Cuando un gobierno pierde la credibilidad, cuando nadie, ni amigos, ni enemigos le creen nada, es señal inequívoca de que vive sus últimas horas. Esos gobernantes son sometidos a una prueba, el tribunal de la historia los convoca, y es en estos días cuando dictará su veredicto final. Todo dependerá de su conducta, de la sensatez para aceptar la derrota, o, de su terquedad que hará más traumática su salida inevitable.
Estos, sin dudas, son los últimos días del pranato. Dilapidaron la alta credibilidad que les dejó Chávez. Abusaron de esa credibilidad: de su ineficacia acusaron a iguanas, a comandos colombianos, a las medidas de los gringos. Poco a poco fueron perdiendo la mesura, y más se ocuparon de mentir, de buscar una buena excusa, que en gobernar. No se puede mentir indefinidamente, al final, la montaña de mentira que crearon se les vino encima. No fueron suficientes los medios de deformación, las redes, un hecho rebosó el vaso, la gente cayó en cuenta que el rey estaba desnudo que el castillo era de mentira.
La pantomima montada con la detención de tarek, fue la estocada definitiva en la credibilidad del pranato. De golpe apareció tarek, salido como un conejo del sombrero de un mago. Ellos tan dados al espectáculo, esta vez fueron discretos, no pudieron mostrar el operativo, eso los delataría. Y súbito el tarek pasó de ser una ficha fundamental del madurismo, reverenciado por todos, a ser un “sujeto” imputado de todos los males, hasta su vida íntima fue expuesta.
Ahora, todo debe ser revisado: las acusaciones del madurato deben ser vistas con cuidado, y esta es una ventaja de toda esta tragedia. La masa es obligada a reflexionar, a no tragar entero las informaciones del gobierno, a cotejarlas con la realidad. Por ejemplo, aquellos diez millones del referendum pasan a la canasta de las dudas, los resultados que dará el cne, igual
El madurato en su estulticia fracturó la armonía, el equilibrio entre la realidad (el gobierno) y la idealidad que sustenta, justifica esa realidad, ese equilibrio sostiene al complejo de gobierno, al romperse, la gobernabilidad entra en graves problemas. Para decirlo directamente, no hay gobierno, vivimos días previos a una estampida, a la cúpula sólo le queda la represión. Allá adentro, los más avisados saltarán del barco primero, los tontos se inmolarán.
Allí está la historia para juzgarlos, si persisten en mantenerse en el gobierno, será sometiendo al país a grandes sufrimientos, la economía se vino al foso, el equilibrio de gobernabilidad sólo será medio sostenida con una feroz represión. Pasarán a la historia como los gobernantes más crueles que han conocido estás tierras. Es difícil pensar en un gesto de sensatez allá adentro que evite está tragedia, la cúpula madurista está desquiciada, de ella sólo puede esperarse lo peor, son capaces de “quemar Roma” y acusar a los adversarios.
Son días peligrosos, puede ser que la barbarie aproveche la situación para capturar el poder y en esencia seguir por el mismo camino pero con más orden. Eso sería perpetuar la tragedia. La solución verdadera, es volver al camino de Chávez, que se perdió con la traición del madurismo . Ojalá la masa tenga buen criterio y recupere, reivindique los liderazgos que el madurismo intentó sepultar en una avalancha de mentiras. Esos liderazgos saldrán de los subterráneos para dirigir las nuevas batallas.
!CHÁVEZ, ES LA SOLUCIÓN!