el comienzo de la reconstrucción de la Patria, considerando los niveles, los pasos que el madurismo dio en su destrucción: Es necesaria y principal la reconstrucción moral, de las ideas, rescatar el pensamiento de Chávez. Es urgente, el rescate de PDVSA, del soporte económico, es necesaria la recomposición de la organización política y social. Es imprescindible la reivindicación de los dirigentes chavistas, de los presos olvidados en la tumba, de los exiliados, deben tener derecho a la defensa, deben ser oídos por la masa chavista, se le debe restituir su libertad.
Es urgente dar la cara a la disolución de la nación en “las aguas heladas del cálculo egoísta”, es hora de colocar los intereses de la Patria, del colectivo nacional y mundial, por sobre los miedos y las mezquindades. Todos los sectores deben despertar y unirse en el sagrado deber de responder a la Patria. Todas las reivindicaciones particulares deben ir subordinadas a la consigna central de este momento decisivo: ¡Salir del gobierno madurista, volver al camino de Chávez!
Los obreros, sus dirigentes deben salir del marasmo economicista y asumir la dirección de la sociedad sufriente, deben constituirse en núcleo de un gran frente por el rescate de la Patria y contra el fascismo que ya se asoma en los estertores del madurismo. Todos los sectores honestos de la república deben decir presente al llamado de la Patria dolida y del Comandante Chávez, que pregunta hoy como lo hizo ayer: ¡¿Dónde está el Socialismo?! Ya no hay lugar al engaño».