Milei, mariacorina y maduro parecen diferentes. Milei, burdo, directo, despelucado, irritable; mariacorina, elegante, intelectual, organizada, todo en su lugar; maduro, improvisado, bigardo, destructor. Parecen diferentes, pero sólo en la superficie; en la esencia, son iguales. Todos son miembros motores del capitalismo.
Es así, las tres MMM cabecillas son expresiones de diferentes versiones del capitalismo. Milei es directo, un capitalismo de choque, salvaje, sin afeites. Maria es la suavidad, engaño sutil, capitalismo con afeites. Maduro es un capitalismo de emergencia, al que apelan cuando hay peligro real de cambio profundo. A los tres los une el capitalismo y el terror al Socialismo.
El capitalismo se mueve, de acuerdo a su conveniencia, entre estos polos. Cuando uno se agota, pasan a otro y lo muestran como un triunfo, un cambio, cuando en realidad todo sigue igual. Cae maduro y viene la «sensatez» de maricorina, que es la misma terapia de choque de milei pero con más vaselina. A maduro lo utilizan para disipar el peligro chavista. Este método de cambios en la táctica y similar estrategia, le permite perpetuidad al capitalismo.
Los políticos capitalistas, los conscientes y también los inconscientes, los ingenuos, lo usan, le temen al Socialismo, a los socialistas. Mezclarse con socialistas es anatema, condena al olvido. El capitalismo, como alguna vez dijo el Che, tiene fino olfato para detectar a sus enemigos. No hay espacio para el engaño.
En Venezuela vivimos un momento peculiar. Se derrotó al ensayo Socialista, para eso usaron la carta maduro, el país engañado se deslizó suave hacia el capitalismo, muchos todavía piensan que esto es chavismo, niegan la existencia del madurismo verdugo del capitalismo. Ahora está por verse quién, cómo se consolida. Puede ser que usen la carta de mariacorina, ya están creando la imagen de cambio, puede ser que se decidan por un milei (un militar) sin maquillaje.
La trampa está armada, quien participe en la contienda política hoy diferenciándose sólo en lo táctico quedará como la mariposa en tela de la araña; la única manera de librarse del artificio, es con la definición estratégica, esa es la diferencia real. Y definirse estratégicamente en este país significa tomar el testigo donde lo dejó el Comandante Chávez, en el Socialismo, en los socialistas.
Es la hora de la definición socialista, allí está el legado de Chávez, contra la lógica del capital, con el Plan de la Patria, el original, no el falsificado por maduro. Allí están los líderes chavistas. El ambiente está tan cerrado, la persecución al Socialismo es tan feroz que ya nadie quiere ni nombrar al Socialismo, es una competencia por ver quién lo ataca más, ya nombrarlo, reivindicarlo es una valiente acción revolucionaria.
De lo que en estos tiempos pase se definirá el destino del país en los próximos cincuenta años. Se decide si la canalla será capaz de enterrar al Socialismo, condenarlo al desprecio, a la maldición de su nombre. Se decide si podrán sacar a Chávez del Cuartel de la Montaña, así como sacaron su imagen de la asamblea, o borraron sus ojos, su color rojo.
¡CHÁVEZ, DEFINICIÓN ESTRATÉGICA!