No estamos de acuerdo con sustituir a Maduro por cualquiera otro candidato de la tarjeta electoral. Queremos retomar el camino hacia el socialismo y estamos promoviendo con la abstención un rechazo nacional mayoritario a todas las opciones permitidas por el madurismo – aceptadas por ellos y por la otra facción del capitalismo – que pueda generar una oposición al capitalismo, primitivo y colonial de maduro, y al de María Corina Machado y de todos los otros oportunistas que están en juego, también colonial pero tutelado por EEUU.
El sistema electoral es un instrumento válido para tomar decisiones, pero estas elecciones violan todo sentido democrático, hasta las mismas reglas de la falsa democracia burguesa. Dentro de un espíritu democrático NO VAMOS A VOTAR en esta componenda del madurismo, aceptada sin mucha resistencia por la oposición variopinta de la otra derecha, donde no compite Chávez y el socialismo.
Para nosotros la victoria de cualquier candidato es tan peligrosa para los intereses de las mayorías de trabajadores y necesitados del país – y del mismo país – como lo es la consecución de Maduro y su gobierno, no hacemos diferencia. No vamos a votar nulo, porque no avalamos el sistema, no confiamos en el CNE, controlado por el gobierno y la otra derecha. Unas elecciones que tiene haciendo campaña a un monigote de plástico y un doble de maduro, y por el otro lado, a un afiche, un pícaro disfrazado de pastor evangélico, un cómico, y a un resto innombrable, esta comparsa no da como para que apoyemos al circo, estos políticos escondidos detrás de sus máscaras representan lo mismo, la continuación de las políticas liberales de maduro por caminos diferentes, y así tienen que sentir el rechazo en la calle, si fuera posible los embusteros TIENEN QUE VER LOS CENTROS DE VOTACIÓN VACÍOS, sentir el desprecio popular por el circo y la aquiescencia de sus participantes.
En un momento de crisis social, de abandono ideológico de la revolución de Chávez, de triunfo del espectro capitalista, a los chavistas socialistas nos queda optar por el rechazo al sistema de forma total, no a una candidatura, porque todas tienen una misma inspiración, el capitalismo, y ya sabemos por los farsantes maduristas que no hay capitalismo bueno, que no hay capitalismo que se pueda disfrazar de socialismo o de bienestar social, o de justicia social. El capitalismo es uno solo y funciona siempre con una misma lógica –ya de eso hemos hablado –, en él la mentira prevalece.
Ahora mismo el diputado Ramón Lobo afirma que la Ley de Protección a Pensiones garantiza el sistema de Seguridad Social, pero sus aliados de Fedeindustrias lo desmiente diciendo que es una “medida transitoria”, que “se estima que exista mientras estén vigentes las sanciones económicas impuestas a Venezuela”. Ahora mismo se están implementando medidas arancelarias para privatizar las universidades públicas –el caso de la UCV y la facultad de agronomía –. Justo cuando se acercan unas elecciones mienten y acuerdan con los empresarios, y avanza el proceso de privatización del país, usando como excusa las sanciones, las mismas que no pudieron con los Ferraris de Las Mercedes y con Tarek El Aissami y su banda, o el bloqueo que no ha podido frenar el abastecimiento de supermercados y bodegones de artículos importados, pero sí que se violara, mediante una ley chimba, la Constitución, para continuar acordando en privado medidas con los empresarios y con los agentes de Washington.
Resulta fastidioso insistir en lo mismo pero hay que hacerlo, porque pareciera que muchos pierden la memoria cada mañana. Estas elecciones son una disputa por el poder de dos facciones de desesperados, capaces de hacer lo que sea para ganar adeptos. Hay violencia y miedo en el ambiente electoral, que justifica que solo hagan campaña los monigotes y segundones. Se exacerban las mentiras y los insultos, las promesas de lo imposible cumplir: hacer feliz a la población trabajadora y excluida, privatizando el país, poniéndolo en el tragadero del tiburón.
¡SI ESTÁ CON CHÁVEZ, NO VOTES!